Casa de Dios es casa de oración e intercesión porque estamos convencidos de que nos conectan con nuestro Padre, quien anhela establecer una íntima comunicación con nosotros. Por ello, nos hemos comprometido con la formación de personas que se preparan con amor para ponerse en la brecha y alcanzar lo inimaginable, a través de la gracia y el favor del Señor.
En la discrepancia entre lo real y lo ideal se encuentra la frustración, pero esa imposibilidad de tener o lograr aquello que se desea es la antesala para ver un milagro generado por la fe en una promesa de Dios.
Un padre de familia puede sufrir el síndrome de responsabilidad adquirida capaz de obstruir el beneficio de recibir la visitación de Dios, debido al enfoque constante de dar a los suyos; por eso Jesús enseña que siendo proveedores, como hijos, podemos recibir buenas cosas de nuestro Padre celestial.
Un canal de servicio empresarial provee una experiencia gratificante que brinda bienestar a quien lo recibe, de igual manera, entre el milagro que Dios hace y quien se beneficia está otra persona: un servidor lleno de compasión.