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La oración efectiva

10 de septiembre de 2008

Tiempo de lectura: 9 minutos

 

 

 

He aquí te dice el Señor: “Hijo mío, yo te quiero abrazar esta noche. Te quiero dar un abrazo de calor como sólo yo lo sé hacer, sólo yo que soy tu padre. Mis ojos ven todo lo que tú haces, mas mis oídos están atentos a tu clamor. Tú pides auxilio y yo te lo daré y aun así, yo te libraré de accidentes, de angustias y yo daré a tu vida paz. Y tú que me sirves, dice el Señor, yo voy a redimir tu cerviz».

Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Cuando oramos, nosotros podemos evocar en nuestro pensamiento de que el orar con el padre nuestro va a ser suficiente, yo no estoy desestimando ni restando importancia a lo que el Señor respondió a sus discípulos cuando les dijo: “Señor, enséñanos a orar. Si oramos con fe y tomamos nuestro tiempo, ¿cuánto nos puede llevar dirigirnos al Señor y elevar la oración del Padre Nuestro? Quizá tres, quizás cinco minutos, quizás una oración incompleta que se quedaría a media, porque el Señor nos pide que nosotros nos metamos en intimidad con Dios. El Señor nos pide que estando solos nos dirijamos a El, ¿para qué íbamos a cerrar la puerta si nuestra oración fuera breve? El Señor sabe la importancia de estar en su presencia, por lo que nos dice que lo hagamos en intimidad, y no como los hipócritas que oran para que los demás los vean. El sabe que nosotros tenemos necesidad de orar y estar en su presencia un tiempo largo. Watchman Lee fue un predicador y fue un hombre que escribió mucho acerca de la oración y cuando el murió hace varios anos, las personas que hallaron su cuerpo se sorprendieron al descubrir algo.

¿Qué creen que descubrieron en el cuerpo que ya había muerto? Descubrieron algo y fue un hallazgo en sus rodillas, las rodillas de este hombre estaban gruesas como la piel de un elefante. ¿Te has dado cuenta como es la piel de un elefante? Gruesa, áspera, seca, arrugada. Llegar a tener las rodillas así por haber pasado horas y horas en la presencia del Señor en oración, eso no se adquiere tan fácilmente. Tócate tus rodillas, ¿son como de elefante? Verdad que todavía no, les falta mucho. ¿O son como las de un bebe? Suavecitas, tersas. Tócale la rodilla a tu vecino, sólo la rodilla. Si alguien detectó que su vecino tiene las rodillas de un elefante, levante la mano, y no me refiero al grosor de la pierna, sino a la textura. Yo todavía no las tengo así, me hace falta mucho. La escritura dice que cerremos la puerta, que nos metamos en intimidad con el Señor y nos dice: Tómate el tiempo de estar en mi presencia porque tienes necesidad y la necesidad no se va a resolver con una oración rápida. El Señor me dijo hoy: “Quiero que les compartas cómo deben ellos inhabilitar a su enemigo”.

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,  diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? El Señor enseñaba mucho en parábolas para que uno aprendiera, discerniera. También les dirigió a Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre. Necesidad de orar siempre y no desmayar en tu oración. Si tu necesidad es grande, tienes que orar siempre sin desmayar, sin cansarte y eso lo vas hacer en la intimidad con el Señor, habiendo cerrado la puerta. Cuando cierras la puerta, empiezan a ocurrir milagros, aislas todo el mundo exterior y sólo queda el Señor y tú. ¿Han experimentado ustedes esa experiencia tan linda de estar a solas con el Señor? ¿Quiénes lo han experimentado? Los demás se lo han perdido, pero les vamos a enseñar que es necesario hacerlo.

Había en aquella ciudad una viuda… hazme justicia de mi adversario y El no quiso por un tiempo, pero después de un… porque este viuda me es molesta, le hare justicia… oíd lo que dijo el juez injusto: Acaso Dios no hará justicia a los escogidos?

Di: Yo soy su escogido. ¿Acaso no hará Justicia a sus escogidos que claman de día y noche? ¿Se tardará en responderle? ¿Cuándo tenemos que orar? Siempre, sin desmayar, día y noche. Es claro el Señor en la instrucción. “Os digo que pronto les hará…”

Se que ustedes han escuchado esta parábola y han sido enseñados en que en base a la insistencia de la viuda, este juez la escucho y concedió su petición. Hemos sido enseñados que si insistimos vamos a obtener una respuesta a la oración, pero te tengo una sorpresa: si pedimos así, la oración está incompleta, es parcial y el Señor nos dice que si tenemos necesidad, tenemos que hacer las cosas bien hechas, completas y nos va a enseñar cómo. Nosotros aquí vemos tres personajes: El juez, la viuda y el adversario. Con honestidad, te pregunto: ¿Cuándo oras,  pides por tu adversario? Verdad que no, entonces nunca lo inhabilitamos, este juez de una forma negativa representa a Dios. La viuda representa la iglesia, nos representa a nosotros y obviamente, el adversario. Si yo estoy dentro de mi habitación en mi lugar secreto, yo puedo clamar hacia ese tercer cielo al trono de la gracia y entablar una relación con el Señor, con mi Dios. Lo voy a ejemplificar de esta forma: Ahí está el trono y yo estoy sólo con El cerrada la habitación, yo me meto con el Señor y establezco lo que El me permitió, él rompió el velo, tengo derecho de entrar a su trono, a su presencia y empiezo a clamar, sus oídos están atentos a mi clamor. Pongo mi petición y El me va a responder, pero en la parábola El representaba a Dios un juez malo, que no respetaba a ningún hombre, pero el Señor nos dice: ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos? Nosotros vamos a pedirle al Señor, porque se que me hará justicia y concederá los deseos de mi corazón y a satisfacer la necesidad que yo  tengo. Si estoy de rodillas ante él, el me ministra a mí, no me tengo que olvidar que tengo a alguien que me está observando y es el adversario. Satanás quiere decir adversario.

Quiere decir “enemigo”. Tú tienes un adversario, tú tienes un enemigo y no te debes de olvidar de él. La viuda decía: “Hazme justicia de mi adversario”, nosotros somos la iglesia, nosotros tenemos la necesidad y hemos estado siendo oprimidos por el adversario, por el enemigo. ¿Cuántos de los que están aquí  no están oprimidos por enfermedad, vicios, problemas financieros, por tantas cosas que podría enumerar y hacer una gran lista y estamos siendo oprimidos, atacados. Satanás es un usurpador y no lo debemos de subestimar en el momento de nuestra oración. Jaimito, yo a ti te estimo mucho, te quiero mucho, te conozco, pero te voy a pedir que pases aquí y tú vas a ser mi enemigo. Tú vas a ser mi adversario, míralos para allá. ¿Ustedes creen que el tiene cara de ser su enemigo? Haga su peor cara. El va a ser mi enemigo, él va a ser mi adversario, el va a ser Satanás en el momento de mi oración. Lo quiero ejemplificar para que ustedes me agarren bien el concepto. La oración efectiva completa tiene que tener tres pasos: Uno es mi comunión con el Señor, como yo lo ministro, lo bendigo, como yo lo alabo, eso es lo más importante; el segundo pasó tengo que ser yo. Tengo que presentar mi necesidad, lo que quiero que el Señor me conceda y le tengo que decir Padre tengo tal problema, tal necesidad, vengo a ti, tu Palabra dice que tus oídos están atentos a tu clamor. Si el Señor me lo concede y yo lo recibo, he logrado una gran victoria, pero mi enemigo, mi adversario, el me quiere matar, destruir las bendiciones que acabo de obtener. Yo no me tengo que olvidar que el existe y tu podrías decir: ¿Por qué voy a manchar mi oración? ¿Por qué voy a contaminar mi oración recordándome que tengo que pedir por mi enemigo y mi adversario? Pero no es para que el reciba bendición o perdón, sino que yo le tengo que recordar que acabo de recibir una victoria, que yo soy un escogido de Dios, le tengo que recordar que el Señor murió por mí que por su sangre he sido perdonado de todo pecado.

Yo le tengo que recordar mis victorias que me han sido dadas por herencia y le tengo que hacer sentir que el esta frustrado, que el esta inhabilitado, incapacitado para usurpar, yo sé lo tengo que recordar. El Señor dice que el va hacer justicia a sus hijos, él le va hacer justicia a mí, pero el enemigo me la va a tratar de quitar. Yo tengo mis armas espirituales para llegar contra él y decirle no vas a poder, ahora vas a ver quién soy yo, ahora vas a saber quienes somos los escogidos, usurpador. ¿Verdad que le sonó chocante la Palabra? Pero el Señor, en Génesis 3 me enseña que a El si le puedo decir así. En Génesis 3:14 después de que Satanás ha hecho caer a la mujer, le dice así: Y Jehová Dios dijo a la serpiente, por cuanto esto hiciste, maldita serás en todas las bestias, y entre todos los animales del campo sobre tu pecho andarás y polvo olerás todos los días de tu vida y pondré enemistad entre ti, y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya, ésta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el carcañal, con esa maldición. El Señor dejo incapacitado a Satanás, al enemigo, le inmovilizó la cabeza. ¿Tú crees que alguien con la cabeza inmovilizada puede actuar contra ti? Alguien que no piensa, que no puede dar órdenes a sus miembros ¿puede actuar contra ti? ¿Verdad que no? Entonces yo ejemplifico, si yo toda mi vida he sido atacado por mi enemigo, por mi adversario, por ejemplo, con enfermedad o mi familia ha venido siendo víctima de Satanás por enfermedad, si todos los hombres de mi familia han muerto jóvenes, o todos han padecido de diabetes, o han sido asesinados, o han padecido de Aizhimer, o si tú has venido para abajo y para abajo, tus negocios te han venido debilitando, ya no tienes los ingresos de antes, estás en bancarrota o si tu familia ha sido atacada por el adulterio, por vicios, amenazas, intrigas, calumnias, es porque has estado oprimido, y el Señor dice que ha venido a dar libertad a los oprimidos. El Señor me vino a dar libertad de mi cautiverio y de mi opresión.

Yo he reconocido que mucho de lo que me ha pasado ha sido por el. Entonces, llegó el momento de mi venganza, voy a dar un grito de venganza y tú lo puedes dar también. Dile a Satanás: ¡Ahora me voy a vengar de ti por todo lo que me has hecho! Rápido aprende, acuérdate de la oración efectiva, exaltar, alabar y bendecir a tu Dios. Dos: Tú por eso es que se nos ejemplifica con la viuda, porque la viuda representa soledad, y tus batallas las tienes que pelear tú solo, no esperes que las pelee alguien más; tú estás habilitado para pelear tus propias batallas y pedir tus propias necesidades. Tercero: No te olvides de tu adversario; si te vas a vengar de él, entonces le voy a pedir al Señor que inmovilice su cabeza, ya nos enseñó que lo hizo en el Edén y en el libro de Colosenses también nos dice que en la cruz del calvario, él expuso a todos los demonios y los echó afuera. Ahí está la segunda inmovilización de la cabeza de Satanás, primero le pido que inmovilice su cabeza y que lo maldiga como lo hizo en el Edén y en la cruz del calvario, esa es la primera parte de tu venganza. La segunda es que le vas a pedir que cierre la boca, ¿cuántos de los que están aquí han sido calumniados alguna vez? ¿Contra quienes han levantado un chisme algo que no era cierto? Hace poco, contra mí se levantó una mentira y yo sabía quién la había dicho, pero no fui con esa persona, sino con mi padre y le dije: “cierra su boca,” y se la cerró y no saben de que manera lo hizo. ¿Tú crees que puedes mandarle a cerrar la boca a tu enemigo?

Tercero: Pídele a Dios que lo ate. En Mateo 12 nos dice que nosotros tenemos que atar al hombre fuerte para que no usurpe nuestra casa. Y yo lo voy a ejemplificar: Con toda la violencia que hay en nuestro país, no a muchas personas les inhabilitan la cabeza con una cacha, no a la mayoría les cierran la boca con cintas, pañuelos, no a muchos los maniatan, si nosotros no hacemos eso contra nuestro adversario, entonces él lo hará con nosotros. Tus armas no son carnales, sino espirituales y ahora yo traje aquí algo para ejemplificarlo: ¿Para que se metió conmigo? ¿No sabía que el Señor ya me había comprado con su sangre? ¿Que soy un escogido? ¿Que soy perdonado? ¿Que El me concede todo lo que Yo le pido? Conste que yo no le dije que viniera vestido así. Pero le pido a Dios que lo maldiga y que inhabilite su cabeza, mire que cabeza más inhabilitada la que tiene. Ya no puede dar ninguna orden, no puede usurpar, no se puede meter y ahora le pide al Señor que le cierre la boca.

Todo esto es espiritual. Usted no sabia con quien se estaba metiendo. Necesito aquí un ángel que me ayude, ahora lo voy a atar todo. Esta inhabilitado, tiene la cabeza inmóvil, no puede decir nada en contra de mí, y ahí si lo tengo bajo mis pies. Quieres tener así a tu adversario, a tu enemigo? Entonces, usa tus armas. Si el señor te las dio. Yo tengo fe porque soy su escogido, soy su redimido, pero tengo que incluirlo en mi oración. Yo ya lo ate, pero que tal si quedan las obras en mi vida? I Juan 3:8 El que practica el pecado es del diablo porque el diablo peca desde el principio, pero aquí esta lo glorioso: Para esto apareció el hijo de Dios. Yo le puedo decir al Señor que deshaga las obras que el hizo en mi vida, que deshaga la enfermedad, que deshaga mi mala fama, un desprestigio, un problema económico y financiero, yo le puedo decir al Señor que deshaga cualquier obra de Satanás en mi vida, igual lo puedes hacer tú.

En el momento de tu oración, hay dos grandes fuerzas opuestas, la del bien y la del mal, ¿de qué lado quieres estar? ¿De este, o dándole libertad al enemigo?

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