¿Quién dijo que el camino sería fácil?

Abraham tuvo que salir de la tierra de sus padres, pero recibió la Palabra del Señor que le prometía bendición para él y sus generaciones; solo eso le bastó para confiar a pesar de que no tenía claro un camino y un destino. El Señor le prometió a Moisés una tierra donde fluiría leche y miel, y este creyó. Tanto Abraham como Moisés dieron un paso de fe. Las promesas del Señor suceden solo después de empezado el camino, no antes. ¿Cómo quieres vivir tu camino?

Para saber qué pasará en él, necesitas un encuentro con Jesús. Me llama la atención, en el Nuevo Testamento, la historia del ciego de nacimiento que tuvo un encuentro con Jesús gracias a la observación inquisidora de sus discípulos[1]. Jesús untó sus ojos con lodo y le dijo que se levantara y fuera al estanque de Siloé; el ciego así lo hizo, creyó en quien le daba aquellas instrucciones, aunque ni siquiera lo conociera. Tuvo fe y al ser sanado declaró su milagro.[2]

No sé si tu encuentro con Dios fue luego de tocar fondo, quizá para ti no fue necesario llegar a ese extremo; lo que sé, sin embargo, es que mientras estés en el camino, en cualquier momento podrías experimentar la mayor bendición para tu vida. Muchas veces nos estancamos en la simple expectativa y se nos olvida que hay un camino que debemos transitar para llegar a descubrir qué es lo que está del otro lado. Claro que cuando nos acercaos a Jesús, el camino nunca será perfecto, pero mientras vayas sobre el camino es cuando Jesús hará algo con tu vida.

El camino de cada uno de nosotros es diferente, pero no olvides que vas caminado en compañía del Espíritu Santo, que te acompaña. Si el camino es difícil, tan solo disfrútalo en Su compañía. Suele suceder que cuando nos encontramos en dificultad dudamos sobre estar en el camino correcto, pero si el camino fuera fácil, ¿cómo podríamos aprender a confiar? ¿Cómo sabes que Dios es tu sanador si no pasas por una enfermedad? Lo que Él quiere es que aprendamos a confiar en Él. Lo que te prometió está al final de ese mismo camino y debe ser de bendición para muchos, resiste un poco más y lo alcanzarás.

Un día, mientras conducía mi automóvil, le dije a Dios: “Señor, está difícil ser pastor, por favor asígname algo más fácil”, y Él me respondió que no me llamó para que mi camino fuera fácil y que, aunque el camino estuviera difícil, al final recibiría bendición.

Si Jesús transitó el peor camino de todos para que nosotros pudiéramos transitar el camino de la verdad y la vida, lo hizo por gracia. Agradécele por haber transitado la parte más difícil de ese camino y pide que te dé fuerzas para transitar lo que haga falta.

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[1] Juan 9:1-5: Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

[2] Juan 9:6-9: Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.

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