Nuestro Padre nos ama y nos escucha al acercarnos con un corazón humilde que perdona y le honra.
Estamos convencidos de que la clave del éxito de nuestra vida pública es nuestra vida privada, es decir, nuestra íntima relación con Dios, ¡así que orar es vital! Para mejorar esa área debemos empezar por convencernos de que somos lo más valioso para Dios, quien desea relacionarnos con nosotros y anhela bendecirnos en todas las áreas de nuestra vida: salud, restauración, provisión y paz.
Jesús nos abrió la puerta para que nos relacionáramos íntimamente con nuestro Padre, nos enseñó a orar y a pedir cuanto necesitamos y soñamos. Él fue muy claro en decirnos que en Su nombre, porque Él y el Espíritu Santo interceden por nosotros. ¡No desperdiciemos esa oportunidad y privilegio!
Permítenos interceder por tu vida y por tus necesidades.
Un padre de familia puede sufrir el síndrome de responsabilidad adquirida capaz de obstruir el beneficio de recibir la visitación de Dios, debido al enfoque constante de dar a los suyos; por eso Jesús enseña que siendo proveedores, como hijos, podemos recibir buenas cosas de nuestro Padre celestial.
Un canal de servicio empresarial provee una experiencia gratificante que brinda bienestar a quien lo recibe, de igual manera, entre el milagro que Dios hace y quien se beneficia está otra persona: un servidor lleno de compasión.
La visión empresarial describe lo óptimo a lograr y servirá de inspiración para dar lo mejor rumbo a ese escenario, pero Dios revela la visión del futuro perfecto para cada persona desde antes de la fundación del mundo, en donde ya somos libres de enfermedades y pecados por la muerte y resurrección de Jesús.