25 de noviembre de 2014
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Todos conocemos el famoso pasaje de la Biblia en el que Jesús, caminando sobre el agua, le dijo a Pedro que fuera donde Él estaba[1]. ¿Pedro tuvo fe? Claro que sí, porque comenzó a caminar sobre el agua, pero luego tuvo miedo y dudó. A veces nos sucede lo mismo, emprendemos algo con fe, aunque frente a las situaciones adversas, dudamos y nos debilitamos. ¡A mí se ha sucedido! Por ejemplo, al casarme le creí al Señor por un regalo de bodas que aún no ha llegado, sin embargo, sigo creyendo. Cuando la promesa tarda en llegar, dudamos: “¿Será que debí pedir eso?” Si la sanidad no llega pronto, nos preguntamos: “¿Será que Dios quiere sanarme?” Frente a dichas situaciones, ¿cuál debe ser nuestra actitud?
Si recordamos a Abraham, a quien consideramos padre de la fe, vemos que él creyó a pesar de todo, por sobre su realidad que le gritaba que era imposible que tuviera un hijo. Esa es la fe que debemos imitar, la que no se doblega, la que se combina con la paciencia para heredar las promesas de Dios[2].
El Señor me ha mandado a enseñar sobre la paciencia a mi generación y a los más jóvenes, porque el mundo nos está educando para ser impacientes y ansiosos. Los avances tecnológicos pareciera que nos motivan a desesperarnos frente a la posibilidad de tener fe y ser pacientes. Ahora no se cree sin pruebas visibles y se busca desesperadamente obtener de inmediato lo que se desea. ¡No sabemos esperar! Todo lo instantáneo se valora por el espejismo de que nos ahorra tiempo, pero no todo puede ser así. Las cosas que de verdad tienen valor requieren tiempo, paciencia y esfuerzo. Aunque tengamos la posibilidad de comunicarnos inmediatamente a través de un mensaje de texto enviado desde nuestro teléfono celular, nada se compara con el placer de una buena y larga conversación cara a cara. Aunque es posible cocinar una sopa en el microondas, no podemos igualarlo a una cena preparada con tiempo y cariño. Ahora que es tan fácil comunicarnos por mail, se valora mucho más el tiempo y el esfuerzo de una carta escrita a mano. Sin embargo, los jóvenes quieren velocidad, rapidez, se niegan a esperar. Por eso, se escucha que piden a sus padres: “Cómprame el iPhone 6 porque el iPhone 5 es muy lento”. Sin embargo, ¡la paciencia en la mejor aliada de la fe!, como Robin es el mejor apoyo para Batman, y como Patricio lo es para Bob Esponja. Si deseas alcanzar valiosas promesas de Dios, ármate de fe y de paciencia, porque solamente de esa forma alcanzarás un buen final para lo que anhelas[3].
¿Qué es paciencia? Cuando la Biblia habla sobre Abraham, dice que esperó pacientemente, es decir que esperar y ser paciente no es lo mismo, porque sería redundante, como decir que subimos para arriba o salimos afuera. Así que al buscar el significado de paciencia, vemos que significa ser perseverante en medio del sufrimiento, por lo tanto, la paciencia está relacionada con algo largo y sufrido. Esperar es algo cotidiano, esperamos en el tráfico y al hacer cola en un banco, pero ser paciente es enfrentar esa espera incómoda con buena actitud, porque hay sufrimiento, ansiedad de por medio. Al esperar el cumplimiento de una promesa que no llega, hay que ejercer la paciencia para no caer en el desánimo. ¿Comprendes la diferencia? Es posible esperar con paciencia o con impaciencia.
Cuando mi esposa y yo nos fuimos de luna de miel, visitamos unas playas en el Caribe y nos entusiasmamos con la idea de aprender a bucear. Lograrlo es un proceso que toma varios días. Luego de algunas enseñanzas previas y ensayos, te llevan a la primera inmersión que realmente es incómoda. Después de esa primera experiencia, mi esposa no quería realizar la segunda inmersión, pero la convencimos porque vale la pena superar la incomodidad para disfrutar de la experiencia. Si has hecho deporte, sabes que en el proceso de preparación para una competencia hay momentos sufridos e incómodos que se deben superar con paciencia, enfocados en el galardón que esperamos obtener. Una prima practica gimnasia olímpica, y su mayor deseo es representar a Guatemala. Durante sus largas horas de entrenamiento se lastima las manos, pero ahí la ves aplicándose ungüento para sanar. Claro que es doloroso, sin embargo, lo afronta con paciencia porque tiene muy claro su objetivo. Si estamos dispuestos a pasar por esos sacrificios por una recompensa mundana, ¿cuánto más no debemos estar dispuestos a esperar con paciencia y enfrentar sufrimiento por alcanzar una promesa de nuestro Padre Celestial? ¿Cuánto estás dispuesto a esperar porque tu familia se acerque al Señor? Si estás creyendo por esa promesa, en medio de esos malos comentarios que a veces te hacen, no pierdas la paciencia, persevera; si Dios lo prometió, seguramente lo dará.
Para ver la obra completa, para ser íntegros y que no nos falte cosa alguna, es necesario tener fe y paciencia[4]. Eso dice la Palabra y así debe ser. Si ya tienes clara tu meta, no tires la toalla cuando la situación ser ponga difícil, sigue creyendo porque la paciencia es necesaria para que la fe alcance su propósito. Dios no es hombre para mentir; Él escucha nuestra oración y nos saca del pozo de la desesperación si le demostramos nuestra fe y esperamos el cumplimiento de Sus promesas con paciencia[5]. Recuerda que Él también nos ha tenido suficiente paciencia porque nos ama, por eso nos da ejemplo y nos perdona, a pesar de que podría dar rienda suelta a Su enojo[6].
Dios sabe que hay muchas personas pasando momentos de desesperación, de fatiga y de dolor, por eso me ha pedido que te diga: “Yo te sacaré de allí, te lo prometo”. El mismo Dios que cumplió Su promesa a Abraham, que sacó al pueblo de la esclavitud y que asistió al rey David, es quien te promete auxilio, así que ten paciencia y confía en Su Palabra. Si le has pedido por tu familia, por la prosperidad de tu casa, por la tierra que deseas poseer, ¡ten paciencia en medio del sufrimiento porque tu promesa vendrá! Dile al Señor con confianza: “Señor Jesús, te abro las puertas de mi corazón y te entrego mi vida. Gracias por salvarme y por darme promesas de bien. Creo en ti y esperaré pacientemente Tu manifestación gloriosa en mi vida”.
Versículos de Referencia:
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