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El templo que se ofreció

28 de mayo de 2012

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Jesús le enseñó al pueblo de Israel a caminar una milla más de lo que estaba establecido por la ley de Roma. Es decir que les pidió caminar dos millas con la carga que les impusieran, porque de esa forma esperaba que sus corazones sanaran y aprendieran a dar más de lo que se les pedía.

Eso mismo es lo que enseñó al hablar del siervo a quien se le pedía que preparara la cena para su señor, luego de la jornada de trabajo1. Desde la perspectiva de Dios, hay tres tipos de personas: la útil que hace lo que se le pide y más. Por ejemplo, el empleado que se queda dos horas en la oficina, cuando le piden que se quede una. La otra persona es la inútil que hace solo lo que le piden. Y el tercer tipo de persona, que no es digna de ser mencionada en la Biblia, es la que no hace ni siquiera lo que le piden. Como seguidores de Cristo, debemos buscar ser discípulos y hacer más de lo que se nos pide.

El rey David fue alguien que hizo más de lo esperado. Fue enviado por su padre a llevar comida y a tomar una prenda de cada uno de sus hermanos como prueba de que estaban bien2. Pero cuando llegó al campamento, escuchó que había recompensa por vencer a Goliat y se animó a hacerlo. Así que al llegar a casa, seguramente le dijo a su padre que había cumplido con lo que le había encargado y además, como un “pequeño extra”, mató a Goliat, el enemigo del pueblo de Israel. ¡David hizo más de lo que le pidieron! Nadie le solicitó que matara a Goliat, lo hizo por iniciativa propia, por amor, y gracias a ello, se cumplió la voluntad de Dios para su vida.

Abraham también hizo más de lo que le encargaron. Dios le había pedido a su hijo Isaac y él obedeció, pero luego, cuando el ángel le dijo que no lo sacrificara porque ya había demostrado su obediencia, Abraham tomó un carnero y lo sacrificó3. Entonces, por cuanto hizo eso, buscar sustituto para el sacrificio, Dios le favoreció en gran manera. Queremos ser bendecidos sin hacer ni siquiera lo que nos piden, pero hacer más de lo que se espera nos garantiza el favor de Dios.
Jesús es otro ejemplo de alguien que hizo más de lo que le pidieron, ya que dice la Escritura que en la cruz, al abrirle el costado, salió sangre y agua4. El Padre le había pedido derramar Su sangre, pero Él lo dio todo. Además, en varios pasajes vemos que Jesús fue enviado para salvar al pueblo escogido, por eso, le dijo a la cananea que había sido enviado a las ovejas perdidas de Israel y que no podía darle el pan de los hijos a los perros. Pero Jesús fue más allá, murió por todos y seguramente al llegar con el Padre le dijo: “Me pediste que me sacrificara para salvar al pueblo de Israel, pero he salvado incluso a los gentiles”.

Respecto al templo del Señor, también vemos que se hizo más de lo que se había pedido. Dios le habló a Moisés y le dio instrucciones precisas sobre la construcción del Tabernáculo5, pero nunca ordenó la construcción del templo. Ese proyecto nació del corazón del rey David6 y su hijo, Salomón lo hizo realidad. Moisés construyó por obediencia, pero David lo hizo por amor y eso es obrar más allá de lo que nos mandan. Nunca esperes que Él te diga todo lo que tienes que hacer y darle, porque Dios recibe con agrado lo que nace de nuestro corazón agradecido. David no esperó a que el Señor le pidiera, al contrario, se propuso hacer una casa digna de Su presencia, ofrendó de lo que tenía y pidió que el pueblo se uniera al proyecto.

El deseo de David de agradar al Señor era tan grande que solo en oro ¡ofrendó 5.8 billones de dólares!7. Todos queremos cantar y alabar como este gran rey, pero también debemos aprender a ofrendar como él.

sa obra majestuosa agradó tanto al Padre que la santificó y prometió tener los ojos y oídos atentos a la oración en dicho lugar8. Prométele al Señor que le darás lo que merece, que tu corazón generoso le ofrendará más de lo que te pide, porque le amas profundamente y servirle es lo más importante en tu vida.

 

1 Lucas 17:7-10 relata: ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

2 1 Samuel 17:17-20 cuenta: Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos. Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos. Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate.

3 Génesis 22:9-14 dice sobre el sacrificio de Isaac: Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

4 Juan 19:33-34 recuerda: Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

5 Éxodo 25:1-9 relata lo que Dios habló a Moisés: Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

6En 1 Reyes 8:17-18 Samuel dice: Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo.

7 En 1 Reyes 8:17-18 Samuel dice: Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo.

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