22 de octubre de 2014
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Estamos en un tiempo de restauración para tu vida y para tu familia. ¡Lo que viene es mejor que lo que ha pasado! Todos sabemos que la Palabra nos ofrece promesas hermosas que debemos alcanzar. Una de ellas está en Génesis 49: 22-27 que habla sobre José, rama fructífera que se extendió sobre sus muros, que prevaleció a pesar de la amargura y recibió bendición[1]. Ahora exploraremos un poco esta Palabra y veremos qué se necesita para que se cumpla.
Ese muro del cual habla la Biblia representa las limitaciones de cada uno, ya que todos las tenemos, pero no deben ser excusa para no extendernos. Yo siempre quise nacer en hogar de evangelistas, pero crecí en un hogar donde hubo dolor, sin Evangelio; a pesar de ello, no me detuve y estoy cumpliendo el llamado del Señor. Nacemos con limitaciones económicas, a veces culturales, o con problemas físicos; otros adquieren esas limitaciones, tienen accidentes, cometen errores que los debilitan, o también enfrentan decepciones, pero cuando el Señor entra en tu vida, creces y tus ramas comienzan a extenderse. No decaigas, porque te levantarás por encima de tus limitaciones. Dios se está encargando de ello. Al igual que José, tú naciste para bendición; desde el vientre de tu madre, el cielo te marcó para ser bendecido. Viene un crecimiento de parte de Dios que te llevará más allá de tus límites, que romperá paradigmas para la gloria del Señor, no dudes, así será. Tu fe debe ser fuerte, porque como decimos: “Una fe de 50 centavos no adquiere un milagro de un dólar”, es decir que debemos crecer en unción, en fe y en Palabra para realmente avanzar.
Aprende a ver más allá de tus límites, no te conformes con lo que has alcanzado hasta ahora, debes ser como la hija de Caleb que regresó donde su padre a pedirle más de lo que le había dado. Esa es la actitud correcta delante de Dios. Debes tener un corazón que no se conforma con nada. Dios nunca rechazará a un cristiano que quiere más, porque el que siembra siempre quiere más cosecha, y nosotros somos sembradores en Su reino. Dios se mueve con el que quiere más. No veas limitaciones, solo posibilidades de ensancharte y alcanzar mayores bendiciones. Es mentira del diablo que Dios ya te dio todo lo que tiene para ti. Debes tener la fe de Eliseo, quien pidió doble porción de lo que Elías tenía. Abraham también es un buen ejemplo de alguien que no se conformó, ya que tenía mucha bendición de Dios, pero le pidió un hijo a pesar de su edad, y lo recibió. ¡Guatemala, no te conformes con lo que tienes, elévate más allá de tus limitaciones! Si solo ves muros, si no sueñas con más, si no te atreves a desafiar tu circunstancias, no alcanzarás todo lo que el Señor tiene para ti.
Esta nación es punta de lanza en el avivamiento postrero. El trabajo del diablo es mantener tus ojos en tus limitaciones, y que digas: “Soy muy feo, muy pobre, muy tonto”, pero ¡todo eso es mentira, si Dios está contigo, quién contra ti! No se detendrán las personas que llegan a romper sus límites, que ven por encima de los muros y abren brecha para que sus vástagos se extiendan. ¡Ese eres tú!
Pero, ¿qué se necesita? Lo primero es fe para creer, creer, creer en el Señor a pesar de las circunstancias. Si Dios dice que eres rama fructífera, ¡debes creerlo!, porque lo que Él dice se cumple. En Dios, por Dios, y para Dios, todas las cosas son posibles. Nadie discute esa verdad, todos sabemos que para Dios todo es posible, pero sí dudamos de que todo es posible para el que cree, a pesar de que sabemos que la fe nos da acceso al ilimitado poder de nuestro Padre. ¡No dudes, en el nombre de Jesús, cree y todo será posible para ti!
Lo segundo para ir más allá de los límites, es mantenernos en el lugar correcto, junto al Señor, en donde estaremos plantados en la fuente de agua viva. Que nada te aparte del lugar donde Él te manda estar, ya que es allí donde obtendrás sabiduría, apoyo e impulso para prosperar en todo. El diablo buscará que te alejes porque sabe que en el lugar donde Dios te ha puesto recibes alimento espiritual y fortaleza. No pierdas tu bendición, has sido llamado a romper tu límites, no abandones la fuente de agua viva.
El tercer elemento de quien va más allá de sus límites es la resistencia para enfrentar la adversidad. A José le causaron amargura, lo aborrecieron, pero se fortaleció. No importa cuánta bendición tengas, las aflicciones vendrán y solo los que resisten obtienen la victoria. José pudo ir por encima de sus muros porque a pesar de los ataques, fue resistente y perseveró. Lo que no te destruye te hace más fuerte, así que todo debe fortalecerte y prepararte para lo que viene. Claro que se requiere de mucha fe lograrlo porque no es fácil mantenerse de pie frente a la adversidad, pero no te imaginas el poder que tiene formar una voluntad de acero que no se doblega ante nada y resiste en el nombre del Señor. Debes aprender a adaptarte a los cambios, llorar y pedir ayuda cuando sea necesario, siempre tomado de la mano del Señor, ya que Él es tu sustento en cualquier circunstancia. Resiste hasta terminar tu carrera como Dios determinó que la concluyeras, ¡en total victoria!
La cuarta característica de la gente que va más allá de sus muros es la comunión con Dios, ya que separados de Él, nada podemos hacer. En el nombre de Jesús, nada de lo que obtengas en esta tierra, nada que realmente sea bendición buscará alejarte de tu Padre. Los buenos dones solamente se obtienen junto a Dios, quien es la fuente de toda bendición. Cualquier cosa que busque alejarte de Su lado, es maldición. Tu comunión con Él determina la altura que alcanzarás.
Dale gracias por ayudarte a superar tus límites, por enseñarte a ir más allá, por darte esa hambre y sed de más bendición, porque con Su ayuda superarás tus limitaciones y alcanzarás todo lo bueno que hay detrás de los muros de la duda e indecisión.
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