Mujer: que nada ni nadie te impida sentirte orgullosa de tu corazón de madre.
Debemos cansarnos en la obra, pero no de la obra.
Si el Señor siendo quien es no nos rechaza, ¿qué nos impide acercarnos a Él?
Creer y confesar la resurrección de Cristo es lo que nos da acceso a la salvación eterna.
Entrégale a Dios el trabajo de tus manos y Él hará milagros en tu vida y tu ministerio.