19 de abril de 2007
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Juan 17:1-2
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
Ninguna persona en el mundo, de ninguna religión o fundador de alguna ha hecho las declaraciones que Jesús hizo. Nadie dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Jesús siempre estuvo seguro de quién era, nunca lo negó. Y por eso lo crucificaron, por Él creer realmente que era hijo de Dios, que vino a morir en carne para perdón de nuestros pecados. Nuestra creencia debe ser firme, como la de Jesús. El dijo: “No le teman al que puede matar el cuerpo, sino al que puede mandar su alma al fuego”. El es capaz de darnos vida eterna, no una religión.
3 Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado.
La vida eterna es conocer a Dios y a Jesús a quien El envió.
Hay que saber el significado de la palabra “conocer” en este contexto. En el principio, cuando Dios creó a Adán y Eva, Él hizo caer en un sueño profundo a Adán, y sacó la mujer de su costilla para que estuviera a su lado, no para que la tenga abajo, ni arriba. Dice la Biblia que más adelante, conoció Adán a Eva, concibió ella y dio a luz. De ese “conocer” está hablando la Escritura cuando dice: “Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti”. En este contexto de Adán y Eva, ya se conocían, pero cuando se unieron sexualmente, entonces concibió. Esta palabra quiere decir: “relacionarse con”. Lo que se había separado, lo vuelve a unir. El vino a reconciliarnos con Dios. No es que sepas un poco más de Biblia, ni que sepas sobre libros que hablan de Dios, sino que tengas una relación con Él, vivir con Él, estar en Él. Eso es la vida eterna: que te conozcan a ti y a Jesucristo a quien has enviado. Usted podría ver a Jesús y no necesariamente ser salvo. Lo podrían llevar al cielo y no dejarlo ahí. De hecho, todos vamos a llegar para el juicio, pero no todos se van a quedar ahí. Pero no van a llegar ahí, asegúrese que cuando llegue, se quede ahí. La Palabra dice: “Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti”.
1 Juan 4:7-9
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
El amor de Dios se mostró dándonos a su hijo. La Biblia dice: “El que no ama, no conoce a Dios”. Y ¿cuál es la vida eterna? Que lo conozcan a Él. Entonces, el que dice conocer a Dios, pero no ama, ¿conoce a Dios? ¿Y el que no conoce a Dios tiene vida eterna? No. Entonces, todo el que conoce a Dios, debe de amar. No hay salvo con resentimientos. La gente se vive quejando del amor que le dan, pero hay que ver qué amor da.
Tenemos un problema con eso del amor, porque lo hemos malinterpretado. No es un sentimiento. De hecho, en Jeremías dice que el corazón es engañoso más que todas las cosas, ¿quién lo entenderá? O sea que el corazón te puede engañar más que alguien que hace fraude, que un ladrón, que un estafador. Los sentimientos son traicioneros y la gente los maneja de una forma traicionera. Dicen: “Yo sé que es la voluntad de Dios, porque siento paz”. ¿Usted cree que Jesús sintió paz en Getsemaní? No, pero sabía que era la voluntad de Dios. A mí la voluntad de Dios me ha producido agonía, dolores, quebranto, a veces, pero es lo que hay que hacer porque es su voluntad. Caminar por sentimientos es el peor error que puedes tener como cristiano. Dicen: “Yo siento”, pues pare de sentir y póngase a actuar. La gente siente. ¿Cuántos han sentido que aman a una joven y a los siguientes días, ya sienten que aman a otra? Las mujeres son especiales en querer sentir.
Nosotros nos equivocamos y nos metemos en sentimientos; vivimos ministrando los sentimientos de forma inadecuada. ¿El amor es decirle que la ama? Nos pasa eso, que es un alimentar el sentimiento. El amor no es un sentimiento, sino un conjunto de hechos, de actos en el bienestar de una persona o el tuyo mismo. Dios dice: “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús nunca le dijo a nadie “te amo”. Busque en las Escrituras, y me dice si lo encuentra. Esa es la imagen que queremos tener de Dios. Como cuando Juan se recostaba en el pecho del Señor. Pero seamos más realistas. El a nadie le dijo “te amo”.
El le dijo a Pedro: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas.” No le dijo: “escribe un poema”. Tenemos una imagen que agarramos del mundo y se la pusimos al Señor. Estamos equivocando las cosas en el reino de los cielos en cuanto al amor. Se viven ministrando cosas acerca de amor, que no es amor.
¿Cómo nosotros podemos aprender de lo que es verdaderamente amor si recibimos la información inadecuada y lo ministramos mal? Por eso es que hay tanto lío amoroso. Tanta jovencita con el corazón destrozado. ¿Quién te está poniendo el concepto de qué es amor? Si fuera tan importante decirle: “te amo”, entonces ¿por qué Jesús nunca lo hizo? El amor se demuestra con hechos. Tal vez su marido no le dice “te amo” todos los días, pero se va a trabajar duro. El te dice con eso que te ama, dígaselo usted con una sopa calientita al recibirlo. ¿Cómo vamos a vivir en el amor si no sabemos cómo manejarlo?
Filipenses 2:9-13
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Querer y hacer. No es sólo sentir. ¿Qué tal si un día ya no siente en su matrimonio? Ese no es suficiente motivo para dejarse. O sea que nuestra relación depende de lo que sentimos, y la Biblia dice que el corazón es lo más engañoso que existe.
¿Tú crees que es amor entregarse a esa persona en drogas para casarte, sabiendo que de eso van a venir tus hijos? Eso es sentimiento, te movieron los sentimientos. Pasados unos años, ya no sentiste lo mismo. ¿Cuál de todos los sentimientos es entonces? Jesús nunca dijo: “Yo siento que voy a resucitar, yo siento que va a ser sano aquel,” El hablaba de cosas que había que hacer.
Conjuguemos el verbo “amar”. ¿Qué es eso? Ahora, conjuguemos el verbo “estudiar”. Eso sí le dice algo. La palabra “amor” no dice nada si no va acompañada de algo que lo complemente, como: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su único hijo”, dio. Si vas a conjugar el verbo amar, dime con qué verbo lo estás conjugando. Dios es amor. A cuanta gente registra la Biblia que Jesús abrazó y besó. El único beso que se registra es el que le dio Judas, y fue quien lo entregó.
I Corintios 13:4-9
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Jesús murió en la cruz por nosotros, de esa forma demostró su amor. No dijo: “Te amo”. Y todavía dijo: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”. El buen samaritano no recogió al ladrón y le dijo: “Te amo mucho,” sino que lo recogió y le pagó al mesonero para que lo cuidara.
Si Dios es amor, puedo sustituir la palabra “amor” por “Dios”. Diría: Dios es sufrido, es benigno; Dios no tiene envidia, Dios no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Dios nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y Dios, estos tres; pero el mayor de ellos es Dios.
La próxima vez que le digas a alguien “te amo”, asegúrate que es con otro verbo que lo estás diciendo. Con el verbo oír, soportar, perdonar, sufrir. Con esos verbos se puede decir “te amo”, pero sólo amar, no le dice nada a nadie.
“Señor, voy a aprender a amar, más que decir “te amo”, lo voy hacer. Gracias por amarme primero; yo te amaré con mi servicio, mi obediencia, mi conducta, mi manera de ser y hacer las cosas”.
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