15 de julio de 2025
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En este tema se aprende cómo provee nuestro Padre celestial, de qué manera lo hace y qué es lo que provee. Hay tres provisiones que vienen del Padre. La primera es que nos dio a su hijo por amor.[1] Uno de los lenguajes de amor de Dios es dar. Cuando damos con alegría, nos parecemos a nuestro padre celestial que dio a su único hijo y lo hizo con alegría. Por eso, no puedes dar sin amor, pero no puedes amar sin dar.
La ventaja de nuestro Padre celestial es que nunca deja de estar presente y siempre está proveyendo, porque su naturaleza no se pone a analizar si da o no da.[2] Nunca escatimará todo lo que pueda dar; si así dio a Jesús su hijo, esta es la base fundamental para pedir con fe todo lo que necesites y lo que desees.
La segunda significativa provisión de Dios es el Espíritu Santo. Como Padre, nos dará al Espíritu Santo para que esté de manera permanente con todo su poder en nuestra vida.[3] El plan original de Dios es que sea el padre de familia que provea para las necesidades de su casa, por eso lo ejemplifica como el proveedor terrenal.
Con el Espíritu Santo nos dará buenas cosas; así lo ilustra con la figura de lo que pueden dar a sus hijos los padres, sean buenos o malos, pero si siendo malos sabemos dar buenas cosas, cuánto más nuestro Padre celestial dará lo mejor para sus hijos que se lo pidan. No olvidemos que, así como proveemos a nuestros hijos, tenemos un Padre que prometió darnos lo que pidamos.
Entonces, nuestra fe incluye proveer para los nuestros y proveer bien con la bendición y la cobertura de nuestro Padre, que todo lo puede y todo lo tiene. Por eso puedes decir: Dios, mi Padre, me ha dado a su hijo, el Espíritu Santo, y me dará buenas cosas porque soy adoptado por el Padre celestial como un hijo. Estas son las tres cosas que Dios nos provee.
Dios despierta nuestra conciencia para vivir en la libertad de ser bendecido por Dios en todas las áreas de la vida, física, emocional, espiritual y económica.[5] Lo aprendemos en el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, porque así completaron la provisión a su necesidad de manera integral.
En el milagro de convertir el agua en vino, aprendimos que eso era un buen deseo y no una necesidad, porque se trataba de la celebración de una boda. Por ese milagro manifestó su gloria, sus discípulos creyeron en Él y dio a conocer su naturaleza para satisfacer tanto necesidades como deseos.
Cuando Dios terminó de crear todo, lo consideró perfecto y la frase «bueno en gran manera» implica que no solo era bueno en el sentido de que se cumplía el propósito. Sino que también era reflejo de la perfección y armonía de la creación de Dios, la máxima excelencia y belleza de Su diseño para esta Tierra.[6] Cada elemento geofísico, como los volcanes, los lagos, los mares y las montañas, expresa lo mejor de Dios para que lo disfrutemos.
Imitemos la excelencia de lo mejor que Dios nos da aplicada a todo lo que hacemos en nuestra vida laboral, profesional o comercial, dando la mejor y única calidad.
Si tú quieres saber cómo son las cosas que Dios da, tienes que observar las cosas que Dios creó. La maravilla del mejor lago del mundo como Atitlán, la belleza de la cadena volcánica del país reflejan el amor de Dios por Guatemala y el mundo.
El mejor vino que Jesús dio, las buenas cosas que tiene para sus hijos, lo mejor de la belleza de la creación, la vida misma de su hijo perfecto que nos envió, solo expresan que debemos admirar lo mejor y pedirlo como necesidades y deseos. Por lo menos, que se asemeje a la calidad que Dios haría con fe, sabiduría e inspiración.
Jesús ya no es el carpintero que vieron en Israel; ahora es el Rey sentado en su trono, rodeado de calles de oro y un mar de cristal. Anhela las mejores cosas porque esa es la naturaleza de Dios en tu vida. Cuando de verdad consideras que Él es tu Padre, Él te provee de acuerdo con lo que tiene y no según tus limitaciones. Muchas de tus oraciones las haces a Dios de acuerdo con lo que tienes y no de acuerdo con lo que Él te proveerá.
Es necesario romper con el pensamiento humano, con los pies en la tierra, y creer en las promesas de Dios, que es nuestro Padre en el cielo, más alto que nuestro padre humano. Este es un proceso de transformación en la mente y en el corazón para orar más allá de ti mismo, orar realmente a tu Padre en el cielo.
En conclusión, le voy a tener fe y paciencia a Dios, pero tengo que aprender a pedirle a Dios y no a mí mismo. Ya no pidas lo que sea, pide buenas cosas y trabaja por ellas con mucho esfuerzo y dedicación.
Padre, yo te pido que tu Espíritu Santo venga hoy a mi vida, que sea dado en abundancia, y que nuestra copa rebose de tu presencia y la revelación de tu Palabra cobre realidad en cada persona y cada familia. En el nombre de Jesús. Amén.
[1]Juan 3:16 (RVR1960): Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
[2]Lucas 11:9-13: Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
[3]Mateo 7:7-11 (RVR1960): Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
[4]Romanos 8:32 (RVR1960): El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
[5]Mateo 14:15-21 (RVR1960): Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. Él les dijo: Traédmelos acá. Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
[6]Juan 2:6-11 (RVR1960): Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
[7]Génesis 1:31 (RVR1960): Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
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