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Los dos testimonios

16 de agosto de 2008

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

Estuve hablando de  la Parábola del Hijo Pródigo, hay tanta riqueza en esa parábola que tu mente será renovada.   Cuando el hijo pródigo vive perdidamente, malgastando los bienes de pronto se encuentra en una situación donde le empieza a faltar y nadie le daba trabajo.

Lucas 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!  18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

Yo entiendo como puedo pecar contra Dios, pero, ¿cómo se peca contra el cielo?  Este hombre volvió en sí, no sólo se dio cuenta de su situación, sino se dio cuenta de lo que la provocó.

Cada vez que nosotros dejamos de ofrendar y diezmar no sólo pecamos contra Dios, pecamos contra el cielo, hemos leído que cuando diezmamos las ventanas de los cielos se abren y Dios derrama bendición hasta que sobreabunde, a este joven no le faltó la bendición del padre, porque el padre ya le había dado la bendición, le faltó la bendición del cielo.  Cuando nosotros dejamos de diezmar cerramos el cielo, pecamos contra el cielo y deja de abrir sus ventanas y deja de derramar bendición, este hombre entendió que había violado los principios que le fueron enseñados. Cuando bendices a Dios y al cielo, el cielo se abre. El hijo pródigo se dio cuenta que había pecado contra el cielo cuando volvió en sí, recibió una revelación.

El hijo pródigo llegó a la casa del padre, le dieron vestido, calzado, anillo nuevo, becerro gordo, hicieron una fiesta.   No todos tienen escasez por pecado, porque hay escasez por pecado y hay otra que viene porque Dios prueba.

Deuteronomio 8:1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.

El Señor quiere que vivas y que te multipliques, Dios juró hacerlo.  Cuando Dios jura tiene que ser muy importante.

Hebreos 6:13-14 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.

La abundancia para nuestra vida es un juramento de nuestro padre.  Dios juró que te daría abundancia, no prometió, juró, nosotros tenemos prohibido jurar, pero Dios buscó si había alguien superior a él para jurar por él, no habiéndolo encontrado juró por sí mismo diciendo “De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré”.  ¿Por qué no juró sanarnos y lo hace? ¿Por qué no juró salvarnos y nos salva?  Juró prosperarnos económicamente, porque esa promesa es la que más difícilmente alguien cree que Dios quiere hacer.   Alguien que se está muriendo de cáncer cree que Dios puede sanarlo, todos creemos que Dios quiere salvarnos y perdonarnos, pero poca gente cree que Dios quiere prosperarlos económicamente.   Dios juró para que creyéramos que para él es importante que nosotros, prosperemos, porque somos la carta de presentación de un Dios bueno y no de un Dios malo, somos testimonio de él en todo lo que hacemos.

Deuteronomio 8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

Este pueblo le creyó a Dios la promesa por 40 años, Dios no quiere que pases 40 años, ellos pasaron tanto tiempo por su necedad y su pecado que hicieron que se tardaran 40 años, porque pudiendo haber poseído la tierra tuvieron la actitud de temor y miedo de no poseerla y se levantó un líder para hacerlos regresar de nuevo a Egipto.  No le creyeron a Dios, menospreciaron las promesas, no puedes menospreciar esa promesa, no sea que te tome muchos años verla venir a tus manos, todo el prejuicio religioso que alguien te puso en la mente en contra de la riqueza y bienestar económico tienes que sacarlo  hoy de tu mente o pasarás años junto con tus hijos y nietos por lo mismo.  Si Dios lo prometió y lo juró seguramente debe ser algo bueno.

¿Cómo es posible que para que Dios sepa qué es lo que hay en el corazón de la gente los prueba en su economía?   No los enfermó, la prueba fue económica, no fue de otra naturaleza, el dinero habla.   Usted quiere dar soborno, el dinero está hablando por usted.

Deuteronomio 8:3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.

Primer testimonio, ellos sólo se levantaban y recogían el pan, cuando tienes pan sólo para un día y no lo tienes por haber pecado como el hijo pródigo estás siendo probado.  Cuando pasamos una crisis económica que no es consecuencia de pecado, es la señal más evidente que Dios te quiere llevar a la abundancia, pero no te puede llevar a la abundancia si no prueba qué es lo que hay en tu corazón en medio de la prueba de la escasez, si él quiere saber qué tienes en el corazón y te hace pasar por una prueba, lo primero que debes hacer es alabar el nombre de Dios, en segundo lugar, cuida tus palabras, porque tus palabras van a delatar tu corazón, tu debes orar y decir: “Señor en medio de la escases sé que no me va a faltar nada, porque tu palabra dice no he visto desamparado, ni simiente que mendigue el pan”.  Lo que estás diciéndole al Señor es que en medio de la escases no vives por el pan que tienes todos los días, sino por la palabra que salió de su boca donde juró por él mismo que iba a bendecirte y a multiplicarte abundantemente.

Si en medio de la prueba revelas que lo que vives es de pan, de pan te quedas viviendo, pero si en medio de la prueba revelas que esperas en la palabra de Dios  y sus promesas, no sólo estás viviendo del pan sino estás viviendo de la palabra de Dios.

Deuteronomio 8:4-18 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.  Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.  Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;   tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;  tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;  no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,   y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;  y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;  que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien.  y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.  Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

El hijo pródigo vivió los dos testimonios, cuando tuvo hambre y quería la comida de los cerdos y cuando volvió en sí y ya no vivió del pan, sino de la palabra y promesas de su padre y dijo: “Me levantaré e iré a la casa de mi padre porque allí hay abundancia”.   Bendice a Jehová desde ya por la buena tierra, la buena época y bendición en la que te introduce.

Lo que ellos estaban poseyendo era el fruto de vivir de la palabra y no del pan, si usted vive del dinero no va a llegar más allá de eso, pero si vive de la palabra va a ser introducido en algo que jamás se imaginó, ellos estaban siendo introducidos a la Tierra Prometida por la palabra que habían recibido, no por el maná.  A ti te llevará a la bendición y a la abundancia la palabra de Dios.   El que vive sólo del maná jamás va a construir buenas casas, pero el que vive de la palabra que sale de la boca de Dios, pero ellos edificaron buenas casas de la promesa de Dios.   Si Dios te quiere sólo en el cielo ¿porqué promete que vas a tener buenas casas en la tierra?  Si Dios te quiere sólo en el cielo ¿por qué te promete larga vida?  Dios te quiere viviendo bien una larga vida, por eso él ofrece en una mano larga vida y en la otra riquezas.

Para la carne es fácil creer que Dios te prueba en el desierto, pero a tu misma carne le cuesta creer que Dios te quiere bendecir de esta forma. Todos hemos vivido circunstancias difíciles o de escasez sea por prueba o por pecado, todos hemos tenido épocas de maná y Dios ha estado con nosotros, ¿por qué es fácil creer en la primera parte y nos cuesta creer la segunda parte, en la que Dios bendice con abundancia y nos hace edificar buenas casas?

Si te ha parecido bueno estar en una prueba, imagínate estar abrazando el bien que Dios te va a hacer a la postre. Si yo era uno de esos israelitas en el desierto estoy metido en el desierto, recogiendo el maná sólo para el día, ése es un tiempo, pero al final dice que Dios te dio el poder de hacer las riquezas, eran un montón de ricos caminando en el desierto, eran ricos recogiendo el maná pero sabían que Dios había prometido la abundancia porque sabían que ese poder para hacer las riquezas estaba dentro de ellos, el poder de hacer las riquezas lo llevamos dentro, no importa si estamos en el desierto o fuera de él, Dios te dio el poder de hacer las riquezas.  ¿Recoger maná es riqueza? ¿Era la voluntad de Dios que vivieran así? ¿O era la voluntad de Dios que el poder de hacer las riquezas se manifestara y lo tuvieran?  Esa misma nación que estuvo en ese desierto son los dueños de muchos bancos en el mundo entero y una de las naciones más ricas del Planeta Tierra, porque no creyeron que la voluntad de Dios era que se quedaran allí.

¿Vas a creer que la voluntad de Dios no es que te quedes en el lugar en donde estás y salir adelante? En medio de la crisis quieres irte a los Estados Unidos a recoger maná, para recoger maná allá, mejor recógelo aquí, de todas maneras Dios no vive sólo allá, él también vive aquí en Guatemala. No sólo de salario vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

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