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Construcción de Visión

Construcción de Visión

29 de agosto de 2015

Tiempo de lectura: 6 minutos

Constructores de visión

La visión del Señor es restaurar cada corazón y a nuestra nación.

 

En la iglesia actual tenemos tres tareas fundamentales: cumplir con la gran comisión, contender ardientemente por la fe y construir una visión de esperanza en el mundo. Debemos compartir mensaje esperanzador[1]. Ahora en Guatemala, el panorama no es claro, estamos a pocos días de tomar una decisión que afecta a las siguientes generaciones, por lo que se hace preciso que inspiremos visión de bien y no de mal. Los pronósticos son desfavorables, así que el mensaje de la iglesia debe ayudar a construir una visión en nuestra mente y corazón. Todos esperan un mensaje que devuelva la confianza porque los cristianos estamos convencidos de que el Señor ya comenzó a obrar. Tenemos Su promesa de que Guatemala será luz a las naciones.

 

Dios es nuestra esperanza, nuestra fortaleza. En Él confiamos, por eso podemos decir que lo que nos espera es bueno porque viene del Señor, y podemos ofrecer esperanza porque la tenemos[2]. Él no es hombre para mentir, si lo dijo, lo cumplirá. Así que debemos llenar nuestra mente, corazón y boca de la buena Palabra y el buen mensaje, porque lo que escuchamos en medio del bullicio determina a qué le ponemos atención. Se sabe que las cinco personas más cercanas a nosotros nos influencian de tal forma que determinan nuestro futuro, nos inyectan de tal manera sus valores que al final, hacemos lo mismo que ellos, por eso debemos rodearnos de quienes pueden inspirarnos positivamente. Las abuelitas lo decían de esta forma: “El que anda entre la miel, algo se le pega… Dime con quién andas y te dirá quién eres”. Las asociaciones determinan nuestras visiones y nuestros pasos, entonces, para construir una visión de fe, asociémonos con Dios, busquemos incluir en nuestro círculo cercano a personas que nos ayuden a reforzar dicha visión.

 

Sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios, quien es galardonador de los que le buscan[3]. Y uno de los galardones que nos otorga es recibir Su instrucción, ser modelados por Él. Al entrar a la presencia de Dios, salimos marcados por Su influencia; mientras más tiempo pasemos delante de Su presencia, más rápidamente hablaremos y actuaremos como Él. El lenguaje del cielo se nos contagiará si buscamos a Dios y Su consejo. Al estar a Su lado, nos trasformaremos para bien, ya que la sangre de Cristo nos limpia, vemos Su provisión para todo, incluso descubrimos respuestas para nuestras dudas e inquietudes. ¡Podemos tener altas expectativas en Él porque no quedaremos frustrados! En Su presencia, dice la Biblia que hay plenitud de gozo y delicias. No pensemos que se sentirá abrumado por nuestras oraciones, porque hay de todo delante de Él, lo que sea que necesitemos, lo encontraremos en Su presencia.

 

Y esa visión de abundancia y confianza que obtenemos a Su lado, provoca que busquemos llevar Su mensaje a otros. Como al volver de un viaje, siempre regresas con novedades y regalos, de la misma forma, después de estar tiempo delante del Señor, tienes las manos llenas de bendiciones que debes compartir, porque la visión que obtenemos delante de Él se convierte en un mensaje, en el material de construcción para la visión de los demás, que pronto estarán hablando y actuando con optimismo y fe. En estos días de desesperanza e incredulidad, nuestro mensaje debe servir para construir esperanza, porque se necesita que demos ánimo y orientación. Seguramente alguien te ha dicho: “Tú que estás más cerca de Dios, por favor, te pido que intercedas por mí”, pues como cristianos tenemos la responsabilidad de hacerlo, porque sabemos que Dios nos escucha y atiende las peticiones que hacemos delante de Su presencia. Las personas esperan que les contemos qué hay delante de la presencia de Dios y que los acerquemos a Él, además de darles palabras de aliento y esperanza. Continuemos intercediendo por Guatemala, porque lo mejor está por venir. Compartamos con los demás todo lo bello que recibimos del Señor.

 

Claro que nos encontraremos con personas pesimistas, pero nuestra responsabilidad es obedecer el mandato de Jesús y llevar las buenas noticias a toda criatura. Nuestro mensaje de esperanza debe llegar a todos, porque en esta época abundan las palabras que destruyen. Sabemos que nuestras palabras tienen poder, así que usémoslas para bendecir, no para maldecir o condenar. Hagamos el ejercicio de elogiar a quienes nos rodean y dejemos de criticar. Acostumbrémonos a ver y hablar más de las cualidades que de los defectos. La gente sin esperanza y sin rumbo necesita de nuestras palabras de aliento.

 

Cuando el profeta Joel hablaba de un nuevo tiempo para el pueblo, decía que convirtieran las herramientas de trabajo en armas y que proclamaran que eran fuertes[4], porque las palabras también son armas poderosas. Sabemos que viene un gran avivamiento para nuestro país porque estamos orando y recibiendo Palabra. La iglesia necesita levantarse y predicar un mensaje de esperanza, entonces vendrán herramientas culturales, sociales, económicas y de todo tipo, pero depende de la herramienta que tenemos ahora: palabras de esperanza. El mundo no necesita que les demos malas noticias, señalamientos o condenación, necesita que le indiquemos dónde está el camino, la verdad y la vida. Habla la buena palabra, la palabra de vida, ¡grítala, que la oiga tu espíritu, que se alimente tu corazón de la palabra de bendición y el cambio comenzará!

 

Nuestro mensaje debe ser uno de gente resucitada, de otro nivel, que se enfoca en las cosas de arriba, no en las de la tierra[5]. Esa es la clave, si nos quedamos viendo al nivel de la tierra, todo será decepción, pero si levantamos nuestra mirada, encontraremos soluciones. Debemos rescatar la confianza de las personas, la fe en el Señor y en que todo puede cambiar y mejorar. Curiosamente, Guatemala está ubicado entre los diez países más felices del mundo, según estudios formales, porque nos reímos más que las personas de otras naciones, a pesar de nuestras dificultades. Esta es una tendencia cultural de enfocarnos en lo positivo. ¡Guatemala es más feliz porque Cristo vive en más corazones guatemaltecos! Y así debemos permanecer en la fe, la esperanza y el amor[6]. Permanencia significa seguridad, fidelidad, solidez, por lo que nuestra vida debe fundamentarse en esos tres valores. Recordemos que la queja no mueve la mano de Dios, sino que es la fe, y lo que mueve Su corazón es la gratitud. Demos gracias y compartamos lo que de gracia hemos recibido.

 

El Señor nos enseña cómo compartir esa visión y mensaje de fe porque Él lo hizo. Primero ganó nuestro corazón con amor y así ganó nuestra voluntad[7]. Lo mismo debemos hacer nosotros, ganemos a las personas con amor y palabras de optimismo. El mundo está esperando nuestro mensaje, el del Señor, que es mensaje de amor, porque para Dios no hay otro idioma.

 

Demos gracias a Dios porque somos Su imagen y lo que tiene para nosotros es extraordinario; pidámosle que podamos ser ese reflejo para nuestros hermanos. Demos gracias por los grandes cambios que están sucediendo en nuestro país, porque sabemos que el Señor está haciendo Su obra y estamos seguros de que lo que falta será suplido conforme a Sus riquezas en gloria. Guatemala será cada vez más hermosa delante de Sus ojos. Declaramos que las promesas de Dios no dejarán de cumplirse en nuestra vida, en nuestra familia y en nuestro país. El Señor está en medio de nosotros, es poderoso y provocará que nos gocemos y regocijemos por la gran obra que hará[8]. Hablamos Palabra de fe, de esperanza y de aliento, demos fortaleza a los corazones desfallecidos, porque todo será restaurado en cada uno de nosotros y en nuestra nación.

 

 

 

 

[1] Hechos 2:17 dice: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.

 

[2] Salmo 91:1-2 asegura: El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.

 

[3] Hebreos 11:6 asegura: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

 

[4] Joel 3:10 dice: Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.

 

[5] Colosenses 3:1-4 dice: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

 

[6] 1 Corintios 13:13-14 enseña: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

 

[7] Juan 3:16 asegura: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

[8] Sofonías 3:17 promete: Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

 

 

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