13 de noviembre de 2006
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Hebreos 11:6. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hay otro verso que dice: “Al que cree, todo le es posible”, y entre “todo le es posible” cabe agradarle a Dios. Cuando no le creemos a Dios, no le agradamos. El creerle a Dios nos hace agradables a El, entonces El nos da lo que creemos que es imposible. Nunca te acerques a Dios sin poder creerle y mucho menos diciéndole que no necesitas nada de El.
Di: “estoy creyendo en alguien por algo”, desde lo más mínimo hasta lo más grande.
Porque necesitas fe para comer todos los días, pagar las cuentas, para poder creer que El existe.
Di: “Sin fe es imposible agradarle”. Yo me recuerdo que cuando oraba, le decía: “Señor, yo quiero ser agradable a ti”. Qué bonito es sacarle al Señor una sonrisa, porque le hemos creído y tenemos fe por lo que estamos creyendo.
Lucas 1:14-17. El ángel le está anunciando a Zacarías el sacerdote del pueblo de Israel que tendrá un hijo su esposa y que será grande delante de Dios. ¿Cómo será Dios que a El no le preocupa decir que era grande delante de El? El Señor no tiene ningún problema en reconocer a Juan el bautista. ¿Cuántos libros de la Biblia llevan el nombre del Señor? ¿Cuántos llevan el nombre de un hombre? Todos, porque el Señor está muy seguro de sí mismo.
Jesús mismo le dijo a sus discípulos: “mayores cosas que yo harán”; para Jesús eso no era problema porque El sabía quién era.
Podemos encontrar cuatro cosas en estos capítulos. La primera es que se convierta la gente al Señor. La segunda cosa es convertir a las personas de las malas cosas.
La tercera es volver los corazones. No hay mayor amiga o amigo que tu propia familia; cuida bien a tu esposa, porque cuando ya estés bien viejito, ella va hacer la que estará contigo. Pero el Espíritu es el que hará volver los corazones. Cuarta cosa es que los rebeldes se vuelvan a la prudencia de los justos, y que tengas un corazón bien dispuesto.
El Señor no te tiene por acá por casualidad. Nosotros los cristianos debemos ser personas bien dispuestas, bien capacitadas, haciendo bien lo que hacemos para glorificar a Cristo todos los días.
Lucas 1:5-13. Eran Justos, irreprensibles, de buena familia, oraba por ellos, se les apreció el arcángel, pero dice que no tenían hijos; ella era estéril. Y muchas veces nos pasa esto que siendo tan correctos, que vamos a nuestro grupo, a encuentros, diezmamos, oramos, nos portamos bien, nos preguntamos “¿por qué no tengo la bendición de tener una casa, o por lo que he pedido?” Tienes que comprender que siendo tan correcto, no vas a recibir las bendiciones en el tiempo que tú quieres. Como este hombre que pudiendo tener 30 hijos, no tenía ninguno. Pero la bendición de tener este hijo no era en el tiempo que ellos esperaban, sino en el tiempo que Dios quería. Cuando venga el tiempo de Dios, se empezará a desatar una bendición tras otra.
A veces, el trabajo no llega cuando tú quieres, pero sí llega cuando el Señor sabe que en ese momento tú tienes la sabiduría para poder administrarlo.
Juan el bautista, el hijo de Elizabeth, no viene en el tiempo que ellos querían, pero sí en el tiempo de Dios, y luego viene Jesús. A causa de El, ella no recibía la bendición, porque si nace antes, no hubiera preparado el camino para Jesús.
Está tu tiempo y el tiempo de Dios, pero te aseguro que es mejor el tiempo de Dios.
Ten paciencia para poder esperarlo.
Lucas 1:18-20. La Palabra de Dios se cumple en el tiempo de la misma Palabra.
Que Dios te la diga hoy no quiere decir que se cumpla hoy, pero sí que debes creerla.
Di: “Quedó mudo”. Toda gente incrédula que no tiene fe, no tiene palabras. Sólo puede hablar por fe el que oyó por fe.
Zacarías no habló por fe porque no creyó por fe. Todo iba bien, la presencia de Dios iba bien hasta que abrió la boca. Porque no dijo ¡Amén! Muchas cosas van bien hasta que uno habla. ¿Cuántas cosas han ido bien en tu casa, en tu trabajo hasta que abres esa hermosa y gigantesca boca? Y te dices “¿por qué hablé?” ¿Sabes por qué este ministerio es fresco? Porque le cree al Señor.
A María le anuncian el nacimiento de un hombre que era grande, que salvaría al mundo y éste se llamaría Jesús. Lucas 1:34. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón.
Si ya Dios te lo dijo, créeselo. El ángel mismo le habló a Zacarías, y él no creyó. Hay gente que no tiene palabras de Dios, porque no ha creído la Palabra de Dios. Si tú puedes creer, vas a ser agradable a Dios. Lucas 1:35-38.
El ángel le dijo a Zacarías: “No creíste en mis palabras”, y María le dijo “que se haga conmigo conforme tu palabra”. Muchas veces, la gente si ve algo malo en las Escrituras, cree que se va hacer conforme la Palabra, pero le cuesta creer las bendiciones que están en la Biblia.
Diga: “la fe y el concepto de mí mismo van de la mano”. María no se quedó muda, mira que dijo ella. Lucas 1:46-49. Hágase conforme tu voluntad en mi vida.
¿Cuántos quieren la fe de María? Dile al Señor que lo haga, sólo que lo haga, porque entre más explicaciones le pides, más vas a tropezar para poder creerle.
Di conmigo: “Señor, te damos gracias por tu amor eterno, te bendecimos, te adoramos, gracias por perdonar nuestros pecados en la cruz del calvario, por haber derramado tu sangre, te pido para que nuestra fe no falte, para ser agradable a ti, Señor”.
Y si tú quieres recibir a Jesús en tu corazón, y quieres pedirle perdón por tus pecados, ora conmigo: “Señor Jesús, en este momento te abro mi corazón, perdona mis pecados y dame vida eterna. Creo que eres mi Salvador y mi Señor, y sé que si muero hoy, me iré contigo por tu gracia y por tu misericordia. Hágase conmigo conforme tu Palabra, todo lo que ella tenga para mí que se cumpla. ¿Cómo? No sé, pero te lo creo.
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La libertad que da el Espíritu Santo con Su presencia te permite decidir, expresarte y vivir relacionado con tu Padre eterno por medio de la adoración y eso genera seguridad, confianza, energía espiritual y bendiciones milagrosas.
El exterior de las personas puede provocar una opinión errónea, pero un verdadero adorador sabe que Dios ve su corazón, aunque la gente vea tan solo su apariencia, porque las apariencias engañan.
En esta serie se invita a integrar un modelo de comportamiento compartido, que se adquiere desde la fe y el corazón rendido a Dios, mientras se responde la pregunta: ¿Por qué es tan importante para Dios buscar un adorador?