Dios da semilla al que siembra.
Todo lo que pidamos al Padre, Él nos lo dará.
Trae los diezmos al alfolí.
Solo unidos a Cristo podemos prosperar.
No hay nada más extraordinario que funcionar en una vida libre del temor, con fe en el amor del Señor.
Dios desea usarnos hasta el límite de nuestra capacidad, humildad y pureza.