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Inteligencia

02 de diciembre de 2007

Tiempo de lectura: 12 minutos

 

 

Tenemos mucho que aprender todos los días de nuestra vida. Yo les preguntaba a unas personas qué tan necesaria es la experiencia para aprender. ¿Cuántas de esas experiencias te llegan y en cuántas te metes?

Tú no encuentras en la Biblia que debemos aprender a base de experiencia, pero hay quienes sólo aprenden por la experiencia, y nunca terminan de hacerlo. Se someten a experiencias que los dejan heridos. Por ejemplo, el papá le dice que no se case con ese hombre y la hija no hace caso; hasta que se divorcia, entiende. Es como aprender que el fuego quema por estarse quemando. Cuando mi hija era pequeña, teníamos chile en la mesa y ella quería, nosotros le decíamos que picaba y ella decía que no. –Bueno, proba- le dijimos. Lloró, pero seguía con que no picaba. Al día siguiente, pidió chile de nuevo, y vuelta a la misma cosa.

Hay momentos en que no podemos dar vara, pero la experiencia hace esa misma función. Tenemos que aprender a base de la Palabra de Dios, y no ser tan necios de no obedecer. Discutir contra Dios es una necedad muy grande. Ninguno puede servir a dos señores. Dicen: “Yo sí puedo servir a Dios y a las riquezas”, pero Jesús dijo que no. No podemos irnos contra la razón. Si Jesús lo dijo es porque así es. Es mucha altanería de parte nuestra irnos en contra del que sí sabe. Jesús sabe de la vida y de cómo podemos aprender a vivir.

Hoy quiero hablarles de las expresiones de la inteligencia. ¿Cuánta gente se cree inteligente por los grados académicos que tiene, pero siempre la están despidiendo de todos los trabajos, a pesar de que es el genio de la empresa? Porque es insoportable, altanero, contestón, no trabaja en equipo. ¿A ese le llaman inteligente? Eso no es ser inteligente, ese es un gran bobo con conocimiento. Porque teniendo tanta facilidad para adquirir conocimiento, no es capaz de conservar un solo empleo. No me diga que inteligente es esa persona que el jefe le llama la atención y él se pone a discutir. Se habla de la inteligencia normal, lo que los científicos llaman IQ muy alto, pero tienen una inteligencia social muy baja. Hoy en las empresas, la inteligencia social se está tomando más en cuenta que el IQ. ¿Cuáles son las expresiones de inteligencia que a mi criterio son más agudas? Por ejemplo, hay gente que con esos títulos no ha hecho dinero. Hay personas que no los tienen, pero tienen mejores ingresos. Existe gente especializada en finanzas que no puede ni conservar su casa, la tienen hipotecada.

¿Qué es inteligencia? ¿Qué no es? ¿Cuál es la que Dios nos da? Ustedes han oído en Deuteronomio que Dios nos dio la autoridad para hacer las riquezas. Hay maneras de conseguir el dinero aunque no estudien. No estoy diciendo que no lo haga. Pero nos equivocamos al pensar que el poder de las riquezas esta ahí, cuando el verdadero poder es más antiguo que la misma universidad.

¿Qué es ese ingrediente que nos hace falta o que si lo logramos adquirir produce algo? Yo he encontrado que la expresión más poderosa de la inteligencia se llama servicio. Lo más inteligente que puedes hacer es servir. Te lo demuestro. Jesús dijo: “Yo no vine a ser servido, sino a servir”, y es el que más seguidores tiene. “Y a poner mi vida por rescate por muchos”. No por uno, sino por muchos. El evangelio dice que dio su vida por todos. Jesús fue más que ambicioso. El dijo “voy a dar mi vida, pero quiero a todos salvos”. La ambición no es mala, pero lo que ambiciones, para qué lo ambicionas sí puede ser malo. Bendito Dios por la Biblia porque nos ordena las ideas. Miras la tele todo el día y terminas con conceptos que no son los que se deben tener. Un día vi que estaban entregando los premios Oscar, en la Alfombra Roja les preguntaban a las artistas: “¿Tú de qué vienes vestida?”, y todas contestaban que de algún diseñador famoso, cuando lo importante es ponerse algo que les quede bien.

Para mí, la expresión más poderosa de la inteligencia que uno puede tener es servir. Los políticos de hoy no sirven porque no sirven. ¿Tú crees que un ser inteligente es aquel que fabrica el mejor cigarrillo, con la mejor nicotina y con todos esos productos que producen cáncer? ¿Eso es ser inteligente? Lo matan y encima uno paga. Eso no es ser inteligente. ¿Producir armas es inteligente? No. Y lo peor es que muchas personas los admiran.

Mateo 20: 25-28
Entonces, Jesús llamándolos dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes, ejercen sobre ellas potestad. Más entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

El Señor Jesús planeaba ganar la tierra y sirvió. Hay una manera de ganarte el mercado del servicio que das, y es sirviendo. Hoy en día, entras a una compañía y sientes que ni atención te ponen. Te vas a gastar una cantidad grande de dinero y te tratan como que tú fueras el necesitado. Te miran recorrer el almacén y te ven como que si no es con ellos. Yo cuando entro a una compañía así, me salgo, porque es una empresa de tontos. Mejor busco una con inteligentes que sirven. La vez pasada leí en un libro de liderazgo, que en una tienda por departamentos, una mujer atendió a un hombre que llevaba prisa. El se midió una pijama, pero le quedó larga, y la mujer le ofreció hacerle el ruedo. El cliente se fue y le mandaron la pijama al hotel. Luego, preguntó por el servicio de sastrería en la tienda y le dijeron que no tenían. Entonces, fue y le preguntó a la señorita sobre el ruedo y ella le respondió que ella lo había hecho y que no le debía nada.

En la misma tienda, llegó una persona a reclamar que los neumáticos de su carro le salieron mal. Le pidieron su ticket y le arreglaron sus neumáticos. Al día siguiente, cuando salió, se dio cuenta que el ticket no correspondía a ese almacén. -Entonces, ¿por qué lo cambiaron? -preguntó el cliente.  -Pues porque nos gusta servir, nada me costaba ir a la otra tienda a pedir los neumáticos y cambiarlos –respondió el empleado.

Para el congreso de Ensancha, vino una persona del extranjero que dio un poco de problemas; sus maletas se fueron para otro lado,  y el hombre estaba muy molesto. Me llamaron y preguntaron qué hacían. Yo pedí que me lo llevaran y le dije: “Perdone lo que pasó, este es el número de teléfono de mi oficina. Usted tiene su pasaje de avión pagado para el otro año, su hotel y su Congreso”. El hombre regresó a Orlando contento y satisfecho. Eso se llama servicio.

Pero el colmo fue el que chocó su carro aquí en la iglesia. Agarró contra la vía y lo paró un servidor, entonces retrocedió y chocó a una señora. El me esperó en la salida, y dijo: -Por hacerle caso a ese servidor, choqué-. Yo le pregunté: -¿Usted lo que me está pidiendo es que repare su carro? Está bien -le dije- lo voy a mandar a reparar-. Y así lo hice. Cuando llegó al taller, el mecánico le dijo: -¿Estás seguro de lo que estás haciendo? Te vas a echar una muy fea delante de Dios. Para que no sea tan fea, no te voy a cobrar-. Pero la cadena de servicio se dio. Dice la Palabra que el que quiera ser el mayor, será el sirviente. Uno no sirve para llegar a mayor, sino porque eso es lo que hay que hacer.  

Mateo 20:26
El que quiera, el que desea, el que pretenda ser el grande, no que lo haga alguien entre ustedes, será vuestro sirviente.

El que lo que pretende es ser grande, de sirviente no pasa. En otras palabras, la palabra “sirviente” se puede traducir como esclavo. Hay mucha gente que Dios nunca promueve porque sirve con la intención de hacerse grande. Cuánta gente hay platicando con uno y dice: “¡Qué buen negocio poner una iglesia!”. Y yo le digo: “Como ¿cuál?”. Si crees que es buen negocio, pon una, prueba. La gente quiere hacer las cosas con otra intención a la que uno ha tenido, pero tal vez por eso Dios lo bendice a uno. Si tu intención es hacer las cosas mal, y servir para que te promuevan, no tendrás los mismos resultados. Te lo voy a decir claro: si sirves para que yo te vea o llame, te vas a frustrar, porque al rato, ni te llamo. Si usas ese chaleco de servidor para que yo te lo reconozca, estás mal, pero si se te lo pones para servir al pueblo de Dios, está bien.

El día domingo me dan mi desayuno porque  alguien quiso hacerlo. Me dan panito con huevo, platanitos con miel y jugo de naranja, pero a nadie se lo pedí, sino que a alguien le nació dármelo.

Les voy a contar unos testimonios. La iglesia queda aquí carretera a El Salvador. El primer ministerio que tuve en este sector fue de chofer, porque mi esposa y su mejor amiga Dinora, tenían un ministerio en la colonia San Antonio y traían pan y Palabra a las colonias pobres. La Palabra la traían esas dos mujeres, la comida la conseguíamos entre todos y lo que yo hacía es ser chofer. Me gané a mi mujer sirviéndola de chofer. Yo venía y traía la comida, que me la hacía la hermana Tere, una ancianita que cocinaba para el colegio Sagrado Corazón, donde yo guardaba mi carro cuando vivía de pensionista en mi tiempo de universitario. Esa viejita me quería como a su hijo, y cuando llegábamos, hablábamos hasta tarde. En el momento en que íbamos por la puerta, me decía: “Tengo unos chuchitos que acabo de hacer”, y yo regresaba a la mesa. Un día le pedí unos tacos para llevarles a los niños, ahí vi por primera vez un milagro, un prodigio. Conté los tacos, luego, la gente y no alcanzaban. Sonia llegó y me dijo: -No alcanzan los tacos-. Yo le dije: -Reparte los tacos, que van a alcanzar-. Sólo se fue y empecé a clamarle al Señor que alcanzaran y que sobraran todavía para los que íbamos a servir. Sale ella, reparte los tacos y cuando regresa, me dice: Repartí los tacos y sobraron nueve. ¡Qué casualidad que aquí queda el templo, a donde yo venía a servir de chofer!

Segundo, en Fraternidad Cristiana, donde yo crecí, fui el encargado de llevar los boletines al correo. Conseguía un trabajo de medio tiempo con tal de tener la oportunidad de orar por alguien, de servir. Pasé mucho tiempo en la recepción de la iglesia esperando poder orar por alguien, y no se dio la oportunidad por mucho tiempo. En una ocasión, llamaron para pedir oración por una muchacha, y dije: “yo quiero ir”. Pero no me lo permitió el Pastor, pues era una muchacha que reincidía en lo mismo una y otra vez. Entonces, agarré el trabajo de llevar los boletines. Lo hice siempre. ¡Qué casualidad que mi página de Internet es la número uno, con 2.5 millones de visitas al mes! ¿Será que algo tuvo que ver con mi servicio? La gente ve “cashluna.org”, y dice: “Quiero una”. Pero la nuestra tiene una autoridad atrás que se llama servicio. Muchas personas no quieren sacrificarse en el servicio, no quieren trabajar horas extras si no se las pagan.

Tercero, cuando comenzó el canal 21, pusieron a trabajar en el canal a un muchacho. Había un furgón en el cerro Alux, y en la cumbre, estaba la antena. Mi ministerio fue ser chofer del muchacho que operaba el canal. Había que llevarlo a las cuatro de la tarde y recogerlo por la noche. En ese ministerio nadie me acompañaba. Agarraba mi carro, salía de la universidad, pasaba por un café a McDonald’s, y con esa neblina, subía al cerro Alux de nuevo. Era tan empinado el camino, que a veces tenía que subir de retroceso, porque no se podía en primera. Lo recogía y lo llevaba a la Avenida Hincapié de vuelta a su casa.

Hay muchos que sirven renegando, dicen: “Es que se aprovechan de mí”. Pero eso es lo que lo forma a uno, lo que le da carácter. Eso era de todos los días, y no me daban nada para la gasolina. ¡Qué casualidad que el programa de televisión es el más visto en Ibero América! Pero no empecé teniendo cámaras, sino de chofer.

De eso se trata, de venir de nada a tenerlo todo, por la fe en el Señor. De nada te sirve todo el conocimiento si no vas a servir. Pero si sirves, aunque no tengas lo otro, te haces campo en la vida. Hay que servir. Me recuerdo de un amigo que ahora es pastor. Llegó un día a mi casa a decirme: “Necesito entregar este trabajo en la universidad”, ¿me llevas? Entonces me cambié y lo llevé. Aproveché todo el camino para hablarle del Señor. Un día llegué a mi casa y me estaba esperando. Me dijo: -Me quiero morir-. Y le dije: -Eso es lo que tienes que hacer. Morirte y nacer de nuevo-. Y recibió al Señor, y ahora es pastor. ¿Cómo lo gané? Sirviendo.

Cuando tenía mi célula en Jardines de la Asunción, metía gente por todos lados en mi carro. Salía de Jardines, y me iba a dejar a toda la gente en diferentes puntos de la ciudad. Si se quiere ganar almas, hay que servir, pasarlos a traer, invitarlos a comer, etc.

Busquen a alguien a quién servir en su vecindario, amigos, familia. Y verán cómo es de inteligente servir. Para todo lo que le estoy contando, ¿necesité de una profesión? No, pero Dios lo hizo todo. El promueve a los que sirven, pero no a los que sirven para ser promovidos. Si eres un director, sirve a tu empresa dirigiendo bien.

La gente cree que estas cosas aparecen de la noche a la mañana y algunos creen que es suerte o que uno nació con saber qué. Tú puedes nacer con lo que quieras, pero si no sirves, no sirves.

Hechos 2:46
Y perseverando unánimes cada día en el templo, impartiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.

Toda persona inteligente sirve y es sencilla. Si tú tienes algo, un servicio, un producto en tu empresa, una prédica, lo que tengas que enseñar, dar un conocimiento poderoso, pero no tienes la sencillez de compartirlo, nadie se lo querrá comer. Ellos partían el pan con sencillez. Cuando a uno le parten el pan con sencillez, uno dice “quiero”. Si no tienes hambre en ese momento, te da. Si te lo ofrecen con altivez, nadie lo quiere. A veces, no es que rechacen el mensaje, sino al mensajero. A veces no es la comida, sino la forma en que la sirven; no es el gasto, sino la forma en que lo da. Si les digo hoy: “¿Quiénes de ustedes fuman y necesitan dejar eso? Yo no los voy a condenar, soy su pastor.

Si soy paciente contigo, ¿no puedo ser paciente con él con el cigarro? Si fueras el que fumara, ¿no te gustaría que te la tuviera? No puedes juzgar a alguien que viene a la iglesia. No creo que alguien tarde 40 minutos en la iglesia para venir a sufrir. Si estás aquí, es porque te quieres superar. Tengo que tener la sencillez para ayudarte a hacerlo. Tal vez tu célula crecería más si tuvieran más sencillez de corazón. Tal vez tu producto se vendería mejor si lo ofrecieras con sencillez.

Les voy hablar de algunos testimonios. ¿Por qué cree que me bajo para predicar? Porque tengo más contacto con los demás. En las cruzadas he intentado bajarme para orar por los enfermos, pero no se puede, casi me matan la vez pasada que estábamos en Venezuela. Como a Jesús le tenían lista la barca a causa de la multitud, así me tienen a mí listo el carro. En una ocasión, salí y el carro no estaba a lado de la plataforma. Cuando me doy cuenta, veo a una señora bien gordita que venía hacia mí a darme un abrazo; me apretó mucho, me tenía bien agarrado. Y luego ya venía toda la gente atrás. ¿Cómo hacía para que la quitaran  y que no se ofendiera? Es una mezcla que no sabes ni qué hacer. Entonces por fin, me dijo: “Bueno, hermano Cash, que le vaya bien”. El de seguridad me dijo: “Adentro y reboté, me di en la cabeza”. Iban a cerrar la puerta, cuando una niña se acercó a abrazarme, casi le dan con la puerta, y yo metí el brazo para protegerla.

En Honduras, había 80,000 personas, bajé de la plataforma con la escolta. No logré hablar con nadie, pues me caen encima todos. Nadie sana y yo saldría enfermo. Iba caminando y un niño me agarró, y me dijo: “Pastor Cash”. La gente se estaba acercando, tenía al niño enfrente, no lo podía ignorar. Entonces lo tomé. Detrás de ese trabajo, procuramos que la sencillez exista. La sencillez de corazón hacía que compartieran el pan. Si eres una persona que presta un servicio o un producto, procura que lo que compartas lleve sencillez. Porque si eres sencillo, la gente va a comer, a participar de lo que tienes. Nunca ofrezcas tus productos como que son los mejores, siempre habrá algo mejor y si lo vas a decir, hazlo con sencillez.

¿Cuántos futbolistas petulantes conocen? ¡Qué casualidad que los números uno del mundo tienen sencillez! ¿Cómo el número uno logra que todos canten su canción? Ronaldiño no es el más bonito del mundo, pero ¡lo que una buena sonrisa logra! Lo que es la sencillez, celebrar, abrazar a los demás. Feder desde el 2004 está invicto, a él le preguntaron: “¿Usted cree que hay una diferencia entre él  y los demás?”. El respondió con sencillez que es él y los demás”. Pero si él fuera petulante, le grita a todos, nadie lo quisiera ver.

Entre más de Dios tengas o más grandes sean tus ventas, más sencillez debes tener. Yo voy a servir y voy a ser una persona lo más sencilla que pueda.

Ustedes se preguntarán qué es lo que más me impresiona del llamado que el Señor me ha hecho. No son las células, ni la gente, sino los niños. ¿De dónde Dios me da ese favor con ellos?  Los niños traen a sus papás a la iglesia. Muchos quieren escucharme, eso es lo que más me impresiona. Se siente un gran peso de responsabilidad encima.

¿Por qué sus hijos pueden usar la playera de Michael Jordan y no la mía? ¿A quiénes están admirando nuestros hijos? Yo le preguntaba al Señor de dónde nace esa gracia, ese favor. Y encontré que en Noches de Gloria, cada vez que un niño recibía un milagro, me hincaba a su lado, oraba por él, me ponía a su nivel.  Y dije: “Señor, así eres tú”, por eso venían a El y lo querían tocar. Cuando algunos me dicen: “Mi hijo es fan suyo”. Esa palabra va más a allá. Un día me encontré a unos niños jugando de la mano a ser el pastor Cash y la pastora Sonia. Y me puse a pensar ¿qué es? ¿Será que hablo de una forma sencilla que los niños pueden entender? ¿Será ese hincarse y saludar al niño, ver su pie que fue sano, el servicio a ellos? De verdad, si hay una oración que hago casi diariamente es: “Señor, permíteme tener humildad y aguantar todo lo que nos has dado”.

Si tienes que arrepentirte de algo que has hecho en tu empresa, mañana tienes que empezar el cambio. Vamos a enseñar a nuestra gente sencillez para servir, para tratar a la gente lo más sencillamente que podamos. Deja que Dios tome tu corazón, que tome esos aspectos en tu vida y te lleve a otro nivel de servicio.

“Padre, te doy gracias por tu Palabra, hoy me dispongo a servir, y a ser sencillo, como Jesús, que fue humilde y manso de corazón. Voy a servir porque debo hacerlo, por amor a los demás. Pon en mi corazón la necesidad de servir a alguien. Amén”.

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