09 de agosto de 2014
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La Palabra de Dios nos manda a no codiciar lo ajeno[1], ya que hacerlo es fuente de muchos males y pecados como el robo y el adulterio. Sin embargo, si entendemos la codicia como desear o buscar algo, hay una cosa que sí debemos codiciar, me refiero a la sabiduría que viene del Señor. Esa que aprendemos al estudiar Sus mandatos y al escuchar Su voz. Esa que es producto de inclinar nuestro corazón a Su conocimiento y prudencia; porque solo Él puede darnos verdadera sabiduría, la que se aplica a la vida y nos ayuda a crecer[2].
Sabemos de muchas personas a quienes les ha faltado sabiduría para vivir. Grandes eminencias que tienen mucho conocimiento, pero fracasan porque toman malas decisiones. Por lo tanto, es mejor atesorar sabiduría y no conocimiento o dinero. Por eso es determinante abrir nuestros ojos, oídos y entendimiento a la Palabra del Señor, el único que nos puede dar sabiduría para vivir con justicia y rectitud. Por ejemplo, alguien podría ser exitoso en los negocios y ganar mucho dinero, pero de nada le serviría si es necio y lo despilfarra en fiestas, lujos y malas compañías. Así que debemos entender que ser sabios e inteligentes implica comprender las enseñanzas del Señor, quien nos insiste en que adquiramos Su sabiduría, que la amemos y no nos apartemos de ella para que nos guarde en paz[3].
El consejo de la Palabra de Dios es que, ante todo, busquemos adquirir sabiduría e inteligencia. En el original, el verbo adquirir significa recuperar, redimir y comprar. Es decir que nuestra mejor inversión es la sabiduría. Todo lo que gastes en material que te instruya y edifique es dinero bien invertido. Muchas veces pienso que le damos más valor al entretenimiento que al conocimiento, por eso no nos pesa gastar en música, en películas, celulares y televisores, pero nos cuesta tomar la decisión de comprar una Biblia, un libro o pagar un seminario que nos ayudará a crecer. Demuestra que has ganado un poco de sabiduría y no escatimes invertir tus recursos en aquello que te hará más sabio y prudente.
Recordemos que el periodo de mayor paz y esplendor en Israel fue cuando Salomón gobernó. El mejor tiempo para el pueblo de Dios fue cuando estuvo al cuidado de quien escribió el libro de Proverbios, no cuando gobernó quien escribió los Salmos. Este hecho nos dice mucho sobre la importancia de crecer en sabiduría.
Busquemos siempre consejo para tomar las mejores decisiones. Especialmente nuestro futuro económico depende de la sabiduría con que aprendamos a invertir nuestros recursos. Si adquirimos sabiduría sobre los bienes materiales, lograremos salir adelante. ¿Cómo quieres mejorar si tomas malas decisiones, si te gastas el dinero en el último celular que salió al mercado? Demuestra tu buen juicio ahorrando e invirtiendo en lo que realmente vale la pena, ya que necesitamos sabiduría para administrar nuestros bienes, para trabajar y para relacionarnos[4]. Especialmente necesitamos sabiduría para vivir en familia. La Biblia nos habla a los hombres, ya que nos pide vivir sabiamente con nuestra esposa, tratarla como a vaso frágil para que nuestra oración no tenga estorbo. Notemos que el consejo no es entenderla, sino que le demos honor y vivamos con ellas sabiamente[5]. ¡Es difícil, porque a veces ni ellas se entienden, pero debemos lograrlo!
Dios nos exhorta para que seamos sensibles a Sus enseñanzas y que las valoremos más que al oro[6], ya que aprender de Su conocimiento nos ayuda a vivir correctamente. No desprecies la sabiduría en la ley de Dios, al contrario, hazla el fundamento de tu vida y serás árbol que dará buen fruto y bendición para tu descendencia[7]. Adquirir la inteligencia que proviene de la Palabra de Dios es más valioso que la plata y que cualquier cosa del mundo,[8] porque te hará prosperar en todas las áreas de tu vida.
Busca aprender de las personas que demuestran ser sabias en la Palabra de Dios. Nunca menosprecies el consejo de tu familia, porque en ellos hay sabiduría y amor[9]. Si quieres que Dios te haga una persona sabia para vivir, búscalo, escúchalo y hazlo parte de todas tus decisiones. Dile al Padre: “En Ti están escondidos todos los tesoros de la sabiduría. Ahora me propongo hacer de Tu Palabra mi especial tesoro. Me comprometo a estudiarla y a aplicarla en todo porque solo de esa forma aprenderé a vivir”.
Versículos de Referencia:
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