Dios da semilla al que siembra.
Todo lo que pidamos al Padre, Él nos lo dará.
Trae los diezmos al alfolí.
El Dios que no nos abandonó cuando éramos niños es el mismo que nos cuida hoy.
Las promesas que Dios ya te ha hecho no caducan hoy.
Antes de usar tu materia prima para entregarla al mundo y llenarte de vanidad, mejor entrégasela al Señor y hónralo a Él.