25 de marzo de 2008
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Hechos 8
Vamos a tratar de adquirir conocimiento de todo el mover del Espíritu, pero ni sueñes que lo puedes llegar a estudiar. Mientras algunos lo estudian, yo lo ministro; otros estudian teología, pero yo lo escucho a El. El es una persona, no es algo, es alguien. El hace algo, pero no es algo. El descendió en forma como de paloma, pero no es paloma; quema como fuego, pero no es fuego; embriaga como vino, pero no es vino; te puede hacer hablar en lenguas, pero no es lengua. Es una persona real, tangible. Les decía a todos los músicos que por qué cantan ese coro, “aunque mis manos no te puedan tocar,” si sí lo podemos tocar. ¿Cuándo nos vamos a poner de acuerdo en qué queremos? Cantemos lo que queremos. Cantamos que con manos vacías nos presentamos ante Dios, y la Bibliala Palabra acá que el Espíritu llenó a Jesús. Dice que no nos presentemos con las manos vacías. Es un problema cantar cuando no se saben las Escrituras. Dice Llenos, guiados en el poder. Si se dan cuenta, la transición entre que Dios te llena y caminas en su poder, es ser guiado por el Espíritu Santo.
Hechos 8:29
Y el Espíritu dijo a Felipe acércate y júntate a ese carro. El Espíritu nos puede guiar a cosas específicas como esta. Acércate a ese carro, dirígete a una colonia, ve a la casa de alguien. Ese es al nivel que todos queremos que el Espíritu nos guié. El Espíritu nos puede dar dirección, guiar, pero no dar guianza. El te puede dar instrucciones. Aquí había un momento específico en que el Espíritu Santo le habló a Felipe palabras que no estaban en ningún lugar del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento. Sin embargo, el Espíritu Santo fue el que llamó a Felipe y le dijo “acércate a ese carro”.
Hay gente que quiere ser guiada por el Espíritu violando los mandamientos del Espíritu. Felipe sabía que el mandamiento era predicarle a todo el mundo, y el que creyera y fuera bautizado, sería salvo. El mensaje que Felipe llevaba a esas personas, de gran jerarquía, y lo que le presentó fue el mensaje de salvación. Pero muchos quieren ser guiados por el Espíritu a no presentar el mensaje de salvación. El Espíritu nos guía para presentar el evangelio. Si queremos conservar al Espíritu como nuestro guía, y conservar el avivamiento, tenemos que seguir haciendo aquello para lo cual Dios estableció a su iglesia. El modelo es importante. Después de hablarle, sucede algo sobrenatural.
39 cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebato a Felipe… el evangelio a todas las ciudades…
Soy guiado por el Espíritu para anunciar el evangelio. Mucha gente le llama avivamiento del Espíritu a encerrarse en un closet todo el día, salga a hablar de Jesús. Di: “Recibir unción es recibir trabajo”. Hay gente que tiene más unción que yo, pero trabaja menos. No te van a medir por cuanta unción tienes, sino por los resultados que obtuviste con la unción que te dieron. Conforme a la uses, va a crecer su manifestación. Muchos de ustedes no han crecido porque han dejado de compartirla con las demás personas.
Hechos 10:19-20
Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
13 Y le vino una voz Levántate Pedro, mata y come.
El Señor había bajado un lienzo con animales inmundos y Pedro le dijo: “Jamás he comido cosa inmunda”. Aquí hay pasajes donde podemos notar que el Espíritu Santo nos puede guiar a cosas muy específicas. Puede ser que hoy que vayas a tu casa, el Espíritu Santo te diga “desvíate y lleva esta Palabra”. Eso es fantástico, pero el problema es que la gente sólo quiere oír eso del Espíritu Santo, y no que su vida sea dirigida por El. He oído la voz del Espíritu Santo muchas veces en cosas específicas. Recuerdo para una Navidad, el día 25 desperté y el Espíritu Santo me dijo: “Quiero que tomes tu auto y salgas, yo te voy a guiar”. Tomé mi carro y vi un restaurante abierto y pensé en tomarme un café. Pero el Espíritu Santo me dijo que siguiera, que Él me guiaría. Me dijo que fuera a la colonia donde crecí y que parara el carro ahí. Y lo hice. Cuando en eso, salió de la puerta una amiga de la infancia, y me preguntó: “¿A qué veniste?”. “A visitarte,” le dije. Ella respondió: “Veniste en un momento preciso, acaban de matar a mi hijo”. ¡Claro que se puede!
Estaba en unas Noches de Gloria orando en mi habitación y afuera estaba quien iba a ministrar la música allá afuera. Pero me muestra el Señor cómo va a suceder el culto.
Estando ahí, me muestra tres personas que van a ser tocadas por el Espíritu. Como me muestra los nombres, las personas y cómo van a llegar vestidos en las cruzadas. Cuando salgo, sólo miraba los pies del que iba a ser sanado. Cuando íbamos en el carro le dije: “Vas a ver que en el servicio, a los tantos minutos va haber una persona mujer que va a ser tocada por el Espíritu, luego un hombre…” Tres señales le di. Me paro yo a ministrar, así como estoy hablando aquí. Y de repente, una mujer tal como le dije, “va una”. Después, toca al otro, y le dije “van dos”. Y luego, el tercero. “Te lo dije, y el cuarto sos vos”. El Espíritu nos puede guiar en tantos detalles tan precisos, pero encuentra un problema que gente se espiritualiza mas de la cuenta. El evangelio ya de por sí es místico, pero sólo así quiere vivir. No le da un beso a la mujer si el Señor no le dice, no va a trabajar si el Señor no los guía. Y el Espíritu no los está guiando a ningún lado.
Lucas 5:17
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
Sin leer esta Palabra, ni sueñe ser dirigido por el Espíritu. El poder estaba para sanar. Estaba Jesús haciendo lo correcto. Tú puedes estar enseñando y tener sobre ti el poder para sanar, pero no estás sanando. Debes aprender a escuchar la voz del Espíritu. Tú pudieras ministrar el poder de Dios fuera del tiempo en que Él quiera que lo ministres. Hay que aprender a escuchar.
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
¿Qué es lo que hace que el poder de Dios sea ministrado? ¿Una enseñanza, una prédica o un mandato? ¿El poder que estaba sobre Él se manifestó cuando predicó o cuando mandó? Los milagros, las sanidades, son una orden. Usted no va a caminar guiado por el Espíritu Santo; para estar bajo el poder del Espíritu Santo a no ser que aprenda de autoridad. Aquí puedo pasar enseñando no sabe cuanto. Mucha gente quiere ser guiada por el Espíritu, pero muchos de ellos no respetan autoridad, ni ministran bajo autoridad. ¿Se recuerdan cuando Jesús ayudo a un hombre con más fe, y encontró a un romano? El reconocía autoridad, le dijo: “Tú di la Palabra y mi siervo sanará”. Entonces, hay dos palabras que tienes que aprender a administrar: la Palabra, que es la prédica y la enseñanza que difunde o manifiesta el poder de Dios. El poder estaba ahí para sanar, pero no estaba sanando hasta que Jesús dio la Palabra. La enseñanza y la prédica la vas a aprender leyendo lo que Jesús dijo, pero la Palabra de autoridad, debes formar el carácter en el cual está el poder de Dios. Ahí estaba siendo guiado, sabía que el poder estaba y llegado el momento, lo usó. El pudo hacerlo diferente, sanarlo y luego enseñar. No tiene idea cómo batallé yo con eso. Porque mucha gente espiritualiza todo.
Fue a través de eso, que el Señor me enseñó el orden para ministrar. En tu célula tiene que haber un orden. Si mientras hablas el Espíritu se derrama, mejor si te callas tú, porque ahí manda el Espíritu. Pero mientras no lo haga, tienes que saber cómo llevar el orden de la ministración.
Cuando el hijo de uno de ustedes estaba enfermo, yo oí la voz del Espíritu que me dijo “dale a mamar tu dedo pequeño”. Y lo hice, y el poder de Dios derramándose, yo va de predicar. Morir a uno mismo no es encerrarse en un cuarto a llorar. Cuando el Espíritu te guía, muchas veces te va a guiar y no va a pasar lo que pensabas que iba a pasar, hasta asegurarse que tiene tu obediencia pasen o no las cosas, y cuando estés verdaderamente muerto, las cosas van a empezar a pasar. Saben que les enseño a ministrar, a llevar bien su vida, pero el reino de los cielos es sobrenatural. Cuando el Señor me dijo que comprara el terreno, sin dinero. Sólo apareció una silueta y se desapareció. Me dejó hablando solo, y compramos y empezamos a construir sin dinero. ¿Quién dijo que es dinero lo que necesitamos? Es fe, para que sea por el poder de Dios, por la confianza en sus promesas.
Romanos 8:6
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Guiado por el Espíritu. Yo voy a caminar conforme al Espíritu. ¿Qué es caminar conforme al Espíritu? He leído en no se cuantas versiones este versículo y la que más me impresiona es la King James.Walk after the spirit, estos son los guiados por el espíritu de Dios. Voy a caminar después del espíritu. Siempre vas a vivir entre la carne y el espíritu, siempre estás entre dos. Y dice que los guiados del Espíritu Santo son los que caminan después del espíritu, no de la carne. La carne te dice: “No pidas perdón”, y la carne misma se siente, y empiezas a sentir una humillación fea antes de ir a pedir perdón. Y la voz del Espíritu te dice: “Ve y hazlo,” ahora estás entre lo que oyes. Si no empiezas con eso, mucho menos vas a pasar al grado superior de ser guiado por el Espíritu Santo. O empiezas a caminar detrás del Espíritu en todo lo que hagas o Él no te va a poder guiar. Los que siguen la carne no son hijos de Dios.
Dice la Biblia que las obras de la carne son manifiestas, que son adulterio, fornicacion, inmundicia, lascivia, celos, iras, contiendas, disensiones, y les digo que los que practican tales cosas, no entran al reino de los cielos, mucho menos ser guiados por el Espíritu Santo. Esto empieza en la vida diaria, donde debes decidir seguir las obras de la carne o las del Espíritu. Dices: “A este le voy a decir tres bien puestas”. ¿Eso te lo dijo el Espíritu? Pero después, quieren hacer milagros. Por eso es que vemos mucha gente carnal hablando en lenguas, y los cultos es hablar en lenguas y de ahí no pasaron. Camine detrás del Espíritu Santo. Dios me dijo que me vaya a España a abrir una obra misionera, y le preguntan por su mujer y dice “que se aguante”. Ese es el relajo espiritual que tenemos y por lo cual no vemos un avivamiento en muchos lugares. Hoy te aseguro que viste al Espíritu y oíste a la carne. ¿A quién seguiste? Esta siendo guiado por el Espíritu. Seguir al Espíritu te va a meter en problemas, pero seguir a la carne, jamás vas a salir de ellos. Por seguir a cualquiera de los dos, vas a tener problemas. Yo prefiero seguir al Espíritu. Siempre te vas a aguantar de una o de la otra.
Esta es la clave para la santidad, no es una condición que vives, sino decisiones que tomas, es de todos los días, a todas horas. No es que digas “soy santo”. La santidad es “tengo opción A o la B”. Le dicen “Dé $10,000 y tiene el negocio”, y el Espíritu le dice “si lo dejas de hacer, te prometo mejores negocios”. Y usted decide no hacerlo. Todos pasamos por eso, todos. Pero no todos decidimos lo mismo. Toma la decisión correcta por el Espíritu, practícalo y después de meses y años de hacerlo, vas a notar la diferencia entre tu vida y aquellos que estuvieron en la misma posición tuya que decidieron por la carne. Y se va a cumplir que el ocuparse de la carne es muerte, y del espíritu es vida y paz.
Dice aquí que por el Espíritu hagamos morir las obras de la carne. Hay una versión que no dice “hagas morir las obras de la carne”, sino que por el espíritu, hagas afligir las obras de la carne. ¿Como así? Resulta que usted era muy chismoso, y anda diciendo cosas de los demás. Estas en una posición en que naces de nuevo y tienes esa obra de la carne que tu sabes que lo haces y llega el día que estas con los amigos, oraste en la mañana y a la primera empiezas a hablar y se te sale. A los cinco minutos se siente un redargullir que dice Te equivocaste. Cuando uno quiere ser santo, esa cosa se siente bien feo. Y cuando vas al dormitorio en la noche le dices Perdóname, no lo quería hacer. Dos semanas después, te juntas con los amigos y están hablando y tratas de aguantarte, pero de repente dices si. Pero vas y pides perdón, y la carne empieza a menguar. Tres semanas después, ya te molesta esas conversaciones, y te alejas de esos amigos. La obra de la carne chisme se murió, pero esta la obra de estar condenando a todos. En la próxima conversación, estaban hablando mal, te levantas y los invitas a tu casa. Entonces, te sientes tan bien, y el Espíritu empieza a encontrar a alguien a quien un día le puede hablar y darle una instrucción.
Te conviertes al Señor y eras de aquellos que solo viendo mujeres se mantenía. Ahora dices No. Vas con tu esposa, y medio miras de reojo, hasta que pasas y dices Tengo la mía, Señor, la que me diste. Vea la suya, pero no la que no es. Eso es hacer morir las obras de la carne. Cuantos de ustedes basados en estos dos ejemplos, dicen yo tenia obras de la carne como usted las describe y hoy ya están dominadas, gracias al Espíritu.
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