23 de septiembre de 2025
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El mejor día para empezar a ser obediente es hoy, pero antes debemos aprender el estilo para cumplir este gran secreto de vivir más años sobre la tierra: la obediencia. Aprende los beneficios que puedes alcanzar con larga vida y ver cómo fluye la leche y la miel.[1]
En el libro de Deuteronomio aprendemos que la obediencia total abre la puerta para tener fuerza, provisión y vida abundante.[2] Por eso afirmamos que la obediencia abre la puerta de provisión divina para todo. Otro aspecto importante es que nos da protección y victoria sobre nuestros obstáculos y los enemigos.[3] Como si no fuera suficiente, la obediencia trae bendición y herencia para la familia.[4] Al usar la llave de la obediencia, la promesa es que tú y tus hijos prosperarán en sus generaciones.
Según esta Escritura, lo que se necesita es un compromiso de todo corazón con la obediencia. Nuestra bendición es ver la prosperidad, el bienestar, la salud y vivir el reino de los cielos en nuestra propia casa. Y todo eso por elegir el camino de la obediencia. Hacer una elección equivocada por desobediencia provocará que no se vea reflejado el reino de los cielos en nuestros hogares. El camino de la obediencia es la puerta hacia la bendición.
En consecuencia, cuando las cosas no vayan bien, lo menos que se puede hacer es culpar a Dios. De Su parte la puerta está abierta, pero de nuestro lado esto es una elección: bendición o maldición, obediencia o desobediencia. Hay una frase de John Stott, que a mí me marcó por dentro y espero que lo haga contigo también: “La obediencia a Cristo es costosa, pero la desobediencia es aún más costosa”.
Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús es quien fue obediente hasta la cruz.[5] Sin la obediencia de Cristo, no tendríamos salvación. Jesús fue obediente a sus padres; debido a eso hizo su primer milagro de provisión sobrenatural, convirtiendo el agua en el mejor vino.[6] Jesús se sujetó a una autoridad terrenal; siendo Dios su autoridad familiar, no la puso en duda.
Por eso, se puede afirmar que para actuar con obediencia se necesita un corazón humilde. Juan y Pedro siguieron las instrucciones de un carpintero —Jesús mismo— y tuvieron la mejor pesca de sus vidas, gracias a ese corazón humilde. Jesús sigue buscando esta cualidad en sus discípulos.
Unas personas extranjeras deseaban hablar con Jesús y conocer al Mesías prometido de Israel que traería una nueva forma de gobierno. En ese momento, Jesús comprendió que había llegado su hora, porque sabía discernir el tiempo culminante de su carrera sobre la tierra: obedecer antes de ir a la cruz.[7] También se necesita estar atentos a las instrucciones para obedecerlas y ejecutarlas evitando los distractores de nuestros tiempos.
¿Tienes tiempo para hablar con Jesús y permitir que te hable sin interferencia? Iglesia, no podemos perder ese tiempo de oración con el Señor. Sin atención no hay obediencia que le gane a las instrucciones que Jesús nos ha dado. Dios mismo dejó una instrucción que Pedro y Juan lograron escuchar audiblemente desde una nube que cubrió a Jesús hablando con Moisés y Elías, en el monte de la transfiguración: A Él oíd.[8] Jesús tenía una copa y oraba que, si era la voluntad del Padre, esa copa de sufrimiento no la viviera, pero si no había otra opción, estaba dispuesto a cumplir la voluntad del Padre, y así lo hizo.[9]
En síntesis, en los tres escenarios Jesús enseña cómo debemos obedecer con humildad, con toda nuestra atención y de una forma ágil y rápida. Por el contrario, Jonás obedeció de una forma lenta y sufrida; entre castigos y reclamos se vio forzado a la obediencia y alcanzó la misericordia de Dios. Decide obedecer de inmediato y evita todas las complicaciones y enredos en que se vio el profeta Jonás por lento.
Dios nos da una nueva oportunidad para empezar a obedecer y pone de Su Santo Espíritu dentro de nosotros para darnos toda la ayuda y el poder de obedecerle.[10] La mejor forma de aprender es siguiendo el estilo de Jesús, la presencia del Espíritu Santo y el amor de nuestro Padre. La fe que no produce obediencia no es verdadera fe; tenemos la Palabra de Dios para que la sigamos y trabajemos en nuestro carácter para parecernos más a Jesús, para ir de gloria en gloria por medio de la llenura del Espíritu de Dios.
Finalmente, si no se produce la obediencia, es porque no tenemos la operación del Espíritu Santo en nuestra vida. Que su Santo Espíritu nos llene hoy de tal forma que podamos ser esa persona obediente.
[1]Deuteronomio 11:8-9 (NTV): Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar. 9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel!
[2]Deuteronomio 11:10-15 (NTV): Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto. En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes; una tierra que el Señor tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año! Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al Señor tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer.
[3]Deuteronomio 11:23-25 (NTV): Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del Señor y sirvas y rindas culto a otros dioses. Si haces eso, el enojo del Señor arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el Señor te da. Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas. Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad…
[4]Deuteronomio 11:21-28 (NTV): …para que, mientras el cielo esté sobre la tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados. Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego. Demuéstrale amor al Señor tu Dios andando en sus caminos y aferrándote a él. Entonces el Señor expulsará a todas esas naciones de tu paso y, aunque ellas son más grandes y fuertes que tú, tomarás posesión de esa tierra. Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo. Tus fronteras se extenderán desde el desierto, en el sur, hasta el Líbano, en el norte, y desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo, en el occidente. Dondequiera que vayas en la tierra, nadie podrá hacerte frente, porque el Señor tu Dios hará que los habitantes te teman y se espanten, tal como lo prometió. Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías.
[5]Filipenses 2:5-11 (RVR1960): Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
[6]Juan 2:3-5 (RVR1960): Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
[7]Juan 12:20-26 (RV1960): Unos griegos buscan a Jesús. Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
[8]Mateo 17:5 (RVR1960): Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
[9]Mateo 26:39 (RVR1960): Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
[10]Ezequiel 36:26-27 (TLA): Yo les daré nueva vida. Haré que cambien su manera de pensar. Entonces dejarán de ser tercos y testarudos, pues yo haré que sean leales y obedientes. Pondré mi espíritu en ustedes, y así haré que obedezcan todos mis mandamientos.
[11]Ezequiel 36:26-27 (NBLA): Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas.
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