Conéctate a nuestro servicio en vivo
Conéctate a Intercesión
Conéctate a nuestro Discipulado

Eligiendo gobernantes

27 de agosto de 2011

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Vivimos en democracia y cada cierto tiempo, generalmente, cada cuatro años, debemos elegir gobernantes. Este proceso que nos involucra como ciudadanos y cristianos, requiere una actitud honorable, fundamentada en los principios que encontramos en la Palabra de Dios. Es necesario que aprendamos a elegir gobernantes –presidente, congresistas y jueces- de acuerdo a los valores que el Señor nos enseña.

Los gobernantes ejercen un trabajo delicado porque su oficio es el que más se parece al de Dios, ya que asumen la responsabilidad de administrar a los pueblos que le pertenecen a Él, nuestro Creador y Salvador. Alrededor del mundo los gobiernos se han arriesgado al poner la legalidad por encima de la moralidad. Algunos han legalizado los matrimonios de parejas homosexuales, otros han legalizado el consumo de drogas o la prostitución, pero todo esto continúa siendo inmoral porque va contra la ley suprema, la del Señor. A veces, los gobiernos no consideran los diez mandamientos de alta moral e ignoran a Dios, olvidando que Él es el dueño de todo y debemos darle cuentas de lo que hacemos con aquello que nos encomendó.

La Palabra nos dice que Dios nos creó y nos dio la tierra para llenarla y sojuzgarla1. En el hebreo original dice: “Consagrad a Dios la tierra y gobernarla”, es decir que Él nos ha delegado la responsabilidad de cuidar y regir todo cuanto creó. Aunque muchas veces hemos fallado en el gobierno de lo que nos corresponde. Si queremos tener buenos gobernantes, primero debemos tener la calidad moral para demostrar que hemos administrado bien nuestro cuerpo, a nuestra familia, hogar y dinero. No podemos orar pidiendo honestidad si somos deshonestos.

Todo le pertenece al Señor2. Nuestro cuerpo es Suyo, templo del Espíritu Santo, pero nosotros lo gobernamos. No hay querubines levantándote a las cinco de la mañana porque eso te corresponde a ti. Es delicado ser gobernante, por lo tanto, es necesario interceder por quienes nos gobiernan.

Además, para elegir gobernantes honrados, primero debemos demostrar que somos honrados. No puedes exigir algo que no ofreces. Si quieres que el gobierno combata la violencia y no robe, debes ser el primero en tratar bien a tu familia y trabajar honestamente, sin tomar nada ajeno.

Pablo le pedía a los primeros cristianos que oraran por quienes estaban en eminencia para vivir quieta y reposadamente3. En nuestro contexto significa que debemos orar por todos los candidatos al gobierno, sean o no de nuestro agrado, porque no podemos discriminar delante del trono de Dios. No sabemos qué candidato será el nuevo presidente y nuestra obligación es ir delante del Señor a levantarlo en intercesión. No debes dejarte manipular por la presión social que distorsiona el Evangelio, porque los cristianos debemos apoyar al gobierno de turno y trabajar por nuestro país, sin importar la denominación política.

Cumple tu papel e intercede por quienes están en eminencia, sin condiciones, sin excepciones, sin la mezquindad de pensar que no era tu favorito. ¡Debes alumbrar donde quiera que estés porque eres luz del mundo! Además, si participas activamente en algún partido político, debes hacerlo con la motivación correcta, no con un interés personal sino con el deseo honesto de apoyar a tu nación y trabajar por engrandecerla, cualquiera que sea su cargo.

También debemos orar por los presidentes de todos los países, no solamente por el de nuestra nación, porque la política internacional nos afectan a todos. Los países serían diferentes si los ciudadanos intercedieran por el candidato que gane las elecciones y se involucran en un proyecto de nación. Buscar el bien colectivo es prioridad para que vivamos con piedad y honestidad.

Un país mejora con la buena actitud de todos, no con el trabajo de un solo hombre. Si pones mucha esperanza en un hombre que gobierna es porque tienes poca esperanza en Dios y esa actitud no es correcta. Antes de exigir mejores gobernantes, demostremos que somos mejores ciudadanos, respetando las leyes, pagando nuestros impuestos y buscando el bien de todos.

Si quiera que tu tierra sea sana, debes humillarte y pedirle a Dios, demostrando que eres honesto4. Mientras no lo hagamos, no veremos un cambio real en nuestra nación. Pídele al Señor por la paz de tu ciudad, humíllate y busca Su rostro para que perdone a Su pueblo. Sólo Él puede levantarnos y guiar a nuestros gobernantes. Intercede por todos los candidatos al gobierno ya que  tus oraciones garantizan la paz, sin importar quién resulte electo. Nuestro Padre tocará el corazón de cada persona en eminencia para que asuma la responsabilidad que le ha delegado y gobierne con sabiduría la tierra que le ha confiado.


1 Génesis 1:27-28 dice: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

2Salmo 24:1 nos recuerda: De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.

31 Timoteo 2:1-3 pide: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

42 Crónicas 7:14 advierte: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Temas relacionados:
| | | | |

¿Te gustó? Compártelo en tus redes

También te puede interesar

No lo dejes de hacer

Emmanuel Carranco

En la discrepancia entre lo real y lo ideal se encuentra la frustración, pero esa imposibilidad de tener o lograr aquello que se desea es la antesala para ver un milagro generado por la fe en una promesa de Dios.

Consecuencias de la visitación de Dios

Pastor Cash Luna

Un padre de familia puede sufrir el síndrome de responsabilidad adquirida capaz de obstruir el beneficio de recibir la visitación de Dios, debido al enfoque constante de dar a los suyos; por eso Jesús enseña que siendo proveedores, como hijos, podemos recibir buenas cosas de nuestro Padre celestial.

La visitación de Dios

Pastor Cash Luna

Un canal de servicio empresarial provee una experiencia gratificante que brinda bienestar a quien lo recibe, de igual manera, entre el milagro que Dios hace y quien se beneficia está otra persona: un servidor lleno de compasión.