Conéctate a nuestro servicio en vivo
Conéctate a Intercesión
Conéctate a nuestro Discipulado
Un solo Señor

Un solo Señor

13 de agosto de 2024

Tiempo de lectura: 4 minutos

La gente fluctúa en su vida financiera entre pedirle a Dios con fe y pedirle al dios de este siglo que se mueve tras el dinero del engaño de las riquezas. Esto se comprende cuando se afirma que el dinero sirve para todo, aunque no pueda comprar todo.[1] Pero puede llevar a la tentación de creer que es Dios y puede llevar a la tentación de depender de él.

El dinero ha sido capaz de influir en las oraciones de la gente porque le piden a Dios de acuerdo con el dinero que tienen, y no según lo que Dios puede hacer, como se expresa en el libro de Isaías.[2] Recuerda, Dios te bendice, pero el diablo te engaña y eso es muy peligroso. Jesús hizo milagros sin acudir al dinero y Judas, el tesorero, aunque vio los milagros económicos estaba bloqueado porque tenía un concepto terrenal acerca del dinero, y no un concepto de Dios.

Milagros económicos de Jesús

Entonces, si Jesús hizo su primer milagro convirtiendo agua en vino, que no es un bien de primera necesidad, también puede hacer milagros para que tengas techo, comida, abrigo y todo lo que necesitas. Jesús les dijo a sus discípulos que le dieran de comer a la gente, aunque no había comida; luego multiplicó dos peces y cinco panes para alimentar a más de cinco mil personas sin gastar un solo centavo. Y en cada ocasión, Judas no entendió que de la bolsa que administraba, nunca alcanzaría para todo, pero Dios sí podía suplirlo todo. Es que Judas seguía a Jesús, pero adoraba al dios del dinero, vivía en el engaño de las riquezas

Hay pobres y ricos igual de engañados confiando en el dinero y esa es su esperanza en la vida. Existen cristianos que con la boca adoran a Dios, pero con su corazón están adorando al dios de las riquezas y hay que definirse porque viven en medio de un gran conflicto.[3]

La definición de amar a un solo Dios

Jesús, como un hombre rico, comprendía la realidad del conflicto que se genera cuando se quiere confiar en las riquezas en lugar de Dios, por eso sabía qué preguntarle al hombre rico. El joven rico guardaba la ley de Moisés dada por Dios, pero no estaba dispuesto a sacrificar su futuro, poniendo a Dios en el lugar de adoración antes que a sus riquezas. Al definir su situación quedó triste, pues su riqueza no la contó como parte de la bendición de Dios.[4] El dinero era su esperanza y no quería perderla porque le daba sentido a su estilo de vida. Pero queda claro: Cristo es nuestra esperanza de gloria, si ocupa el primer lugar en el trono de nuestro corazón.

Poner la confianza en la abundancia de bienes económicos es el blindaje del engaño de las riquezas. Por eso, Pablo le recuerda la lección a su discípulo Timoteo: enseñar a los ricos de este mundo a no poner su confianza en las riquezas.[5] La riqueza no debe robar la paz, la salud y el futuro, eso lo hace el engaño de las riquezas y no permite operar en el reino de Dios.[6] Si deseamos las bendiciones de Dios, debemos cambiar el sistema interno de creencias por medio de la Palabra de Dios.

Judas apreció el dinero y menospreció los milagros económicos que hizo Jesús. El joven rico valoró más el dinero que guardar los mandamientos de Dios. Si se logra sacar este engaño de las riquezas del corazón vendrá un gran avance espiritual para buscar el reino de Dios y su justicia, y que todas las cosas sean una añadidura.[7] Al desenmascarar el engaño de las riquezas, Jesús señaló la nueva ruta para servir a un solo Dios y hay muchos cristianos como jugando en ambos lados.

Dios trabaja el intercambio

Cuando damos los diezmos y ofrendas se efectúa un intercambio, porque Dios promete que abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendición hasta que sobreabunde. Los discípulos hicieron la pregunta directa: ¿Qué recibiremos por haber dejado todo? La respuesta fue contundente: se sentarán en 12 tronos para juzgar a las tribus de Israel, tendrán tesoros en los cielos y la vida eterna, además recibirán cien veces más de lo que hayan entregado, casas, herencias y bienes familiares.[8]

Finalmente, se requiere más fe para dar lo recibido que para recibirlo. La prueba de fe es dar lo que ya tienes, como parte de la bendición recibida. Eso puede ser un bien económico, un sueño logrado, pero siempre quien lo da en fe, recibirá mucho más que eso como recompensa divina.[9]

Referencias

[1]Eclesiastés 10:19 (RVR1960): Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.

[2]Isaías 55:1 (RVR1960): A todos los sedientos: venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

[3]Mateo 19:16 (RVR1960): Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

[4]Proverbios 10:22 (RVR1960): La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.

[5] 1 Timoteo 6:17 (RVR1960): A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.

[6]Marcos 10:23-27 (RVR1960): Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

[7]Mateo 6:24 (RVR 1960): Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

[8] Hebreos 11:17 24 (RVR 1960): Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito.

Temas relacionados:
| | | |

¿Te gustó? Compártelo en tus redes

También te puede interesar

Un solo Señor

Pastor Cash Luna

El riesgo financiero persigue a la riqueza, por eso es la bendición de Dios la que enriquece y sus principios bíblicos son la única protección de los bienes para no caer en el engaño de las riquezas.

Dios nos da el poder de hacer las riquezas

Pastor Cash Luna

La riqueza y la pobreza siempre han acompañado a la humanidad, ambos estados pasajeros tienen el potencial de dar felicidad o aflicción de espíritu, por eso es necesaria la bendición del cielo porque Dios da la capacidad de adquirir las riquezas para nuestro bien.

El Dios que me bendijo

Pastor Hugo López

Existe un encadenamiento de la fe para alcanzar las promesas de Dios en las nuevas temporadas, cuya continuidad requiere mantenerse creyendo que veremos los mismos milagros de bendición que las generaciones anteriores.