10 de agosto de 2018
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Es bueno que te rodees y compartas con gente de fe. Siempre que te expones a un ambiente de fe, ese ambiente es propicio para que ocurran milagros. La unción profética caerá encima de ti y adonde llegues algo bueno sucederá. Somos de la generación “rama fructífera”, daremos mucho fruto.
Cuando la gente no resiste es porque tiene su fe debilitada. Lo que otros no pudieron lograr, nosotros lo lograremos. Las puertas que estaban cerradas se abrirán,[1] esto incomodará a mucha gente, pero aun con todo y eso, nuestro Padre las abrirá.
La iglesia es la niña de Dios. ¿Por qué razón siempre es comparada con una mujer? Curiosamente, el genoma humano está compuesto por el cromosoma XX (femenino) y el cromosoma YY (masculino). El masculino es más rápido, pero el femenino es más resistente. Por eso la mujer es resistente y esa resistencia es comparada con la iglesia. Si algo ha caracterizado a la iglesia a través de su historia, es su capacidad de resistir.
Por eso Dios te ha dado la cualidad de resistir. Después de la resistencia tu fe no será la misma. ¡En la resistencia hay poder! El Evangelio es para personas que resisten y que soportan, gente que recibió portazos en la cara, que fueron criticados, calumniados y abandonados. El Dios que está dentro de ti puede más que tú y te dio habilidad para resistir.
Recuerdo que cuando empecé a ir al gimnasio hacía pesas, pero no lograba estar como los tipos musculosos, pero pronto me di cuenta de que, para obtener otros resultados, tenía que resistir pesos más grandes: mientras más peso soportas, más fuerte te haces. Así pasa con la fe: la resistencia aumentará tu fe y te hará más fuerte. Si eres iglesia, ¡necesitas resistir! Cuando entiendes el poder de la resistencia, no hay nada que te limite. Dios te dice: “Si te cierran la puerta, ¡rompe los techos!”, porque de una u otra forma pasarás. Sé de los “rompetechos” que nada los detiene y rehúsate a vivir con las puertas cerradas.
La legumbre crece en meses, pero la vid tarda años. Lo que Esaú desvalorizó por un plato de lentejas, Jacob estaba dispuesto a morir por eso.[2] El Evangelio no es para flojos: es para audaces. Seis meses de mucha provisión se acercan, se abre una temporada de abundancia económica y espiritual, muchas mujeres se volverán a enamorar de sus esposos, muchas iglesias crecerán y muchos predicadores anónimos ganarán miles de almas para Cristo. Cuando percibes que el mundo está en contra tuya es porque viene algo bueno para ti.
A donde Daniel llegaba, provocaba un ambiente de Espíritu y los ángeles estaban con él. Por eso no fue devorado por los leones.[3] Miriam tuvo que salir rápido para Egipto, su bendición no estaba lista pero aun tuvo tiempo de esconder un pandero y llevárselo para poder adorar a Dios. Aunque todavía no recibas tu milagro, adora y da gracias a Dios con fe.
[1] Mateo 16:18: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca[b]edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
[2] Génesis 25:31-34: Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
[3] Daniel 6:20-22: Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
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