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Las huellas del amor

25 de marzo de 2008

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

 

Efesios 1:13-14
En El también vosotros habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación y habiendo creído en El, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la profesión adquirida para la alabanza de su gloria.

 

Quiero hablarle de esto, quiero comenzar con las arras del Espíritu, y luego me voy a pasar al sello del Espíritu Santo.

 

Las arras son algo que se da en garantía para cumplir una promesa. Todos los que han ido a comprar una casa en construcción, saben que dan el enganche, firman una promesa de compraventa y dan una cantidad en arras. Por ejemplo, que da $10,000 en garantía. Y si cuando la casa se construya, esté terminada, usted no la compra, pierde esta cantidad. Si  lo hace, eso se le abona al precio de la casa. Lo mismo pasa si el vendedor ya no se la quiere vender. Es la garantía de una promesa que usted hace. El Señor nos dio a nosotros grandiosas promesas, las más bellas y poderosas que hay. Nos ha prometido bendecirnos grandemente. Dios no necesitaría jurar que va a cumplir esas promesas, pero se lo juró a Abraham. No necesitaría dejarlo por escrito, pero lo hizo. El no necesitaría una garantía, pero la dejó. Su Palabra debería ser suficiente, porque El mismo dijo que el cielo y la tierra podían pasar, pero su Palabra no. Pero Dios no queriendo que dudes, ha dejado una garantía. Y entonces te dejó las arras, pero El me imaginó que se puso a pensar qué arras dar. Te pudo haber dado un pedazo de tierra, oro, pero te dio la mayor de todas las garantías, que fue la presencia del Espíritu Santo. Dijo: “Voy a cumplir la promesa y para demostrártelo, que ese día va al llegar, te dejo a mi Espíritu Santo en garantía”; como diciendo: “Si no cumplo, te quedas con el Espíritu”.

 

Si usted pudiera arrancar al Espíritu Santo de la trinidad, lo cual es imposible, entonces cabría la posibilidad que Dios fallara, pero como el Espíritu Santo es uno con el Padre y el Hijo, es imposible que El le vaya a fallar a usted. Fíjese que no le dio $10,000 en garantía, sino su propio ser en garantía y quiero que preste bien atención a esto: Cuando pensó en bendecirlo, dio lo mejor que podía dar. Cuando te creó a ti, lo hizo a imagen y semejanza de El, no a imagen y semejanza del mono. Luego, cuando pagó para salvarte, dio lo mejor que tenía, y es la vida de su hijo. Y cuando quería garantizar las promesas, dio la presencia de su espíritu. Tiene tantas ganas de bendecir que ha dado lo mejor de El. Tiene más ganas de bendecirte que las mismas que tú tienes de ser bendecido.

 

Le pregunto: ¿Qué es mayor, la presencia del Espíritu Santo o cualquier promesa que El le ha dado? Digamos que Dios le ha prometido bendecirlo con un aumento, ¿qué es mayor? Si El ya le dio lo más grande, ¿no cree que también le dará lo otro? El va a cumplir sus promesas.

 

Ahora quiero hablarle de lo que es el sello. Usted fue sellado el día que vino y recibió a Jesús en su corazón. El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento eran los hebreos, ellos tenían que hacerse un sello en su cuerpo, haciéndose la circuncisión. Cuando nosotros venimos al Señor, ya no tenemos esa señal en el cuerpo, pero tenemos una en el corazón, y es el sello del Espíritu Santo. Dice que usted le pertenece. Por ejemplo, los que han trabajado en fincas, y han tenido ganado, lo sellan para que no se pierda. Le quema los lomos y dice: “Ese es mío”. Igual es Dios, le marca el corazón, nadie lo toca.  Mire lo que hacen las personas para imitar ese sello: las maras se ponen tatuajes para identificar a cuál pertenecen; hasta se tatúan el sello de la subdivisión de la cual son parte. Además se ponen los tatuajes de lo que han hecho. Por ejemplo, los que tienen lágrimas tatuadas son señales que han matado a personas. Estos jóvenes que vienen de familias desintegradas, están tan deseosos de ser aceptados por una familia, que encuentran en las maras una familia, pero les piden que maten a alguien para poder ser parte de esa familia. Ahora tú, no perteneces a una familia de criminales, sino a una santa. Tú no has matado a alguien, sino estás aquí porque alguien dio la vida por ti. Perteneces al linaje real del Señor Jesucristo, ese es el sello que te han puesto.

 

Tanto se ha hablado acerca de la marca de la bestia, se ha hablado más de eso, que del sello del Espíritu Santo. Entonces, todos se han puesto a especular acerca de la marca de la bestia, 666. Algunos empezaron a decir que la marca de la bestia eran las tarjetas de crédito. Hay gente tan prejuiciosa que si su número empieza con 666 dicen: “Eso es del diablo”. ¿Qué acaso no han entendido que los números los inventó Dios? Se ha escuchado que se hará un chip, el cual será implantado. Usted recibe correos de cristianos diciendo algo sobre el sello de la bestia; tiene más temor de la marca que alguien le quiere poner, que orgullo por el sello que lleva dentro. Usted está sellado, tiene dueño, pertenece a una familia. Debería ir a mostrarlo, con todo orgullo. No creo que haya personas con más pasión de marcar un rostro en una papeleta hoy que porque Jesús dio su vida por ti.

 

¿Ha visto cómo algunos hijos se parecen a sus padres? Y dicen “ahí va toda tu marca, ahí va tu fotocopia”. Por ejemplo, a mi hija Daniela, tiene unos ojos lindos, la ve y dice “Es igual a la pastora Debbie”. O ve a mi bebé y dice “ese es igual al pastor Chofo”. ¿Sabe que ese sello es el mismo que Dios ve en usted? Cuando alguien lo ve dice: “Este es hijo de Dios, usted es cristiano”. El diablo lo reconoce por ese sello, le dice que usted es de una familia. Cuando el hijo pródigo regresó a la casa de su Padre, no sólo le cambió ropa, sino que le dio un anillo con el sello de la familia. En aquel tiempo, todos usaban un sello de familia, tenían su escudo. Dios también lo tiene y lo ha puesto en tu corazón. ¿Sabe cuánta gente anhela, ambiciona, tener buenas marcas, y mostrarlas por todos lados? Usan con orgullo las marcas. Unos llevan con tanto orgullo la playera del Real Madrid; otros, de los Cremas. Pero, ¿cuándo le ha dado el Real Madrid algo a usted? ¿Alguna vez lo ha bendecido? Ni un ticket para ver el partido.

 

Sin embargo, lleva esa marca con orgullo; pero el Señor le pone esa marca a usted, El pagó para que usted entrara al cielo. No lo puso en galería, sino en una casa con calles de oro. Usted debería usar eso con más orgullo. La gente usa esas marcas con tal satisfacción, se la pone para que la gente le vea la marca. Usted podría tener un Roll Royce, por ejemplo, pero ninguna de esas marcas está por encima del Señor Jesús, porque su Nombre está sobre todo nombre en la tierra y debajo de la tierra. ¿Usted ha visto dónde ponen las marcas en las camisas? No las ponen del lado derecho, sino del lado izquierdo, cerca del corazón. Diga a la gente “soy cristiano, tengo un Padre, tengo alguien que es mi dueño, estoy sellado”. Quiero que todos se vean las manos, todos tenemos huellas y somos capaces de dejar huella en esta vida. Dejas huella en tu caminar. Una vez, un padre le dijo a su hijo: “¿Qué haces en un bar emborrachándote con tus amigos?”. El le respondió: “Sólo seguí tus huellas”. Usted deja marcada a la gente. Sus huellas son únicas, nadie puede tener la huella que tiene usted. La huella del pie que usted tiene, es lo único que el diablo puede ver de usted, porque dice la Biblia que El pone su pie sobre el diablo.

 

También estaba meditando en esto. Mucha gente ha sido marcada en su vida. Esas marcas que han dejado la vida de pecado; tiene marcas en su vida y corazón por la vida que ha llevado antes. Me ha tocado ministrar a muchos jóvenes por la separación de sus padres, porque han sido maltratados; por temor y vergüenza, porque en su casa sólo amenazaban con golpearlos. Hay gente que ha crecido con huellas marcadas en su vida, que vienen de ese pecado, violencia o abuso. Que han crecido viendo a sus padres drogados o en alcoholismo. Esas huellas deforman su vida, son personas que no tienen confianza cuando Dios les dice algo, tienen vergüenza de dar testimonio de Jesús porque de niños nadie les puso atención. Están marcados, porque nunca tuvieron un padre que los escuchara. El pecado, el rechazo ha dejado huella. Lo que los candidatos ofrecen es ver cómo componen todas las consecuencias del pecado. Hoy no puede caminar por la noche tranquilo, porque estamos marcados por esa huella, pero también quiero decirte que el amor de Jesús ha dejado huella en ti.

 

Quiero mostrarte unas fotos que estaba viendo ayer, de lo que ha sido el pecado del mundo y me asombré de la cantidad de cosas que el pecado ha traído. No puedo tener misericordia del pecado, porque éste no ha tenido misericordia de nosotros.

 

Empezamos con las guerras, que se originan de odios y rencores. Esa ha sido nuestra Guatemala con 36 años de la guerra civil. Esa es una de tantas guerras de sedición, mujeres violadas, abortos, las torres gemelas, la bomba atómica, asesinatos, pobreza, gente necesitada, gente sin familia, abandonada en miseria. Homosexuales, orgías, niños muriendo de plagas, efectos del sida, una plaga, desnutrición, los divorcios y pleitos en los hogares, niños en vi6lencia familiar, abandonados, drogas, vicios; gente que trata de curar la amargura con el licor, la desesperación. Algunos quieren incluso quitarse la vida; esa es la marca del pecado en nuestra sociedad.

 

Ni siquiera pusimos las fotos más fuertes, porque pudiéramos mostrar otras más. Pero, ¿sabe por qué se las muestro? Para que se indigne contra el pecado. Quiero pedirle que la gente que ha sido alcohólica se ponga de pie, sin vergüenza. ¿Ve lo que solamente el licor ha hecho entre nosotros? Ha destruido familias, recursos, patrimonios; ese licor ha destruido relaciones de padres a hijos, ha dejado moretes, pero lo que me parece más increíble es que muchos hijos que vieron a sus padres, repiten lo mismo. Muchas familias en vez de sentirse indignadas, me asombra lo acomodados que están. El otro día vi en tiempo de Navidad, a un padre llevar a sus hijos a ver el árbol Gallo. La gente habla de las fiestas XL, como que fueran lo máximo. ¿No se da cuenta la destrucción que ha traído esto? ¿Cómo puede ser? Debería vivir indignado contra eso. Ni siquiera debería estar discutiendo si se puede el “traguito social” o no, sino debe de estar indignado por lo que eso le ha robado a su familia. El otro día salió un joven anunciando un licor, y le pregunté: “¿qué te pasa?”. El licor le quitó a su papá, y lo está anunciando para que más papás mueran. ¿No cree que debe estar indignado contra el pecado que tanto daño ha causado a la sociedad? El pecado no tiene misericordia de usted, es el mayor estafador que hay. Si puede, lo deja en la quiebra, sin matrimonio, sin hijos, sin dignidad, sin nombre.

Hay mucha gente que ha sufrido por esas marcas del pecado, pero hoy te quiero dar una buena noticia: “Jesús también vino a dejar su huella y nadie ha dejado ninguna tan grande”. El las llevó en su propio cuerpo para sanarnos, liberarnos, quitar la dolencia y perdonar tu pecado. Te quiero mostrar las marcas de la bendición de Dios. Jesús sufrió todo eso para sanar tus heridas. Deja que El te sane.

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