04 de octubre de 2023
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Hoy quiero tocar el tema: Dios, no te tardes. Jesús habla que cuando tenemos muy poco, debemos ser fieles.[1] [2] No es malo pasar por allí, ese no es tu destino, es solo el camino. A veces pasamos por crisis y vamos a lo muy poco, pero lo último que debemos hacer es alejarnos de nuestro Señor, porque el que es fiel en lo muy poco, también en lo mucho es fiel. Sigue sirviendo a Dios porque una crisis es la prueba para promoverte. Pasar de lo muy poco a lo mucho requiere paciencia.
La gente vive un problema de fe y de emoción. Cuando va mal, baja el nivel de fe al nivel de la emoción. No podemos bajar nuestra fe al nivel de un suceso negativo, pero sí tenemos que subir la emoción al nivel de nuestra fe por medio de vocabulario, pensamientos y expectativas. El enemigo no debe leer que estás desesperado porque cuando diga “Ya lo tengo”, de tu boca va a salir: “Jehová es mi pastor, nada me faltará”. “No he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue el pan”.
Entonces, la primera bendición a recibir es la fe.[3] Lo único que trae más fuerza es fuerza, y solo se descansa para seguir haciendo ejercicio porque la espera requiere paciencia.[4] Según mi percepción, salir de la crisis tarda mucho, si depende de la emoción. Según el tiempo de Dios, no tarda. Dios siempre llega a tiempo.
La humanidad esperó la venida del Señor miles de años, pero vino según los planes eternos de Dios.[5] En 1992, por medio de sueños, recibí de Dios la promesa que hoy vemos cumplida en este lugar.[6] Quienes quieren ver las promesas de Dios tienen que aguantar el tiempo creyendo hasta que miren su cumplimiento.
Todos tenemos alguna razón para cancelar el servicio a Dios, pero para mí la cruz de Jesús y Su sacrificio son suficiente razón como para nunca cancelarlo. Vale más eso que todo lo que nos pueda pasar.[7] Cuando nos humillamos bajo Su poderosa mano vienen emociones no necesariamente positivas. Debemos subir nuestra emoción al nivel de fe para recibir las promesas que Dios hizo. Pablo les dice a los gálatas cómo son de necios: habiendo empezado por el Espíritu iban a terminar en la carne, en sus propias fuerzas.[8]
Por misericordia eterna de Dios, vi a Jesús en mi cuarto cuando era niño. Y te pregunto, ¿qué hice para merecerlo? ¿Leía la Biblia? No sabía que existía una. ¿Asistía a los cultos? No iba a ninguna iglesia. ¿Ayunaba? No sabía qué era eso. ¿Oraba de 5 a 7 veces al día? Tampoco. Entonces ahora no puedo pensar que, para que Dios derrame Su presencia tengo que hacer algo, porque no hice nada para que me visitara de niño. Eso me marcó para decirte: lo que es de Su gracia, no te lo quita nada ni nadie.
Cuando llegaste a Jesús, lo hiciste con todos tus pecados. Él te perdonó, entró en tu corazón, no te puso ninguna condición. ¿Por qué teniendo a Jesús como Salvador, hoy después de muchos años, tratas de ser tu propio salvador en vez de humillarte bajo Su poderosa mano y esperar que te exalte cuando sea tiempo?
Mucha de nuestra ansiedad nos hace desconfiar de que Dios tiene cuidado de nosotros, pues se manifiesta como una extrema inseguridad. Ser paciente es ser perseverante en medio del sufrimiento.[9] ¿Qué quita la ansiedad? Conocer los tiempos. El problema es cuando estás esperando algo que no tiene fecha de cumplimiento y puedes volverte esclavo de la ansiedad.
Lo que tiene fecha no te debería causar ansiedad, pero lo que no tiene fecha tampoco. Porque la fecha la tiene tu Padre y sabe por qué te pasa y por dónde te llevará hasta el final.[10] Lo importante es esperar pacientemente en Dios, aun en medio del pozo de la desesperación.[11] Tan solo dale tiempo a Dios para que prepare el lugar a donde te llevará.
[1]Lucas 16:10: El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
[2]Lucas 19:17: Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
[3]Hebreos 6:11-15: Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
[4]Habacuc 2:2-3: Y Jehová me respondió, y dijo: escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
[5]Gálatas 4:4: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.
[6]Isaías 54:1-3: Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.
[7]1Pedro 5:6-7: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
[8]Gálatas 3:3: ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
[9]Salmos 119:28: Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra.
[10]Salmos 27:13: Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.
[11]Salmos 40:1-2: Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
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