Hemos tenido situaciones en las que nos hemos sentido débiles y que no podemos más. Pero es en esas situaciones en las que la Biblia nos enseña “diga el débil, fuerte soy”.
La fe, sabiduría y confianza en el Señor son más importantes que el oro y la plata. Entrégale tu vida para
que Él sea refugio y seguridad en medio de las tribulaciones.