08 de julio de 2025
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La Biblia enseña que los dones espirituales como la sabiduría, la sanidad, la fe y los milagros[1] son regalos irrevocables de Dios[2]. Sin embargo, el fruto del Espíritu que es —amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza— requiere trabajo, crecimiento y transformación para formar el carácter de Cristo.[3]
Entonces, para que ese fruto brote, necesitamos aprender a gestionar emociones negativas como la ansiedad, el miedo y la tristeza, especialmente cuando se descontrolan.
La ansiedad está directamente relacionada con el futuro. Presiona para tomar decisiones apresuradas y el riesgo es tomar decisiones alocadas que roban la bendición. Este fue el caso del rey Saúl, quien por no esperar al profeta Samuel, actuó fuera de tiempo y perdió su reinado.[4]
Cuando gestionamos correctamente la ansiedad, no solo evitamos errores, sino que damos espacio a que Dios actúe en su tiempo perfecto. Recuerda que podemos estar sometidos bajo la poderosa mano de Dios, depositando sobre Él todo tipo de ansiedad.[5]
Dejemos la tristeza en las manos de Dios y recibamos su gozo
La tristeza, si no se gestiona, puede estancar nuestra fe, creatividad y energía espiritual. Ana, la madre del profeta Samuel, vivía una profunda tristeza porque no podía tener hijos[6]. Su dolor no era solo físico, también era emocional, porque la tristeza produce un peso emocional que impide avanzar. Sin embargo, cuando oró con fe y recibió una palabra del sacerdote Elí, Ana dejó de estar triste antes de quedar embarazada. Su milagro vino después de la sanidad de sus emociones.
La Biblia nos enseña que si alguien está afligido, debe orar.[7] Pero esa oración debe ser para buscar la paz de Dios, dejar atrás todo enojo que puede ser una raíz que origina esta emoción negativa de la tristeza, procurando no amplificar el dolor.
Por consiguiente, la tristeza, si no se gestiona a tiempo, provoca un peso emocional que impide avanzar en la vida. Cuando dejamos la tristeza en las manos de Dios, Él nos renueva con su gozo y llena el corazón de alegría.
El miedo, como una emoción negativa, tiende a paralizar todo tipo de acción para no tener fruto en la vida. Muchos cristianos han enterrado sueños, llamados y talentos por temor al fracaso, a la crítica o al error.
En la parábola de los talentos que enseñó Jesús, el siervo que recibió un solo talento lo enterró por miedo.[8] En lugar de multiplicarlo, lo escondió. El miedo lo paralizó. No confió en su capacidad ni en su Señor. Terminó siendo llamado un siervo inútil.
El crecimiento espiritual muchas veces ocurre por prueba y error. Lo importante es seguir adelante y aprender. La carrera de la fe también incluye equivocaciones.
No eres una mala persona por tener miedo, tristeza o ansiedad. Todos las hemos experimentado. La clave está en no dejar que te controlen. Sentir tristeza, miedo o ansiedad no significa que estés mal espiritualmente. Pero aprender a gestionarlas con sabiduría te permitirá crecer, avanzar y dar fruto.
Cuando estés triste, no te encierres: busca a Dios en oración. Y cuando tengas miedo, no entierres lo que Dios te ha dado, actúa con fe. En conclusión, sanar las emociones produce un espíritu fortalecido. Cuando sientas ansiedad, ora y respira con calma.
Finalmente, recuerda que Dios, nuestro Padre, cuida de ti. Entrégale tus emociones y ejercita tu dominio propio. El Espíritu Santo habita en ti y te dará fuerza para vencer. Así, día a día, verás cómo el fruto del Espíritu comienza a florecer en tu vida.
[1]1 Corintios 12:7-11 (RVR1960): Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
[2]Romanos 11:29 (RVR1960): Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
[3]Gálatas 5:22-23 (RVR1960): Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
[4]1 Pedro 5:6-7 (RVR1960): Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
[5]1 Samuel 13:8-14 (RVR1960): Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
[6]1 Samuel 1:17-19 (RVR1960): Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
[7]Santiago 5:13 (RVR1960): ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
[8]Juan 16:19-22 (RVR1960): Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
[9]Mateo 25:24-30 (RVR1960): Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
[10]Lucas 5:9-10 (RVR1960): Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
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