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Jesús: nombre sobre todo nombre

Jesús: nombre sobre todo nombre

07 de enero de 2024

Tiempo de lectura: 5 minutos

Los escritores de los cuatro evangelios querían dar una perspectiva distinta sobre la vida de Jesús. Mateo, el recaudador de impuestos, como discípulo de Jesús tomó todas las historias que la gente hablaba y las escribió, por eso tenemos este libro hermoso que lleva su nombre. Mateo expone a Jesús como el Rey de reyes, el Mesías, por eso establece que Jesús es el cumplimiento de la palabra profética.[1] Al finalizar esta lectura tendrás tres dimensiones en las que puedes apreciar a Jesús de mejor forma y así sabrás qué significa eso para tu vida.

Mateo escribió este libro para el pueblo hebreo. En la cultura hebrea había un contexto de lo que ellos esperaban con la llegada del Mesías, un gobernador de gobernadores. Era como si alguien les preguntara: ¿Quién fue el mejor gobernador del pueblo de Israel?

Algunos se inclinarían por el patriarca Abraham, el padre de la fe, porque fue la primera familia para dar a conocer a un buen Dios aquí en la tierra, creyó las promesas de Dios y la bendición para la nación hebrea, no hubo otro mejor. Otro grupo podría decir no, el mejor fue el Rey David porque fue un gran guerrero, un conquistador y estableció el reino con gran riqueza. La historia relata que David fue el único valiente que se atrevió a vencer a Goliat, no puede haber alguien que lo haya superado. No obstante, fue a Moisés a quien más señalaba el pueblo hebreo, pues era el legislador y libertador de la nación hebrea. Moisés no solo los sacó de la esclavitud de Egipto, les trajo leyes sanitarias, de seguridad y de bendición. Organizó un modelo de gobierno para preservar la posteridad de la nación.

Mateo por medio de sus escritos señala que Abraham es un nombre grande, el Rey David es un nombre grande, Moisés también. Pero hay un nombre que está sobre todo nombre, quien vino a cumplir las profecías, por su sacrificio somos salvos, su nombre es Jesús.

El primer punto es que tenemos un destino más grande que el de Abraham.[2] Pablo enseña a los gálatas que la bendición de Abraham es para nosotros y Dios desea darse a conocer al mundo por medio de cada familia bendecida. Dios nos dice: “te bendeciré grandemente”, porque cuando caminamos en fe, mediante Jesús, en lugar de afán el enfoque es buscar y establecer primero el reino de Dios y todas las cosas que necesitemos son añadidas.[3]

El segundo punto es que hay un rey más grande que David porque es un rey que vino a servir y no a ser servido. El más grande es el servidor de todos.[3] Jesús se sorprende de la expresión del Centurión romano, quien le indica di la palabra y mi siervo sanará, porque alguien extraño comprendió que Jesús el Rey de reyes estaba para servirle. Eso es posible porque el reino de Dios es diferente, así lo expresó Jesús lavando los pies de los discípulos. Además, indica cómo debe ser el trato a los enemigos y allí es donde tenemos que aprender cómo funciona todo en este nuevo reino.[4] La justicia más grande en este mundo es que la gente conozca a Jesús como Su Señor y se arrepientan de sus malos caminos.

El tercer punto es que Jesús vino a darnos una justicia más grande que la de Moisés.[5] Aunque podían decir Moisés trajo libertad, supo gobernar y también vio el poder de Dios al partir el mar para que pasara todo el pueblo, que tuvieran comida y agua en el desierto, vio sanidades y protección sobrenatural, Moisés es el más grande.  Mateo afirma que Jesús también fue a Egipto y volvió, estuvo 40 días en el desierto, atravesó las aguas, subió al monte y trajo el nuevo pacto de Dios con la humanidad.

Jesús trajo una libertad superior: la libertad y perdón de los pecados. El pecado ya no tiene poder en tu vida porque la sangre de Cristo fue derramada por ti, entregada por ti, cubriendo multitud de faltas, él cumplió la ley, en su sacrificio. Él te hizo bendito, coheredero de las promesas, todas las bendiciones de Abraham te las entregó a ti. Te hizo más que vencedor. Cuando reconoces a Jesús en tu corazón como Rey de reyes y Señor de señores empiezas a tener una vida gloriosa de transformación, haciéndote cada día más parecido a Él. 


[1]Mateo 1:22-25: Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

[2] Génesis 12:1-3: Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

[3]Mateo 6:27-34: ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

[4]Mateo 5:38: Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

[5]Gálatas 3:10-14: Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

 

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