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La mano de Dios prospera mi camino

La mano de Dios prospera mi camino

04 de marzo de 2018

Tiempo de lectura: 5 minutos

La mano de Dios respalda. Esto quedó demostrado muchas veces en la Biblia: la misma mano que respaldó a Esdras[1] [2] [3] también estuvo con José. Vemos que la historia del hijo menor de Jacob no empezó bien y que se fue poniendo cada vez peor, sin embargo, nunca dejó de creer que la mano de Jehová estaba con él aun cuando su corazón pudo haberse amargado; él no planeó venganza en contra de sus hermanos a pesar de que lo echaron a un foso y lo vendieron como esclavo.

Seguramente a todos, alguna vez, nos han traicionado como a José. Algunos perdieron su trabajo por culpa de las calumnias de otros, o bien, están endeudados porque un socio no cumplió con su parte del trato. Ese tipo de traición se puede presentar de muchas formas, sin embargo, ten por seguro que Dios te sacará de esa situación y el resto de tu vida no quedará determinada por lo que otros hayan hecho en tu contra. Su mano es justa, Él pondrá cántico nuevo en tu boca[4] (los mejores adoradores surgen de las situaciones más difíciles) y te prosperará como también lo hizo con el hijo de Jacob.[5]

Dios quiere posar Su mano sobre la tuya para ayudar a otros y lo puede hacer de muchas formas; por ejemplo, si eres médico cirujano o mecánico de automóviles, Él sabe que habrá muchas personas que dependan de la destreza de tus manos. Ellas representan la parte de nuestro cuerpo que más utilizamos y que nos permite lograr muchas cosas ―desde estrechar a una persona hasta cerrar negocios― y, guiadas por las de Dios, se vuelven diestras, hábiles y capaces. Con tus manos también abres caminos, o sea, puedes crear, escribir, enseñar, avanzar. Por esa razón, cuando pones tus manos en las de tus hijos, los guías y les das seguridad. Así es nuestro Padre con nosotros. Nuestras manos son instrumentos importantes para Él porque gracias a ellas otros pueden comer, sanar, estudiar, trabajar, avanzar, prosperar.

Y eso es precisamente lo que pasó con José: Dios hizo prosperar su mano a tal punto que Potifar le confió todos sus bienes.[6] No obstante, un día la mujer de su amo lo sedujo, sin embargo, el joven no se aprovechó de la situación y supo vencer la tentación, manteniéndose en el camino que Jehová tenía para él.[7] Muchas veces querrán apartarte del camino y si cedes podrías perder tu destino. Cuando cuentas con el respaldo de Dios, la tentación no es una opción. Si es Él quien te respalda, no te permitas tropezar.

La esposa de Potifar, al sentirse despreciada, calumnió a José y por esto lo encarcelaron, pero la mano de Jehová nunca se apartó de él.[8] Habrá circunstancias humanas que tratarán de limitarte, pero Él siempre te librará de ellas.

Permite que Dios ponga Su mano sobre la tuya. Claro, todos deseamos que sane personas cuando imponemos manos, sin embargo, hay más cosas que podrías hacer. El Señor también quiere que usemos esas mismas manos para ayudar a otros, darle pan al hambriento, abrazar al que necesita fortaleza. ¿Por qué el símbolo de una mano que cubre y da techo tiene que ver con nuestra iglesia? Porque representa la mano del cuerpo de Cristo, o sea, una mano que avanza, que abre camino, que ora por el enfermo, que estrecha, que comparte, que protege. Esa mano es el escudo de nuestra fe.

José pasó todo tipo de calamidades para cumplir con el propósito del Señor.[9] En la mano de nuestro Padre hay poder, provisión, protección, fe… Porque todo esto somos para el cuerpo de Cristo. No permitas que la tentación te aparte del camino que Dios tiene preparado para ti. Tampoco olvides que cada vez que realizas una acción de amor por alguien más, la mano de Dios te respalda y todo lo que hagas prosperará. Su mano es poderosa para hacer justicia a favor de Sus hijos, así que pídele que la ponga sobre la tuya para prosperar a otros.


[1] Esdras 7:6: Este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.

[2] Esdras 7:9: Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios.

[3] Esdras 7:27-28: Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén, e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.

[4] Salmos 40:1-3: Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.

[5] Génesis 39:1-3: Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá. Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.

[6] Génesis 39:4: Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.

[7] Génesis 39:7-9: Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: he aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

[8] Génesis 39:21-23: Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

[9] Génesis 45:7-8: Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

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