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Aprender a ver

25 de marzo de 2008

Tiempo de lectura: 9 minutos

Lucas 5:17-24

Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.  Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

Estas son noches de unción y de enseñanza. 

 

II Corintios 4:18

No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

 

No miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven. Pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no, son eternas.

 

Podemos hablar de las terrenales y eternas. Pero déjeme hablar acerca de ver las cosas que no se ven, no las que se ven. Como podemos caminar bajo el poder de Dios si las cosas que vemos nos afectan en nuestra manera de hablar, de sentir, de creer, más que las cosas que no vemos. Por ejemplo, quieres ser sano de la enfermedad y todo tu énfasis está en ella. Lo que dicen los médicos, los pacientes; pasas media hora hablando de eso, sin un sólo versículo bíblico. Te están afectando más las cosas que se ven que las que no se ven. O tienes un pleito con una persona, y ves el problema y no los demonios que no ves que están provocando lo que ves. ¿Cómo puedes ser espiritual si el mundo nos condiciona la conducta a nosotros?

 

II Corintios 5:7

Porque por fe andamos, no por vista.

 

Para caminar en el poder de Dios, caminas por lo que ves o no ves. ¿O será que lo que tenemos que aprender es a ver? Tenemos que aprender a ver. Vamos a ver lo que la vista tiene que ver con el poder de Dios. Cuando vemos algo, inmediatamente, recibimos una influencia para actuar. Por ejemplo, si eres una persona llena de prejuicios por lo que ves, no vas a poder caminar en el poder de Dios. Vamos a Juan 4:35 y vamos a ver algunas cosas que pasan o pueden pasar cosas en nuestra vida de acuerdo a lo que vemos.

 

No decis vosotros aun faltan cuatro meses para que llegue la ciega, he aquí os digo Alzad vuestros ojos y mirad los campos porque ya están blancos para la cosecha.

 

Ustedes dicen que faltan cuatro meses, yo les digo alcen sus ojos porque ya está lista la cosecha. La diferencia en lo que decimos está en lo que vemos; ellos decían una cosa, por lo que ellos veían; Jesús decía otra por lo que él veía. Nos está diciendo que él quiso enseñar a sus discípulos a ver lo que él mira, para que podamos decir lo que Él dice. Jesús decía: “Yo veo a mi Padre hacer las cosas y hago lo que veo a mi Padre hacer. Si no aprendo a ver como Él hace, tampoco voy a hacer”.

 

Voy aprender a ver como Él ve para poder decir lo que Él dice. ¿Cuántos aceptamos que hemos hablado en lo que vemos, no en lo que Jesús dice? Cuando voy a México, les digo: “Ya dejen de decir que este país es duro; ese país tiene los cielos abiertos”. Siempre que voy a ministrar noches de gloria, estoy solo. Mi esposa puede estar en el mismo dormitorio, pero se va a otra área para dejarme a mí adorar a Dios para poder ver lo que Él ve, para poder hacer lo que Él hace. Y estoy en pañales, pero voy en el proceso, por eso se puede decir: “Hay alguien vestido de tal color sanando”. Llegó una niña cuyo pulmón había sido perforado. Estaba en el hospital, cuando dije la descripción de ella y que Dios la estaba sanando, y quedó sana. Eso vi, eso hablé, y eso pasó. Llegó la niña en la cruzada a testificar. Por eso dice la Palabra que los que son guiados por el Espíritu Santo piensan en las cosas del Espíritu Santo, y se ocupan. Hay que ocuparse en las cosas del Espíritu Santo. A veces estoy leyendo la Palabra en una cafetería, recibiendo del Señor, y se acerca alguien y me dice: “Ahora que lo veo desocupado…”, quien le dijo que estoy desocupado, es ahora que estoy ocupado. Cuando el Señor vio que aquellos no veían, les enseñó que el problema que tenían era que no estaban viendo como El deseaba que vieran. Vamos a empezar a ver diferentes cosas y de acuerdo a lo que veamos, es lo que tenemos que hacer.

 

Mateo 9:36

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

 

Lo que El vio le produjo un sentimiento. Lo que veo afecta mis pensamientos, sentimientos, mi manera de hablar, porque estaban desamparados y dispersos como ovejas que no tienen pastor. Ovejas con pastor no están dispersas. El modelo de Jesús persigue que podamos tener, pastorear, juntos en pequeños grupos a las personas para satisfacer la compasión que Jesús tuvo o respetando la compasión que Jesús tiene por la gente.

 

Cuando Él vio, sintió, conoció y habló.

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

 

Cuando el vio la multitud dispersa, no dijo “tráiganlos los voy a sanar”. Los envió a hacerlo y les dio una orden, rueguen. Cuando Jesús vio eso, ¿hizo algún milagro? No. ¿O rogó para que existieran obreros? Mucha gente cuando mira la multitud lo menos que hace es eso. Quiere decir que no miran como Jesús mira, ni siguen la instrucción que Jesús dio. Pues se ponen a rogar por la multitud, cuando Jesús rogó por obreros. Cuantos hemos orado por la mies, para que un día se conviertan y Jesús los toque. Todo el mundo ora por los perdidos, pero El nunca dijo eso. El dijo que oraran por los obreros. Ver como Jesús ve, puede cambiar mi visión. No es mi visión, sino la de El. Dijo: “Necesito gente”. Cuando vio la mies, corrigió la manera de ver, porque sino la mies se pierde.

 

En la primera, corrigió, en la segunda, rogó.

 

Lucas 21:1

Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.

 

Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.

Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.  Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.

 

Tienes que aprender a ver como El ve. Jesús ve las ofrendas.  Cuando Jesús ve, Jesús habla. En la primera vio que la mies estaba lista, y vio que los discípulos no le atinaban. “No, les dijo,” ya está listo. Cuando vio la segunda, las multitudes, rogó. Y en esta tercera, enseño. Tú tienes que saber que hacer de acuerdo a lo que veas. Hay lugares en los que llegó y todo el mundo está esperando que ministre la unción, y no la ministro, porque no veo fe, veo ignorancia al respecto. Cuando voy a un seminario, voy a renovar la mente de las personas. Porque he visto cantidad de enfermos sanar, que siguen fracasados porque su cuerpo sanó, pero su mente sigue atrasada en las escrituras y no se trasforman en su entendimiento.

 

Si se metió a la deuda irresponsablemente, ¿cree que eso lo va a componer una oración? Arrepiéntase. Eso es lo que veo y por eso le estoy diciendo. La vez pasada, pasé y la señora me dijo: “Ore por mis hijos porque están rebeldes”. Le voy a dar una Palabra: “Edúquelos dice Dios”. Estamos tratando de resolver problemas con los métodos que no son adecuados, debido a que no vemos como nuestro Señor mira. ¡Cuán contaminados están los ojos con las cosas de la carne, del mundo para que te opaquen la vista y no puedas ver como Jesús mira! Cuando vas manejando tu carro o en el bus, ¿qué ves? ¿Qué ves en la gente? ¿En la gente que te ofende? ¿Qué te ataca? Por eso es que te vengas, porque no ves lo que Cristo ve. El vio de diferente forma en la cruz del calvario, dijo: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Según ellos, estaban crucificando a un blasfemo, que se decía hijo de Dios, y lo crucificaron. No vieron, se equivocaron y Jesús sí vio lo que en verdad pasó. Dijo: “Perdónalos, no saben lo que hacen”.

 

¿Qué ves, qué te enseñaron a ver y qué tienes que aprender a ver? Estaba ministrando en Noches de Gloria y vi una joven que estaba encorvada. Yo dije: “Señor, sana a esa encorvada.” El Señor me dijo: “la encorvada no es ella, sino el demonio”. Cuando lo liberé, se pudo ver como se enderezaba ella.

 

Marcos 5:21-23

Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

 

Verso 35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 

 

No temas, cree solamente. La noticia pondría en el principal un espíritu de temor, intervino Jesús con la Palabra. Muchas veces tienes que ministrar a los de la casa para sanar al que está enfermo. La vez pasada que fui a orar a un intensivo y me puse a compartir de Jesús, el Señor me mostró que ellos tenían fe para aguantar el problema, y no para salir de él. El Señor me dijo que me fuera, y que regresara al día siguiente. Volví al otro día solo, entré al intensivo y le hablé al que no sabía que oía. Le dije: “Te vine a sanar en el nombre de Jesús, y oré por él”. Al rato, entró el pariente. La vez pasada, les conté que entré a otro intensivo, y cuando salgo, la familia orando para que Dios lo recoja. ¿Por qué apuestan cuando hacen oraciones? Siempre hacen la oración a favor de lo que más probablemente puede pasar según su carne. ¿Cómo puedes orar para que alguien recoja a alguien? El dijo que vayamos y lo sanemos, no nos dio opciones.

 

Tenemos que orar por una sola cosa, hasta que veamos el poder de Dios. Si se lo lleva, es porque El es soberano y ahí no le toca meterse a usted. ¡Qué casualidad que todos los que buscan en el discernimiento si es el tiempo o no, concuerdan que sí lo es!

 

Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 

 

¿Qué vio Jesús? ¿Vio la muerte? ¿O una siesta? Se llevó sólo a tres, ni siquiera a los doce. Y que nadie los siguiera, Jesús protegía su fe. La fe se cuida más preciosa que el oro. Si eres un hombre que camina por fe, cuídala, es tu mayor capital.  Se burlaban, mas Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.

 

Estábamos en la bodeguita, un domingo ministrando y estaba Efraín Abelar predicando cuando atrás, en las aulas de niños había un desorden. Yo miraba que el servidor entraba y salía, decía “hay una endemoniada allá atrás”. Entonces dije: “Voy a tener que ir yo”. Cuando entro en la sala cuna, había una joven y le dije: ¿Tienes fe para ver a tu hermana libre? Una cosa te voy a decir: “Aquí manda el Señor Jesús y después yo, así que enmudece”. Tienes que tomar autoridad. Recibí una llamada telefónica y del otro lado se oían gritos, escándalos, era un espíritu inmundo que se trasformó en sordo conforme el tiempo pasó. Me fui a la casa, y cuando entró, estaba la jovencita que había estado poseída y me insultó, diciendo: “Estúpido, ¿que están haciendo aquí?”. Le dije: “te callas”. Porque lo vi, le dije: “Si es un demonio, lo voy a echar fuera y si no lo es, te puede venir uno”. Y empezó a llorar y no era ningún demonio. Era alguien haciéndose pasar por demonio, y lo que tenía era una concupiscencia de la carne.

 

Hay que aprender a ver.

 

Lucas 5:17

Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

 

Dio una palabra de fe. Verso 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

 

El vio la fe de ellos después de hacer todo lo que hicieron, tuvieron fe para llegar, para subir al enfermo, para dejarlo. Si al llegar, se regresan, se pierden el milagro. Cuando hayas aprendido a ver la fe que la gente tiene, te toca soltar una palabra de fe, sino vas a disparar palabras por todas partes y no va a pasar nada. La clave de lo que dices esta en lo que oyes y miras, poniendo nuestra mirada en las cosas de arriba. Si no empiezas a buscar la fe en la gente, veras solo el entusiasmo. El Espíritu Santo me dice cuando veo a la gente si estoy viendo entusiasmo.

 

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