05 de agosto de 2025
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Antes de tomar la tierra como una conquista, debe haber fe para creerle a Dios, sobre todo si te encuentras a las puertas de la tierra que Dios ha preparado para ti. Así que aprendamos lo que Dios siempre hizo antes de darle la tierra a su pueblo.
Cada vez que estás frente a la Palabra de Dios, hay dos ingredientes que siempre vas a encontrar en las promesas. En el llamado de Dios a Abraham había instrucciones claras a seguir para alcanzar el objetivo de llegar a la tierra que recibiría.[1] Cada vez que Dios habla, hay dos variables que necesitas comprender: la instrucción que debes seguir y la bendición que vas a obtener.
Dios le dijo a Abraham que saliera de su tierra y lo bendeciría para que fuera de bendición a todas las familias del mundo. Entonces, toda palabra de Dios tiene una instrucción y lo segundo que contiene es una bendición para hacer tu nombre célebre. Si te engrandece, es para que seas de mucha bendición para los demás.
Si la gente quiere primero la bendición sin seguir la instrucción, se encontrará con resultados equivocados, porque una promesa de Dios no funciona de esa manera. Esto lo enseñó Jesús al dictar la gran comisión.[2] Jesús primero dio la instrucción de ir y hacer discípulos a las naciones y la bendición de quien hace discípulos es que asegura Su presencia todos los días hasta el fin del mundo.
Para entrar a la tierra que Dios tiene para nosotros, hay una instrucción y dice la escritura que se trata de hacer lo recto y lo bueno ante los ojos de Jehová para que te vaya bien.[3] En consecuencia, debemos saber qué es lo que Dios requiere de nuestra vida en este tiempo. Así como le quedó claro a su pueblo al salir de Egipto.
Como una nación nueva en proceso, Dios les dio mandamientos. Hacer lo recto y lo bueno significaba tomar las instrucciones de estudiar los mandamientos y enseñarlos a sus hijos cada día, repitiéndolos para que los memorizaran y desarrollaran una nueva perspectiva de la vida. Haciendo eso, estarían listos para recibir la bendición de poseer la tierra y retenerla.[4]
El mensaje de enseñar los mandamientos a los hijos con tanta insistencia fue porque en Egipto tenían un estilo de vida; aunque sufrida, ya se habían amoldado a ella y era necesario formarse una nueva vida. El problema fue que se habían olvidado de Dios al extremo de que Faraón no conocía a Jehová y se lo dijo a Moisés.[5]
Sin embargo, los israelitas, entre más los maltrataban, más prosperaban y se multiplicaban en Egipto.[6] 400 años de cautiverio cancelaron el sistema que Dios les había establecido; por ello el pueblo de Dios había sido contaminado con el sistema de Egipto y eran prósperos, pero esclavos.[7]
Lo primero que debían aprender era amar a Dios sobre todas las cosas; lo segundo, aprender y vivir los mandamientos para enseñarlos a sus hijos en todas las formas posibles durante cada día. Era urgente lograr la libertad del cautiverio egipcio y la libertad de la esclavitud de su alma y su mente. Necesitaban llenarse de los pensamientos de Dios antes de entrar a la tierra prometida.
El Espíritu Santo quiere traer libertad sobre tu mente y sobre tu corazón para que no sirvas a un sistema caído de este mundo, sino que ames a Jehová, le sirvas a Él y entres a la tierra que prometió para ti y tus generaciones.
Dios hizo algo con el pueblo antes de sacarlos de la cautividad y fue instruirlos sobre un sacrificio que debían hacer para ver la protección divina en sus familias. Honrar a Dios con una ofrenda sacrificial sin defecto era el requerimiento de su libertad. Con la sangre del cordero que presentaría cada familia cubrirían sus casas de la mortandad que cayó como una plaga más sobre los egipcios.[8]
En conclusión, antes de ir a la tierra prometida, aprendieron a ofrendar a Dios, aprendieron a amarlo sobre todas las cosas y ponerlo en primer lugar en sus vidas; luego debían repetir los mandamientos de Dios a sus hijos, todos los días, en todas sus actividades; solo de esa manera todas las cosas les serían añadidas.
Por eso mismo, cuando Jesús enseña sobre el afán, lo hace con ejemplos prácticos de vestuario y sustento. Entonces, el afán es vivir bajo el sistema de este mundo, pero la fe se aprende en la iglesia. Hacer lo justo y lo bueno es vivir y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las cosas nos serán añadidas.[9] Recuerda, en esta temporada de “Tierra a la vista”, lo primero es ofrendar a Dios, amarlo sobre todas las cosas y vivir en familia bajo sus mandamientos.
[1]Génesis 12:1-3 (RVR1960): Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
[2]Mateo 28:19-20 (RVR1960): Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
[3]Deuteronomio 6:18-19 (RVR1960): Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres; para que él arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho.
[4]Deuteronomio 6:5-9 (RVR1960): Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
[5]Éxodo 5:1-2 (RVR1960): Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.
[6]Éxodo 1:12 (RVR1960): Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel.
[7]Éxodo 1:7 (RVR1960): Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.
[8]Éxodo 12:3-7 (RVR1960): Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.
[9]Mateo 6:27-34 (RVR1960): ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
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