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Hacia sus riquezas en gloria

15 de agosto de 2007

Tiempo de lectura: 12 minutos

 

 

Gálatas 6:6
El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

 

Yo nunca les he pedido nada, ni les voy a pedir, pero esta escritura no la pueden borrar de la Biblia, usted valora la palabra cuando valora al que la lleva.  Usted no puede decir que recibe la palabra pero que no busca al hombre. ¿Y si sus hijos dijeran eso de usted? Tiene que haber un balance.  “Maldito el hombre que confía en el hombre” eso está en el contexto de la salvación, porque nadie puede ser salvo por otro hombre, pero cuando sus hijos confían en usted, usted no puede decirles: “Eres un maldito por confiar en mí” esas escrituras se han usado mal, se han usado con la carne, más que con el espíritu, pero no es de esto de lo que les voy a hablar, sino de una ley.

 

Galatas 6:7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

 

Dios no puede ser engañado, porque todo lo que el hombre siembre, eso cosechará.  Toda la gente que quiere vivir una vida obteniendo algo que nunca ha sembrado está tratando consciente o inconscientemente de engañar a Dios.  Aquí dice “Dios no puede ser burlado”.  En el versículo 6 habla de que los hombres que sembramos la palabra tenemos el derecho de cosechar lo material y en el versículo 7 dice “No se engañen, Dios no puede ser burlado, porque todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará”.    Cosecharás únicamente para lo que has sembrado, no podemos violar la ley de la siembra y cosecha, si yo quiero cariño de mi esposa, debo sembrar cariño; si quiero el respeto de mis hijos voy a sembrar respeto, quieres respeto en el trabajo, siémbralo.

 

No podemos evadir esa ley para vivir, porque es una ley que rige todo el comportamiento humano.    Gálatas 6:8   Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.   Tratar de evadir esta ley es tratar de burlarnos de Dios.

 

Hace años el Señor habló a mi corazón y me dijo: “Dile a mi pueblo que no evadan mi ley de sembrar y cosechar porque ni YO siendo Dios la evado, cuando quise hijos tuve que dar al mío”  nosotros no éramos hijos de Dios hasta que Jesucristo vino, de hecho lo crucificaron por decir que era el Hijo de Dios, hoy nacemos de nuevo por el Espíritu Santo y no sólo nos convertimos en hijos sino también en herederos con Cristo, eso somos gracias a que alguien dio a su hijo.

 

Para todos aquellos que tienen hijos que no están sirviendo al Señor porque no lo dejas, te voy a decir lo que el Señor me dijo en una ocasión “Yo di a mi hijo, quiero que todos me den los suyos, no me están dando a sus hijos como yo di al mío”.  Luego nos llenamos la boca diciendo que imitamos a Dios.   Cuando Dios quiso hijos, dio a su propio hijo; cuando Dios quiso ovejas, dio al cordero de Dios, cuando quiso trigo sembró al grano de trigo que es Jesucristo;  cuando él quiso reyes y sacerdotes sacrificó al Sumo Sacerdote y cuando quiso amor, primero amó.  Dios es amor, a él le agrada amar y le agrada ser amado.  A mí me agrada amar, pero me agrada también que mi esposa me ame.  ¿Usted cree que a Dios no le gusta ser amado por sus hijos?  Pero la palabra dice que nosotros le amamos porque El nos amó primero.

 

Cuando doy seminarios a pastores les pregunto: “¿cuántos de ustedes creen que los siervos de Dios deben vivir bien y todos responden AMEN?  Yo les digo que yo no creo eso, les digo que deben vivir bien los que trabajan bien, sea pastor, abogado, taxista, el derecho de vivir bien se lo gana uno trabajando bien.  Esta es una ley a la que nosotros los siervos de Dios también estamos sujetos.

 

1 Corintios 9:1-12
¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?  Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.     Contra los que me acusan, esta es mi defensa:     ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?     ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?     ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?     ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?     Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.     Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?  Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros?     Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

 

Cuando usted va a al supermercado, las familias o fundadores de ese negocio hacen uso de su derecho de cosechar de parte de ustedes después de sembrarles un buen producto, usted toma el producto, pasa a la caja y paga, de lo que usted paga ellos pagan todo y de las utilidades ellos viven, viven de lo que yo doy.  En un restaurante pasa lo mismo y la gente que va a tu negocio hace lo mismo.   Pablo dice, si todos tienen ese derecho por qué no lo podemos tener nosotros.

 

1 Corintios 9:13-14
¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?    Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

 

Cuando doy seminarios le digo a la gente que van a vivir tan bien como predique, pero sería injusto predicar mal y vivir bien, porque sería injusto vivir un derecho, pero no estoy hablando de mí sino de la ley.  Tu tienes una cosecha de lo que siembras, todo el que siembra tiene un derecho, pero el que no siembra ¿cómo pues ejercerá su derecho?  Por eso dice Gálatas: “No se engañen, a Dios ustedes no lo engañan”, en otras palabras “únicamente tendrán como cosecha algo que hayan sembrado”.   Si usted quiere participar de un derecho, primero siembre.   Hay hombres que quieren el derecho de una buena mujer pero no siembra en ella, el derecho de un buen marido pero no lo tratan bien, entonces el Señor dice: “No se engañen, lo que están viviendo es fruto de su siembra, sembraron irrespeto, ahora tienen el irrespeto en su casa; sembraron semilla de aspereza, ahora la aspereza vino de regreso”.    

 

Jamás una cosecha es menor que la siembra, ¿Cuándo ha visto un árbol más pequeño que su semilla?  ¿Cuándo ha visto una naranja más pequeña que la pepita de la naranja? ¿Cuándo ha visto que la cosecha sea menor que la siembra?  Siempre es mayor, para bien o para mal, por lo tanto, sembremos el bien, si queremos cosechar el bien en todo lo que hacemos.

 

De todo lo que has sembrado tienes el derecho de recibir tu cosecha.  Habla a toda la buena semilla que has sembrado en tu vida, que venga a tu vida la cosecha de lo que has sembrado.   Muchas de las semillas que has sembrado no han crecido porque no la has bendecido, hay gente especialista en maldecir su semilla.  

 

Tenemos que entender que vivimos en un mundo espiritual, pero hay gente que quiere cosechar en lo espiritual manteniendo los principios fuera de lo espiritual, entonces te mantienes en el reino de los hombres queriendo cosechar del reino de Dios, tienes que trasladar tus principios al reino de Dios, si quieres que el reino de Dios te retribuya, debes creer que verás la cosecha lo que has sembrado.  Siembre y espere una cosecha a cambio.  ¿Cuándo ha visto a un sembrador, sembrando sin esperar cosecha? 

 

No puedes esperar que la cosecha salga sólo porque sí, Pablo decía “nosotros sembramos, otros riegan pero Dios da el crecimiento” hasta la iglesia crece por la ley de la siembra y la cosecha.  Pablo sembró, Apolos regó, más Dios dio el crecimiento.  Se siembra un esperma en un óvulo y por eso estamos aquí, sujetos a la misma ley.

 

Hebreos 11:1-2
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.  Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

 

Se alcanza buen testimonio por medio de la fe (certeza de lo que se espera, convicción de lo que no se ve).  Usted no vive por lo que tiene sino por lo que no tiene, si no, no sería fe.   Fe es lo que espero, si no espero nada no puedo hablar de fe. Sin fe es imposible agradar a Dios. Si queremos ser una iglesia que agrade a Dios, tenemos que ser una iglesia de fe.

 

Hebreos 11:3-4
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.  Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

 

El primer humano que hizo la primera obra de fe, fue Abel.  La Biblia registra que lo primero que hizo un ser humano por fe, fue ofrendar.   Si la ofrenda no fuera importante ¿Por qué es lo primero que aparece después de la creación de la tierra?   Voy a enseñarles del poder de ofrendar, porque si vamos a hacer nuestras promesas de fe quiero darles la palabra para que den sabiendo qué es lo que les va a pasar, tienen que entender que la ofrenda tiene tanto poder adentro que el Diablo ha tratado de desvirtuar todo esto para que el pueblo de Dios no haga uso de dicho poder, ofrendan y maldicen su ofrenda, siembran y maldicen su propia semilla, ese es el ataque.  Por eso les leí que Pablo decía “esto digo en mi defensa” (1 Corintios 9:3).  Los hombres de Dios tenemos derecho de vivir bien si hacemos el bien, porque es parte del ataque es para tu semilla, porque en la semilla hay mucho poder.  Por ejemplo, para ser estéril ¿qué es lo que se ataca? La semilla, sea el óvulo o el esperma. 

 

 Génesis 4:3

 

 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.    

 

Caín también ofrendó, estamos hablando de Génesis 4, acto seguido de la creación del hombre, la Biblia no habla de qué jugaba Caín con Abel, no habla de lo que hacían, de los pecados que cometían entre ellos, de cómo dormían en el cuarto, sólo habla de un tema “SU OFRENDA”.  El poder de hacer las riquezas es más antiguo que la profesión universitaria, es más antiguo que el sistema del mundo, pero muchos de ustedes insisten en ver el sistema del mundo para hacer la riqueza, viven en un mundo ambiguo, mitad en el mundo, mitad en el Señor, no usan el principio de Dios, ni saben usar bien los principios del mundo, están en medio y luego se preguntan por qué no resulta y no resulta porque han rendido su vida entera al reino de los cielos.

 

Génesis 4:4

 

Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;  

 

Abel no trajo cualquier ofrenda, él trajo la mejor ofrenda.  Pero nosotros muchas veces damos cualquier ofrenda en lugar de dar “la mejor ofrenda”, entonces dice en el versículo 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya.   Si regreso a Hebreos 11 dice que “sin fe es imposible agradar a Dios y por la fe alcanzaron buen testimonio los antiguos” Abel alcanzó un buen testimonio por fe y vio Dios con agrado a Abel y a su ofrenda.   La forma en la que Dios te ve está directamente relacionada con tu ofrenda.  Tu ofrenda produce en Dios que te vea de diferente forma que mira al resto.

 

Yo no vivo de lo que ustedes dan, vivo de lo que yo doy, cada vez que quiero algo siembro todo lo que puedo o todo lo que tengo porque creo en esa ley.  Si quieres saber cómo Dios te mira, mira tu ofrenda, es sencillo, Dios me mira como mira mi ofrenda, no lo digo yo, lo dice la Biblia.

 

Génesis 4:5

 

Pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.    

 

Mi estado de ánimo depende de la ofrenda, porque el que no ofrendó bien, Dios no lo vio bien y su semblante decayó.  El rostro de Caín reflejaba que algo no estaba bien adentro, como le pasa a mucha gente, no hay luz en sus ojos, yo le preguntaría ¿cómo está su ofrenda?  

 

Génesis 4:6

 

Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?    

 

El bien que hizo Abel fue dar lo mejor, el mal que hizo Caín fue haber dado cualquier cosa, los dos dieron y yo enseño esto porque aquí todos dan, el punto es si todos saben qué están haciendo y si saben lo que pueden producir.  Usted debe entender cómo hacer para que le vaya bien.  A Abel no le fue bien porque estudió en la mejor universidad, ni por los post-grados que tenía, le fue bien por traer becerro más gordo.

 

Génesis 4:7

 

Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

 

Yo les dije que Dios iba a restituir lo que por años se había comido la oruga, saltón y revoltón, viene el tiempo del a honra y el honor, se va el tiempo de la vergüenza, pero sería una simple expresión emocional sino sabemos cómo es que ocurre, si él va a honrarte, enaltecerte y ponerte en alto lo va a hacer como lo hizo con Abel, lo primero que hizo Abraham fue ofrendar, lo primero que hizo Jacob fue diezmar, lo primero que hizo Gedeón cuando estaba en problemas fue traer una ofrenda al ángel que se le había aparecido y levantó un altar, lo primero que hizo Moisés cuando salió de Egipto fue sacrificar, presentar ofrendas al Señor, lo que Jesús hizo en la Cruz del Calvario fue entregarse como una ofrenda, lo que hace a la derecha del Padre es presentar nuestras ofrendas.   La ofrenda tiene mucho poder y no la has usado como es por prejuicios religiosos o presión de la gente que te habla, o recibes de Dios al respecto o recibes la palabra del mundo al respecto.

 

Abel fue enaltecido, Caín no lo fue, entonces Caín mata por envidia a Abel.  Cuando una persona es enaltecida por Dios levanta la envidia de otros, si usted cree que va a ser levantado por Dios debe aprender a manejar la envidia de los demás porque esa llega junto con la gloria y la honra, usted debe tener el carácter para manejar eso.

 

Filipenses 4:14-17

 

Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.   No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.  Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.   Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

 

Tu ofrenda es olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.  Caín no agradó a Dios, Abel si lo agradó.  Ofrenda agradable, persona agradable.  Pablo les dice, lo que ustedes han hecho es agradable a Dios, y parafraseando diría “y por eso Dios hará con ustedes lo mismo que hizo con Abel, suplirá todo lo que les falta según sus riquezas en gloria en Cristo Jesús

 

Pablo dice: “Yo busco que en vuestra cuenta abunde el fruto”.    El problema de muchos es que cuando tienes un problema económico y quieres comprar algo, volteas a ver tu cuenta bancaria, ¿tú sabes cuánto has ofrendado en tu vida?  ¿Cómo puedes entonces usar esa cuenta?

 

El problema de muchos es que siempre voltean a ver su cuenta humana, su cuenta terrenal y no saben cuánto tienen en su cuenta.  Pablo dijo “Cada vez que ofrendas abunda en tu cuenta”  Hay una cuenta que puedes tener acceso a ella, pero nunca reclamas nada de ella y eso es ser un mal cosechador, debes ser un buen cosechador, no sólo un buen sembrador, debes decir “no me va a ir mal, el hecho de que la economía no esté bien no voy  a ver esta chequera, tengo una cuenta en la cual he depositado y el Apóstol Pablo dijo, que abunda en mi cuenta todo lo que he dado y que de esa cuenta Dios suplirá conforme sus riquezas en gloria TODO lo que me haga falta. 

 

Debes hacer uso de esa cuenta, sólo usas la cuenta terrenal, todo lo que has sembrado, ofrendado o diezmado dice el Apóstol Pablo que abunda en nuestra cuenta, en otras palabras, cuando vas al banco y depositas tienes una cuenta y cuando diezmas y ofrendas tienes otra cuenta, nada que hayas diezmado u ofrendado se ha perdido, lo único que no has hecho es “pedir” que baje cuando lo necesitas.  Todo lo que el hombre siembra, cosecha, Pablo dijo: “¿Acaso no tenemos el derecho de cosechar?”  De lo que hemos sembrado si tenemos el derecho de cosechar, en los negocios la gente ejerce un derecho, te da una factura por un servicio, en el reino de los cielos hay derechos económicos, tú has sembrado, has diezmado, has ofrendado y el Salmo 20 dice “Dios haga memoria de todas mis ofrendas”.   No trate de explicarle a la gente del mundo esto, los del mundo no entienden ni de las cuentas de aquí abajo, menos de las de arriba.

 

Jesús dijo: “No hagan tesoros donde los ladrones minan y hurtan”.  Los bancos se han llevado dinero de aquí pero no hay nadie que se haya llevado tus diezmos y tus ofrendas porque en el cielo no entran ladrones, nada se corrompe, está intacto.  Cada vez que tengas un problema económico, o tengas un deseo, híncate antes de ver tu chequera y dile al Señor: “Señor independientemente de mi chequera aquí en la tierra yo tengo una cuenta contigo Señor, provéeme sobrenaturalmente, ábreme puertas, mándame lo que necesito, acude a tu cuenta”.

 

¿Habla Pablo o no de una cuenta?   En la Biblia al Día dice “lo que más me pone contento es del buen y gran premio que habrán de recibir por haber dado” Si tu supieras que esa es una cuenta y que todos la necesitamos un día, sembrarías bien, no como Caín, tomando el billete de Q20 cuando tienes el de Q100.00, soltarías de tu corazón el problema y tu cuenta va a abundar.

 

Todos vamos a sembrar para Ciudad de Dios y créame que he estado de rodillas delante de Dios y le digo, “Señor que todo el que siembre que reciba su justa cosecha” y me dice: “¿Tu lo puedes creer por ellos?  Y le dije que sí y él me dijo que tenían que creerlo ustedes.

 

El otro domingo haremos nuestras promesas de fe, ora al Señor y prepárate para la cosecha enorme que Dios te va a dar.

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