Conéctate a nuestro servicio en vivo
Conéctate a Intercesión
Conéctate a nuestro Discipulado
De esa época era yo

De esa época era yo

19 de junio de 2022

Tiempo de lectura: 2 minutos

Sé que algunos varones —que hoy en día somos padres de familia— venimos de una época de escasez en que no tuvimos bicicleta, un balón de futbol o ni siquiera tres tiempos de comida, pero esa misma situación nos motivó para esforzarnos y darles a nuestros hijos lo mejor. Quizá tu hijo hoy no solo tenga un balón, sino varios. Talvez tenga los juguetes que tú nunca tuviste y los dispositivos electrónicos que quizá ni existían en tu época.

Sin embargo, en la actualidad también podrías estar pasando dificultades para darles a tus hijos lo que quisieras darles. Como padres de familia muchas veces nos angustiamos y nos afanamos, pero la Biblia nos enseña que Jesús es el mismo de ayer, hoy y siempre,[1] por lo que podemos estar seguros de que el mismo Dios que no nos abandonó cuando éramos niños es el mismo que cuida de nuestra familia hoy y también lo hará mañana. ¡No te afanes!

Hay hijos que ya no están con sus padres porque crecieron e hicieron su vida, pero tú como papá nunca dejarás de serlo, aunque ellos ya no estén. Como padre en el fondo podrás estar satisfecho de que has obrado y sigues obrando bien.

Hijo: si aún tienes a tu padre con vida, dale gracias por el esfuerzo que hizo para darte una piñata en tu cumpleaños, el regalo de Navidad que tanto querías o el consejo que necesitabas en el momento preciso. O simplemente agradécele que nunca te faltara la comida en la mesa. Hónralo dondequiera que se encuentre y cuando trate de aconsejarte, escúchalo y nunca le digas “Papá, estos son otros tiempos”; más bien agradécele su interés genuino de que siempre te vaya bien en la vida.

¡Honra a tu papá y pídele a Dios que lo bendiga siempre!


[1] Hebreos 13:8: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

Temas relacionados:
| | |

¿Te gustó? Compártelo en tus redes

También te puede interesar

Aprende a leer

Pastor Hugo López

El lenguaje escrito permite aprender a leer, así como el lenguaje físico, que desde los rasgos faciales y la postura corporal emite un mensaje que otras personas pueden leer según su percepción y contexto. ¿Cómo aprendemos a leer a otras personas sin equivocaciones?

La honra que sana generaciones

Miguel y Miguel Esteban Arrázola

La herencia genética tiene que ver con lo que un padre transmite a ciertos genes de sus hijos a lo largo de sus descendientes. La grata noticia es que las variables emocionales y espirituales pueden sanar y trascender generaciones.

Perfectos y completos

Pastor Marco Barrientos

Hoy aprendemos cómo superar los conflictos de la vida, porque pueden destruirnos o levantarnos para cumplir un objetivo superior. Serás desbloqueado para ver tu potencialidad con el consuelo y la esperanza que vienen de Dios.