20 de enero de 2013
Tiempo de lectura: 9 minutos
Debemos dar gracias a Dios porque nacimos para triunfar1. Cuando lo recibimos en el corazón, nos da perdón y vida eterna, además de otorgarnos la victoria en todo lo que emprendamos. Dios quiere que desarrollemos el carácter de vencedores, y lo logramos cuando vivimos y hacemos todo para Él. Triunfar según la Biblia significa sobreponerse a algo o a alguien, superar el obstáculo. Pablo dijo que todo le era permitido, pero no dejaría que algo tuviera potestad sobre él. Es decir que solo Dios sería dueño de su vida, por lo que podía decir que había triunfado. Debemos condicionarnos de esa forma para la victoria.
El Señor dijo que seguirlo implica dificultades, es decir, no significa que a partir de cuando le entregues tu vida las aflicciones se irán, a veces es al contrario, porque continúan las de siempre, además de las que se generan porque algunos no están de acuerdo con tu nueva vida. Sin embargo, en medio de todo, nuestra ventaja es que tenemos al Espíritu de Dios que nos ofrece paz. La clave es la confianza, si confiamos en Él, tendremos tranquilidad para enfrentar lo que venga. Si sientes aflicción en medio de los problemas es porque te falta la confianza que necesitas, esa que te permite experimentar la paz que Jesús puede darte porque ha vencido al mundo2.
Cuando recibimos a Jesús nos sentimos invencibles y llenos de confianza. Pero luego, los años pasan y te relajas. Haces algunas cosas en Cristo, según Su Palabra, aunque otras las haces en tus fuerzas, entonces, comienzas a perder la paz. Vuelven los pecados que habías superado porque ya no vives 100% con Cristo. Regresa a la pasión del inicio, confía en que Él venció al mundo y en medio de la aflicción, te dará paz.
Jesús es un triunfador y nos comparte Su victoria. Él despojó a los principados y a las potestades de todo lo que nos habían quitado. Repartió dones y regalos a Su pueblo y todos los demonios fueron avergonzados en la cruz del Calvario3. Nunca te des por vencido, mantente firme y constante, y da gracias al Señor por el triunfo que te ha otorgado4.
La Palabra aconseja que no seamos vencidos sino que seamos vencedores5. No te des por vencido, ¡date por vencedor siempre! Cuando te das por vencido aseguras que no puedes más. Si te das cuenta, hablas de tus fuerzas, pero ante la situación difícil, podrías tomarte el mismo tiempo para decir que te das por vencedor. En ese caso estás tomando en cuenta las fuerzas que provienen del Señor. ¡Esa es la actitud correcta! Y para ser capaces de cambiar nuestra perspectiva por la Suya debemos comprometernos de pies a cabeza con Él. Solo de esa forma podremos confiar en que Sus fuerzas están con nosotros. Frente a la dificultad debes asumir una actitud, así que decídete a escoger la mejor postura, la que te ha otorgado Cristo Jesús.
Los problemas buscan separarnos del amor de Cristo, sin embargo, no deben vencernos6. Jesús triunfó en la cruz, por lo tanto es vencedor, pero la Biblia dice que somos más que vencedores. ¿Es decir que somos más que Jesús? La explicación es que nuestro Señor peleó contra el pecado hasta el derramamiento de Su sangre, y nosotros ya recibimos el perdón, sin necesidad de padecer o morir. Por eso somos más que vencedores, porque ¡sin pelear obtuvimos la victoria! Por Su herida fuimos curados, así que al pedir sanidad puedes obtenerla porque Él ya la obtuvo por ti. Se hizo pobre para que fuéramos enriquecidos, por lo que financieramente también somos más que vencedores ya que recibimos la victoria que Él ha obtenido para nosotros. Sufrió, murió y resucitó para darnos la vida eterna sin que tuviéramos que padecer. Agradece Su gracia y no la desperdicies con pensamientos de derrota.
Cuando me preguntan: “¿Qué tengo que hacer para vencer este sistema del mundo que me agobia?” Mi respuesta es: “Nacer de nuevo en Cristo Jesús”7. Fracasar o vencer depende de nuestra fe en Cristo. Si decae tu fe, enfrentas el fracaso, por el contrario, si te mantienes creyendo, triunfas. ¿Cuántas cosas nos suceden por falta de fe y por intentar el triunfo con nuestras fuerzas? Ante cualquier dificultad piensa: “Si pasaré este problema, lo haré creyendo y confiando en la fuerza del Señor quien sabe qué es lo mejor para mi vida”. ¡Levanta tu fe para poder triunfar!
Si ya no tienes fuerzas, si ya no aguantas más, te pido que cambies tu enfoque, no naciste de nuevo para darte por vencido. Si ya te diste por vencedor en la vida eterna, todo lo demás se puede pelear. En cualquier pelea, eres el campeón porque Jesús ya pagó para que tú la enfrentes con confianza en tu victoria. Esa batalla por tu familia, la lucha por recuperarte de la crisis financiera ya están ganadas. Dios no te dejará pasar por una prueba que no puedas superar. Agradece al Padre por darte el triunfo en Cristo Jesús sobre la enfermedad, la pobreza y el pecado. Dile: “No me doy por vencido, me doy por vencedor, porque Tú ya me diste la victoria”.
Versículos de referencia
1 2 Corintios 2:14 dice: Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
2 Juan 16:33 explica: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
3 Colosenses 2:13-15 asegura: Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
4 1 Corintios 15:57-58 aconseja: Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
5 Romanos 12:21 enseña: No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
6 Romanos 8:35-39 cuestiona: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
7 1 Juan 5:4-5 explica: Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Temas relacionados:
Bendiciones | Fe | Identidad | Promesas de Dios
El amor de Dios en nuestro corazón es la materia prima en su estado natural para el inicio del proceso de transformación necesario para amar a Dios y amar al prójimo como a nosotros mismos.
La validación es un acto necesario para darle firmeza, respaldo y subsistencia a una relación que se aprecia y se tiene en alta estima. ¿Cómo se resuelve la necesidad de ser validado para cumplir el propósito personal de vida?
Los ídolos del mundo del espectáculo o el deporte son queridos, admirados y respetados, los seguimos y desearíamos una foto con ellos para lucirla con orgullo. ¿Puede una imagen u objeto ser un ídolo que se adora como un dios?