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Ampliando tus sueños

10 de octubre de 2006

Tiempo de lectura: 15 minutos

 

¿Dónde están tus sueños? La gente más feliz, exitosa es aquella que ve una oportunidad en cada día. Quiero desafiarte  a que te preguntes en qué estás soñando. Como hijos de Dios, debemos aprender a ver a través de los ojos de la fe. ¿Cuáles son tus ojos de la fe? ¿Qué estás viendo? ¿Qué piensas? ¿Qué crees que puedes lograr en esta vida? ¿De qué crees que eres capaz? ¿Qué te dices a ti mismo constantemente? ¿Qué ven  tus ojos? ¿Las circunstancias que vives o estás creyendo constantemente por algo más, sin importar lo que hoy te rodea? ¿Lo estás confesando? ¿Qué le dices a la gente que está cerca de ti?

Hoy platicaba con una persona que se fue a vivir a EEUU con un conocido. Me contaba que llegó el momento en que este compañero se quejaba tanto, que de diez palabras, ocho eran negativas. Hasta que llegó al punto que no lo podía escuchar más. Di: “He nacido para ser un campeón”. Hoy le quiero hablar a campeones. ¿Quiénes son los campeones? Aquella gente que tiene fe, visión. Nadie llega a ser un campeón si antes no lo ha creído. El día que a ti te den el trofeo del primer lugar, no te habrás hecho campeón ese día, sino desde el momento que lo concebiste, lo creíste. A Michael Jordan le dijeron que no podía jugar ese deporte, pero ¿qué hizo? El miraba todos los días videos de los profesionales de ese entonces; observaba cómo eran premiados, y los veía una y otra vez. Al punto que cuando fue coronado como mejor jugador, relata que ya había subido esa plataforma varias veces en sus sueños. ¿Qué estaba haciendo? Engendrando. No necesitas ser campeón hasta que obtengas los bienes, la esposa, los hijos, los recursos. Lo que te vengo a decir es que Dios te ha llamado con todo lo que necesitas para ser un campeón. Todos llevamos un campeón dentro. El te trajo aquí con un plan bueno. Dice la Biblia que todos los planes fueron preparados de antemano para nosotros. No vas a traer un hijo para hacerle mal. El deseo de un buen padre es que sus hijos salgan, vuelen, lleguen lejos; el mismo deseo tiene Dios para ti. Jesús dijo: “Mayores cosas harán en mi nombre”.

¿Qué está constantemente en tu mente? ¿De qué te llenas la cabeza todos los días? Dime si hoy hubiera tenido un video tuyo de cómo te levantaste, ¿qué miraría? ¿Qué reacción tuviste cuando sonó el despertador? ¿Cuántos creen que los hechos marcan lo que llevamos dentro? Si pudiera ver a qué hora te levantaste, de qué manera lo hiciste, cuáles fueron tus primeras palabras, con qué entusiasmo te vestiste, cuáles fueron tus conversaciones, créeme que pudiera darte un dictamen muy certero de adónde puedes llegar, porque nada lo podemos realizar si antes no lo concebimos dentro. Te desafío a que no importa lo que hayas estado pensando hasta el día de ayer, Dios hoy quiere que salgas convencido que El tiene algo especial para ti en esta vida. Vengo a decirte que nada es imposible para el que cree, que tus ojos deben estar puestos en lo alto, que una persona puede hacer la diferencia. Tú puedes ser ese agente de cambio en tu casa, en la empresa, en la nación.

¿Cuántos conocen la vida de Gandhi? No sé si alguien ha leído su biografía. Fue un hombre que sacó a la India de la esclavitud con Inglaterra, sin pelea, sin armas, sin violencia. Su liderazgo fue tan grande que cuando murió, salen tomas de su entierro  donde había millones de personas. Fue tanto el liderazgo, que el mismo pueblo inglés le hizo un homenaje. Vieron que ese hombre era algo tan impresionante, que el mismo enemigo lo honró. ¡Cuánto más tú que tienes el Espíritu de Dios! Todas las cosas que tú puedes lograr las debes de creer primero. Esto viene desde el inicio en Génesis. ¿Qué hizo Dios para hacerle creer a Abraham que sería padre de multitudes? Lo hizo imaginar. Le dijo: “Tú vas a ser padre de multitudes. Cuenta las estrellas, las puedes ver, así será tu descendencia”. ¿Qué le dio? Una visión. Sabes algo, la mente que posees tiene la capacidad de imaginar cosas ilimitadas. El Espíritu Santo no tiene límite. Tú puedes decir: “Hay cosas tan grandes que no creo que las puedo realizar”. Esa voz interna es la que debes aprender a vencer. Si tú eres el primero en ponerte obstáculos, tengo que decirte que no lo vas a lograr. La Palabra de Dios es para locos. Si te pones a estudiar la Biblia, hay muchas cosas que no las vas a entender. No puedes comprender la sabiduría de Dios, pero puedes creer su Palabra. ¿Cuántos están dispuestos a creer que Dios tiene grandes cosas para nosotros?

En mi vida personal en el deporte, desde niño aprendí a creer. Cuando tenía tres años, veía las carreras de motos, los brincos, miraba mucho y quería correr motos. Tanto así que le pedí moto a mis padres y nunca me la daban. Fue tanta la insistencia, que mi hermano, teniendo 13 años, le acababan de regalar una pistola de gas, la cual decidió cambiar por una moto “cincuentilla” que tenía un vecino. ¿Saben para quién? Para mí. Yo creí por una moto. Dios tiene su manera de hacer las cosas y no necesariamente es la que tú crees. ¿Cuántos creen que, en este mismo momento, si estás dispuesto a creer y no dudar y a ser una persona de ánimo, Dios puede hacer un milagro en tu vida? Tienes que aprender a ser una persona que viva del favor de Dios. Levantarte cada mañana diciendo: “Este es el día que tú has hecho y en él me gozaré; el bien y la misericordia me seguirán todos los días; declaro que tú estarás conmigo; que el negocio que quiero me lo darás, que cada decisión que tome tú estarás conmigo”. ¿Qué actitud tienes? ¿Cómo preparas tu día? ¿Cómo sales a la calle? ¿Sales positivo, sonriendo, cargado del poder de Dios, expectante? Vas a obtener en esta vida lo que tú esperes. Si tú esperas dos, dos vas a recibir; si esperas cuatro, cuatro vas a recibir, porque estás creyendo por eso.

Todas las cosas las vas a obtener no por tu talento, sino porque tienes a tu Padre que está en los cielos. Tienes a un padre que no tiene recursos limitados. Tiene todo, tú eres hijo del Dios que creó este universo. Ve su grandeza, el sol, los cielos, todo lo que El ha hecho y es tu padre, hizo todo. Sus recursos son ilimitados, te ama con su corazón. ¿Crees que para El hay cosa difícil de quererte dar? Tienes que aprender a provocarlo. Hoy puede ser el día que tu negocio crezca exponencialmente. No le pidas al Señor así: “Si tan sólo me dieras un pequeño aumento, con esto la voy a pasar bien”. Cree por cosas grandes, anímate, te vengo a desafiar. Si has perdido la esperanza y has dejado tus sueños, retómalos. Los llevabas desde chico, Dios dice: “Créeme con el corazón de un niño”. Si te dicen de niño que yo soy Superman y me ponen la capa, me crees. Para un niño no hay imposibles. Cuando te piden algo, no te preguntan si lo tienes. ¿Crees que un niño está pensando eso? ¿Por qué te limitas a pensar si vas a llegar a fin de mes?

Génesis 15:5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

Génesis 17:4-5 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbres de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será Abraham porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.

Dios lo primero que hizo con Abraham fue que le dio una visión y le cambió el nombre. Tienes que aprender a verte de una manera distinta. Si tú pintaras tu autorretrato, ¿qué pondrías en ese cuadro? ¿Cómo te ves tú? Tú actúas según como te ves. Si te ves como un campeón, como una persona de éxito o una con gracia, así actuarás. Tú tienes el favor de Dios en tu vida. Puedes salir a la calle a declarar afirmaciones a tu vida. Tienes que tener la expectativa de tener un trato especial, si eres hijo del Altísimo.

¿Cuántos van a rechazar todo pensamiento de escasez? Cuando venga uno de estos pensamientos, debes reprenderlo en el nombre de Jesús. El se hizo pobre en la cruz para que nosotros nos enriqueciéramos. Nunca pienses que la gente que está alrededor tuyo no te quiere, cree que te quieren y hasta te van a ayudar. Yo cuando empecé a correr motos, tuve la moto que te conté durante algunos años. Después de algunos años, la moto ya estaba inservible. Me pasé un año sin moto. A los once años, me dieron mi primera moto. Ese día metí la moto a mi cuarto y dormí con ella. La limpiaba, miraba el manual y la quería ir a arrancar esa misma noche, no dormí. Eran las cuatro de la mañana y yo abría los ojos para ver si ahí estaba la moto. Ese año tuve la oportunidad que me dieran permiso de correr motocross. Ese día que fui a la pista, estaba el que era campeón en ese tiempo. Yo estaba sentado viéndolo,  y dije: “Yo voy a ser Herberth Lantan 2”. No sé ni por qué lo dije, ellos se reían de mí. Yo empecé a correr motocross a los once años y gané el campeonato; a los trece, gané el campeonato centroamericano. A los catorce, el campeonato nacional; fui campeón latinoamericano a los quince años. Cuando estábamos en el partidero, nunca hubieran creído que yo era el campeón. Pero lo fui campeón desde ese primer día que entré en la pista, lo creí con todo mi corazón y así fue hecho. Tuve el mejor patrocinio en toda la historia del motocross. Recibí salario a los quince años, cinco motos regaladas, camión para transporte. ¿Por qué? Porque lo creí.

¿Por qué estás creyendo esta noche? Hoy estoy a pocas semanas de recibir la casa de mis sueños. Hace años que me casé, llegué a mi casa y no tenía ni para las cortinas. Había ahorrado un poco, pero sólo me alcanzó para el anillo de compromiso, la cama era prestada, no tenía cortinas; pude comprar una refrigeradora y un lavatrastos. Han pasado ocho años y voy a recibir una linda casa que no ha sido por mis fuerzas, sino por el Espíritu Santo. Gracias, Jesús.

La historia relata que había décadas de años que no se había podido romper el récord de la milla, hasta que lo rompió alguien: Roger Banister. Es más, la gente decía que era imposible, que no se podía romper, pero eso no lo detuvo. Después que él lo rompió, en ese mismo año, 336 corredores más lo hicieron. ¿Por qué? ¿Porque pasaron décadas sin romperlo y cuando él lo hizo, los demás pudieron? Se quitaron el obstáculo. ¿Cuál era? La mentalidad. Dios te dice que tienes que romper el molde. Yo te vengo a decir que los días venideros serán los mejores días de tu vida. Te vengo a desafiar a que creas que Dios tiene cosas lindas listas, ya tiene hasta un tiempo, lo único que está esperando es que lo creas apasionadamente. Tú dirás: “¿cómo? No veo ni de qué manera”. Sólo te digo que creas que estás en el tiempo correcto para recibirlo. No hay límites para lo que tú puedes lograr. Yo recuerdo que le decía a mi esposa: “Vamos a tener una casa linda”. Fui a comprar unas revistas y hasta el plano de la casa tenía. No debes tú limitar al Señor, no hay edad, forma, ni manera. Dice la Biblia: “Mis pensamientos no son tus pensamientos, ni mis caminos los tuyos. Sólo debes ser una persona animada, que hable cosas positivas, que cuando entre a un lugar, a una reunión, a un centro comercial, la atmósfera cambie, porque eres coronado de favor, porque Dios está contigo. ¿Por qué vas a creer hoy? ¿Qué vas a confesas que vas a lograr? La Biblia dice que nuestros pensamientos deben ser de lo alto. Cuando lees la Biblia, ésta es victoria, siempre te exhorta a algo.

Marcos 9:23 Jesús le dijo: Si lo puedes creer, al que cree todo le es posible.

¿Qué es todo? ¿Cuánto es todo? Otro versículo dice: “Si vosotros permanecieres en mí, todo lo que le pidieras a mi Padre, El os lo dará.

¿Por qué te limitas? Si Dios te lo quiere dar todo. No seas una persona que me digas: “Pero mire, hermano, yo tengo problemas en el matrimonio, con mis hijos, en mi empresa, con mis amigos”. No importa qué problema tengas, Dios no ve eso, ve tu fe, ve lo que tú confiesas. Porque la única manera que lo vas a agradar es creyéndole.

Si tú eres una persona que hoy ha sido ministrada por esta palabra, y dices “declaro que he vivido una vida negativa, donde me he enfocado en los problemas y no en la meta”, levanta tus manos. Si eres una persona que quiere salir con esa visión impregnada en todo tu ser, en todo tu espíritu, hoy es tu noche.

Di: “Señor, sé que tú tienes el control y aunque esté enfrentando dificultades en mi vida, sé que hoy puede ser el día en que las cosas cambien, en que se vaya mi problema económico, en que se restauren mis relaciones, que los enfermos sanen. Señor, creo en tus milagros y aunque no pueda verlos con estos ojos, tú estarás obrando en mi vida, en este mismo momento y te doy gracias por ello”.

¿Dónde están tus sueños? La gente más feliz, exitosa es aquella que ve una oportunidad en cada día. Quiero desafiarte en esta noche a que te preguntes en qué estás soñando. Como hijos de Dios, debemos aprender a ver a través de los ojos de la fe. ¿Cuáles son tus ojos de la fe? ¿Qué estás viendo? ¿Qué piensas? ¿Qué crees que puedes lograr en esta vida? ¿De qué crees que eres capaz? ¿Qué te dices a ti mismo constantemente? ¿Qué ven  tus ojos? ¿Las circunstancias que vives o estás creyendo constantemente por algo más, sin importar lo que hoy te rodea? ¿Lo estás confesando? ¿Qué le dices a la gente que está cerca de ti?

Hoy platicaba con una persona que se fue a vivir a EEUU con un conocido. Me contaba que llegó el momento en que este compañero se quejaba tanto, que de diez palabras, ocho eran negativas. Hasta que llegó al punto que no lo podía escuchar más. Di: “He nacido para ser un campeón”. Hoy le quiero hablar a campeones. ¿Quiénes son los campeones? Aquella gente que tiene fe, visión. Nadie llega a ser un campeón si antes no lo ha creído. El día que a ti te den el trofeo del primer lugar, no te habrás hecho campeón ese día, sino desde el momento que lo concebiste, lo creíste. A Michael Jordan le dijeron que no podía jugar ese deporte, pero ¿qué hizo? El miraba todos los días videos de los profesionales de ese entonces; observaba cómo eran premiados, y los veía una y otra vez. Al punto que cuando fue coronado como mejor jugador, relata que ya había subido esa plataforma varias veces en sus sueños. ¿Qué estaba haciendo? Engendrando. No necesitas ser campeón hasta que obtengas los bienes, la esposa, los hijos, los recursos. Lo que te vengo a decir es que Dios te ha llamado con todo lo que necesitas para ser un campeón. Todos llevamos un campeón dentro. El te trajo aquí con un plan bueno. Dice la Biblia que todos los planes fueron preparados de antemano para nosotros. No vas a traer un hijo para hacerle mal. El deseo de un buen padre es que sus hijos salgan, vuelen, lleguen lejos; el mismo deseo tiene Dios para ti. Jesús dijo: “Mayores cosas harán en mi nombre”.

¿Qué está constantemente en tu mente? ¿De qué te llenas la cabeza todos los días? Dime si hoy hubiera tenido un video tuyo de cómo te levantaste, ¿qué miraría? ¿Qué reacción tuviste cuando sonó el despertador? ¿Cuántos creen que los hechos marcan lo que llevamos dentro? Si pudiera ver a qué hora te levantaste, de qué manera lo hiciste, cuáles fueron tus primeras palabras, con qué entusiasmo te vestiste, cuáles fueron tus conversaciones, créeme que pudiera darte un dictamen muy certero de adónde puedes llegar, porque nada lo podemos realizar si antes no lo concebimos dentro. Te desafío a que no importa lo que hayas estado pensando hasta el día de ayer, Dios hoy quiere que salgas convencido que El tiene algo especial para ti en esta vida. Vengo a decirte que nada es imposible para el que cree, que tus ojos deben estar puestos en lo alto, que una persona puede hacer la diferencia. Tú puedes ser ese agente de cambio en tu casa, en la empresa, en la nación.

¿Cuántos conocen la vida de Gandhi? No sé si alguien ha leído su biografía. Fue un hombre que sacó a la India de la esclavitud con Inglaterra, sin pelea, sin armas, sin violencia. Su liderazgo fue tan grande que cuando murió, salen tomas de su entierro  donde había millones de personas. Fue tanto el liderazgo, que el mismo pueblo inglés le hizo un homenaje. Vieron que ese hombre era algo tan impresionante, que el mismo enemigo lo honró. ¡Cuánto más tú que tienes el Espíritu de Dios! Todas las cosas que tú puedes lograr las debes de creer primero. Esto viene desde el inicio en Génesis. ¿Qué hizo Dios para hacerle creer a Abraham que sería padre de multitudes? Lo hizo imaginar. Le dijo: “Tú vas a ser padre de multitudes. Cuenta las estrellas, las puedes ver, así será tu descendencia”. ¿Qué le dio? Una visión. Sabes algo, la mente que posees tiene la capacidad de imaginar cosas ilimitadas. El Espíritu Santo no tiene límite. Tú puedes decir: “Hay cosas tan grandes que no creo que las puedo realizar”. Esa voz interna es la que debes aprender a vencer. Si tú eres el primero en ponerte obstáculos, tengo que decirte que no lo vas a lograr. La Palabra de Dios es para locos. Si te pones a estudiar la Biblia, hay muchas cosas que no las vas a entender. No puedes comprender la sabiduría de Dios, pero puedes creer su Palabra. ¿Cuántos están dispuestos a creer que Dios tiene grandes cosas para nosotros?

En mi vida personal en el deporte, desde niño aprendí a creer. Cuando tenía tres años, veía las carreras de motos, los brincos, miraba mucho y quería correr motos. Tanto así que le pedí moto a mis padres y nunca me la daban. Fue tanta la insistencia, que mi hermano, teniendo 13 años, le acababan de regalar una pistola de gas, la cual decidió cambiar por una moto “cincuentilla” que tenía un vecino. ¿Saben para quién? Para mí. Yo creí por una moto. Dios tiene su manera de hacer las cosas y no necesariamente es la que tú crees. ¿Cuántos creen que, en este mismo momento, si estás dispuesto a creer y no dudar y a ser una persona de ánimo, Dios puede hacer un milagro en tu vida? Tienes que aprender a ser una persona que viva del favor de Dios. Levantarte cada mañana diciendo: “Este es el día que tú has hecho y en él me gozaré; el bien y la misericordia me seguirán todos los días; declaro que tú estarás conmigo; que el negocio que quiero me lo darás, que cada decisión que tome tú estarás conmigo”. ¿Qué actitud tienes? ¿Cómo preparas tu día? ¿Cómo sales a la calle? ¿Sales positivo, sonriendo, cargado del poder de Dios, expectante? Vas a obtener en esta vida lo que tú esperes. Si tú esperas dos, dos vas a recibir; si esperas cuatro, cuatro vas a recibir, porque estás creyendo por eso.

Todas las cosas las vas a obtener no por tu talento, sino porque tienes a tu Padre que está en los cielos. Tienes a un padre que no tiene recursos limitados. Tiene todo, tú eres hijo del Dios que creó este universo. Ve su grandeza, el sol, los cielos, todo lo que El ha hecho y es tu padre, hizo todo. Sus recursos son ilimitados, te ama con su corazón. ¿Crees que para El hay cosa difícil de quererte dar? Tienes que aprender a provocarlo. Hoy puede ser el día que tu negocio crezca exponencialmente. No le pidas al Señor así: “Si tan sólo me dieras un pequeño aumento, con esto la voy a pasar bien”. Cree por cosas grandes, anímate, te vengo a desafiar. Si has perdido la esperanza y has dejado tus sueños, retómalos. Los llevabas desde chico, Dios dice: “Créeme con el corazón de un niño”. Si te dicen de niño que yo soy Superman y me ponen la capa, me crees. Para un niño no hay imposibles. Cuando te piden algo, no te preguntan si lo tienes. ¿Crees que un niño está pensando eso? ¿Por qué te limitas a pensar si vas a llegar a fin de mes?

Génesis 15:5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

Génesis 17:4-5 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbres de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será Abraham porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.

Dios lo primero que hizo con Abraham fue que le dio una visión y le cambió el nombre. Tienes que aprender a verte de una manera distinta. Si tú pintaras tu autorretrato, ¿qué pondrías en ese cuadro? ¿Cómo te ves tú? Tú actúas según como te ves. Si te ves como un campeón, como una persona de éxito o una con gracia, así actuarás. Tú tienes el favor de Dios en tu vida. Puedes salir a la calle a declarar afirmaciones a tu vida. Tienes que tener la expectativa de tener un trato especial, si eres hijo del Altísimo.

¿Cuántos van a rechazar todo pensamiento de escasez? Cuando venga uno de estos pensamientos, debes reprenderlo en el nombre de Jesús. El se hizo pobre en la cruz para que nosotros nos enriqueciéramos. Nunca pienses que la gente que está alrededor tuyo no te quiere, cree que te quieren y hasta te van a ayudar. Yo cuando empecé a correr motos, tuve la moto que te conté durante algunos años. Después de algunos años, la moto ya estaba inservible. Me pasé un año sin moto. A los once años, me dieron mi primera moto. Ese día metí la moto a mi cuarto y dormí con ella. La limpiaba, miraba el manual y la quería ir a arrancar esa misma noche, no dormí. Eran las cuatro de la mañana y yo abría los ojos para ver si ahí estaba la moto. Ese año tuve la oportunidad que me dieran permiso de correr motocross. Ese día que fui a la pista, estaba el que era campeón en ese tiempo. Yo estaba sentado viéndolo,  y dije: “Yo voy a ser Herberth Lantan 2”. No sé ni por qué lo dije, ellos se reían de mí. Yo empecé a correr motocross a los once años y gané el campeonato; a los trece, gané el campeonato centroamericano. A los catorce, el campeonato nacional; fui campeón latinoamericano a los quince años. Cuando estábamos en el partidero, nunca hubieran creído que yo era el campeón. Pero lo fui campeón desde ese primer día que entré en la pista, lo creí con todo mi corazón y así fue hecho. Tuve el mejor patrocinio en toda la historia del motocross. Recibí salario a los quince años, cinco motos regaladas, camión para transporte. ¿Por qué? Porque lo creí.

¿Por qué estás creyendo esta noche? Hoy estoy a pocas semanas de recibir la casa de mis sueños. Hace años que me casé, llegué a mi casa y no tenía ni para las cortinas. Había ahorrado un poco, pero sólo me alcanzó para el anillo de compromiso, la cama era prestada, no tenía cortinas; pude comprar una refrigeradora y un lavatrastos. Han pasado ocho años y voy a recibir una linda casa que no ha sido por mis fuerzas, sino por el Espíritu Santo. Gracias, Jesús.

La historia relata que había décadas de años que no se había podido romper el récord de la milla, hasta que lo rompió alguien: Roger Banister. Es más, la gente decía que era imposible, que no se podía romper, pero eso no lo detuvo. Después que él lo rompió, en ese mismo año, 336 corredores más lo hicieron. ¿Por qué? ¿Porque pasaron décadas sin romperlo y cuando él lo hizo, los demás pudieron? Se quitaron el obstáculo. ¿Cuál era? La mentalidad. Dios te dice que tienes que romper el molde. Yo te vengo a decir que los días venideros serán los mejores días de tu vida. Te vengo a desafiar a que creas que Dios tiene cosas lindas listas, ya tiene hasta un tiempo

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