18 de octubre de 2023
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Cuando Abraham está a punto de sacrificar a Isaac Dios interviene y le dice: ¡Para! Ya sé que me amas, que me obedeces y por eso te juro Abraham que te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Dios le habló a Abraham diciendo: “en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra”.[1] ¿A qué tipo de simiente se refiere cuando menciona que seremos benditas todas las familias? El apóstol Pablo expone de qué simiente se trata. [2] Nosotros somos bendecidos como familia en la simiente de Cristo Jesús.
Ahora bien, debemos formar y educar a nuestra familia de tal manera que experimente esta verdad. A veces los hijos crecen bajo esa protección heredada de Dios y son bendecidos por aquello que los padres y los abuelos hicieron al darle su vida a Cristo y confiar en Dios. Pero si una familia se aparta de Dios se dará cuenta de que lejos del Señor no podemos hacer nada.
Toda maldición generacional ya no existe en tu vida. No puedes creer que la maldición va a tocar a tu familia, a tus hijos y a tus descendientes, porque en Cristo Jesús somos bendecidos nosotros y toda la familia. Pero somos llamados a formar a los hijos.[3]
La cita “nada es imposible para Dios” está en el contexto de la familia. El arcángel Miguel que se le apareció a María es el mismo que se le parece a Zacarías. María dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia”. Por eso, en la casa de José y María se hablaba el idioma de fe y esa cultura sí se hereda, de allí la vida de fe de Jesucristo, nuestro Señor.
El ángel le anunció a Zacarías el nacimiento de su hijo Juan el Bautista, pero el dudó diciendo: ¿Cómo va a ser esto si ya estoy viejo? El ángel le dijo, quedarás mudo hasta el nacimiento de tu hijo. Date cuenta de algo padre de familia, que tanto la cultura de andar dudando de Dios como la de creerle siempre se hereda. Y llegó el día en que Juan el Bautista les dijo a sus discípulos vayan a preguntarle a Jesús: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?
Pero en la casa de José y María se hablaba fe y todas las cosas que se decían del niño Jesús, María las guardaba en su corazón. ¿Qué es más difícil de creer, que un hombre viejo y su esposa estéril puedan tener un hijo o que una mujer soltera tenga un hijo sin conocer varón?
Tú no sabes qué promesa que le crees a Dios será un detonante que va a empezar la vida de fe de toda tu familia hasta ver toda una generación que se levante creyendo y confiando en Dios. Cuando María dice: que se haga conmigo la voluntad de Dios. ¿Cuál era la voluntad de Dios? Que fuera la madre de nuestro señor Jesucristo y aceptara la responsabilidad de educarlo.
La peor maldición para una familia es dejar sin educación a los hijos, hay que formarlos. La formación de los hijos empieza en la mesa, cuando comemos, cuando hablamos se hacen sabios distinguiendo lo bueno de lo malo.[4] A los 12 años Jesús sabía quién era su verdadero Padre, le servía en el templo, pero honraba a su padre adoptivo trabajando en la carpintería. [5] Pablo el apóstol, reconoció la influencia de una fe no fingida desde la abuela, la madre y la vida de Timoteo.[6] Esa fe no fingida se recibe en el hogar y no por la impartición de los apóstoles.
Todo tipo de prueba se reduce a una sola: la prueba de la fe. Lo que creemos, en quién creemos y cómo lo creemos.[7] Verdad, justicia, paz, fe, salvación y Palabra de Dios se aprenden en casa. Declara esto: Mi familia está bajo bendición y mi herencia es el Espíritu de Dios que es poder, amor y dominio propio.[8]
Repite esta oración: Señor Jesús, en este momento te doy gracias por bendecir a mi familia, y hoy te abro mi corazón, te entrego mi vida, recibo el perdón de mis pecados y la vida eterna. El día que yo muera estaré contigo porque tú me has salvado. Soy salvo por la fe.
[1]Génesis 22:18: En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
[2]Gálatas 2:16: Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
[3]Lucas 1:34-38: Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
[4]Isaías 7:14-17: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.
[5]Lucas 2:48: Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
[6]2 Timoteo 1: 3 -8: Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
[7]Efesios 6:10: Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
[8]Isaías 54:14: Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.
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