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Plan Maestro Parte 1

12 de enero de 2015

Tiempo de lectura: 5 minutos

Debemos sentirnos dichosos por iniciar una nueva etapa, este año que comienza. Analiza tu interior, ¿qué tipo de persona se enfrentará a las próximas 52 semanas que tenemos por delante? Definitivamente no puede ser una persona pesimista o deprimida, al contrario, debe ser una persona optimista, entusiasta y dispuesta darlo todo para alcanzar sus propósitos. Por lo tanto, es momento de dejar atrás los resentimientos, los temores y las frustraciones, hacer un balance y dar gracias por la etapa que concluimos, con sus aciertos y errores, porque todo lo que hemos vivido vale la pena y nos prepara para lo que viene. Es tiempo de avanzar, de hacer planes y enfrentar el futuro con fe. No se trata de decir: “Veremos lo que nos trae este año”, se trata de asegurar: “Tengo claras mis metas y las voy a alcanzar”. El tiempo no debe tomarnos desprevenidos, sino listos y dispuestos a ganar batallas. Justo por ese cambio de actitud es que de nada vale ser supersticioso o buscar respuestas en amuletos y predicciones mágicas, ya que solo el poder de nuestro Padre es suficiente para confiar en que venga lo que venga, todo obrará para bien, según el propósito que Él tiene para nosotros y que buscaremos con pasión. No dudes, ¡durante el 2015, recibirás la cosecha de tu buena siembra! Preséntate delante de Dios y muéstrale tus proyectos y tus anhelos, además, escúchalo para saber cuáles son Sus planes para ti, y alinea tus pensamientos a los Suyos, entonces te aseguro que todo lo que emprendas dará abundante fruto. Pero la clave es tu actitud, no llegues con el Señor frustrado, triste, amargado y quejumbroso, ya que Dios no se mueve por lástima, sino por fe. ¡Lo que crees y declaras es lo que te sacará adelante, no los lamentos! Comienza el año con expectativas, toma el control, demuéstrale a Dios que aún no ha terminado contigo, que le agradeces todo lo que te ha dado, pero que anhelas más bendiciones porque no tienes un corazón conformista sino ansioso de nuevas conquistas.

Mírate en un espejo, no puedes iniciar el año siendo la misma persona. Luego de todo lo que has pasado, tu mente y tu corazón han aprendido, han crecido y han madurado. Debes renovarte, tomar lo que te sirve para seguir adelante y dejar el resto en el pasado, porque lo que no te ayuda, te limita. Toma la experiencia de ese fracaso, pero deja atrás el dolor, ya que solo una persona con nueva actitud tiene la capacidad de ver las nuevas oportunidades y aprovecharlas. Tira a la basura todo lo que puede encadenarte al pesimismo. Cualquier tropiezo, desilusión, vicio o dificultad debe quedarse en el 2014, y no migrar al 2015 por nada del mundo.

Por supuesto, la fe debe ser tu máxima herramienta durante esta nueva etapa. No dejes de creer, no desvíes tu mirada del Señor, quien te ha prometido grandes bendiciones para tu familia, para tu emprendimiento y tus estudios. Cree, cree, cree, a pesar de todo, aunque el tiempo pase, enfócate en lo bueno que tu Padre te ha ofrecido y no te rindas. Piensa que Abraham esperó 25 años para ver cumplida su promesa de descendencia y tuvo un hijo de forma sobrenatural, cuando físicamente era imposible, pero si Dios lo prometió, así sería, sin ninguna duda[1]. ¡El Señor no se ha olvidado de lo que nos ha prometido y Su poder obrará a favor de nuestra bendición! Es seguro que aún no se han cumplido todas las promesas que Dios tiene para ti, por lo tanto, nuestro deber es tener fe y continuar esforzándonos, ya que el conformismo es la peor actitud para presentarse delante del Señor. Abraham esperó contra esperanza, ¿qué capacidad tienes para proteger tus promesas de la decepción del mundo? No te desesperes. Claro que deseamos todo rápido, pero el tiempo de nuestro Padre es perfecto, si aún no ha sucedido lo que esperas es porque todavía no ha sido el momento preciso, confía porque Dios sabe lo que hace. Alguna jovencita dirá: “Me estoy quedando para forrar Biblias, tráeme a mi príncipe azul, ¡ya!” Pero lo bueno toma tiempo, no te resignes con cualquier “tipo con planta de escoba” que te endulce el oído, espera en el Señor, quien no falla y no tarda. A veces sentimos que las fuerzas y la paciencia nos abandonan, pero cuando eso suceda, recuerda que Abraham, año con año, iba envejeciendo y se debilitaba físicamente, pero su fe le decía: “No importa, Dios obrará, Él verá cómo soluciona lo que se interponga para que se cumpla Su promesa”. Lo mismo debes decir tú: “Este año voy a recibir lo que Dios prometió, Él verá cómo lo hace, yo lo creo, me dispongo a recibir y peleo por lograr mis metas”.

Ten paciencia, porque tu desesperación es una muestra de poca fe.  Para quien vive convencido de que Dios no miente, el tiempo es lo de menos, ya que la principal preocupación es alinear nuestros propósitos a los suyos y hacer Su voluntad. Si lo que tú deseas es lo mismo que Él quiere darte, ¡todo está solucionado!, pero si tú deseas algo que va en contra de Su propósito, hay un retroceso. Así que ver tus bendiciones no debe quitarte el sueño, concéntrate en conocer íntimamente al Señor, descubrir qué planes tiene para ti, hacer Su voluntad y lo demás será añadido[2]. El problema muchas veces es que no terminamos de convencernos de que debemos morir a nosotros mismos para que Dios y Su propósito crezcan. Si realmente quieres vivir satisfecho, Haz la voluntad de Dios, bendice a las personas, sujétate a Su Palabra, alinea tu vida y tu esfuerzo a lo que Él desea. No entres a un nuevo año con poca fe, escucha y lee Palabra, porque Dios quiere hablarte y guiar tus pasos. Repasa todo lo que Él ha dicho, búscalo, hazlo la prioridad en tu vida.

Dale una última mirada al 2014, recuerda los momentos felices y también los difíciles, los problemas y los milagros, los éxitos y los fracasos, y da gracias por todo, ya que fue parte de tu crecimiento y preparación. Ahora suelta todo eso y enfoca tu mirada hacia el futuro. El año que pasó fue glorioso, pero el 2015 lo será aún más, porque sucederá todo lo bueno que creas, proclames y provoques. Por eso debemos conocer los planes del Señor y planificar de acuerdo a ellos. Escribe y dibuja lo que deseas alcanzar y entrégaselos. Quien no hace planes no sabe qué pedir, hacia dónde va, qué se exigirá, así que es momento de pensar en el futuro y proyectar tu vida hacia donde quieres que llegue. Recorta y pega la foto del país que deseas visitar con tu familia, escribe el cheque con el que pagarás tus deudas, visualiza lo que alcanzarás de la mano de tu Padre celestial.

Los planes del Señor son perfectos y de bien, pero no los descubrirás hasta que lo busques a Él con todo tu corazón, así que ese debe ser tu principal objetivo para el 2015[3]. Durante este tiempo, esfuérzate por hacer Su voluntad, cumple Su Palabra, escucha Su voz, búscalo y atiéndelo para que te guíe y sustente. En el 2015 todo se alineará para que recibas las promesas que te ha dado. ¡Entrégale tus planes y tus sueños para que se cumplan!

 Versículos de Referencia:

[1] Romanos 4:18-21 enseña: El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto, siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

[2] Hebreos 10:35-39 comparte: No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

[3] Jeremías 29:11-13 biblia al día asegura: Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo *corazón.

 

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