23 de diciembre de 2006
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Salmo 78:70 en adelante
Eligió a David su siervo y lo tomó de las majadas de las ovejas. Detrás de las paridas lo trajo. Para que apacentase a Jacob su pueblo y los apacentó conforme a la integridad de su corazón y con la pericia de sus manos. Los apacentó con la integridad de su corazón.
¿Qué siervo es el que no sirve? Somos hijos de Dios por adopción, pero también sus siervos, pues le servimos. Normalmente, el que cuida ovejas menosprecia lo que está haciendo, pero de andar cuidando ovejitas, ahí encontró Dios a un rey. Tú no sabes qué promoción viene a tu negocio, tu trabajo o a tu vida por cuidar las ovejas del Señor. No sabes si tu trabajo está siendo promovido porque Dios está viendo cómo cuidas a sus ovejas. Tu jefe no está viendo cómo cuidas a tus ovejas para promoverte, pero en los cielos sí se está viendo.
La Biblia dice: “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen”, pero no las recién paridas, a éstas hay que andarlas siguiendo, eso se llama consolidación. Hay que cuidarlas. Debes diferenciar, pues cuando una persona nace de nuevo, no le mires la edad natural que tiene, porque en el espíritu es un recién nacido que necesita que lo andes siguiendo. Lo tienes que traer tú, subirlo en el carro, bus, etc., y traerlo a la iglesia. Conforme van creciendo, oyen la voz del líder y lo siguen.
Todos los líderes debemos tener pericia para hacerlo, ser inteligentes, sagaces, astutos, sabios; hay que saber cómo hacer una llamada. Primero llama y pregunta cómo le fue, estar interesado primero en la persona y luego en lo que hizo. Tener pericia para pastorear. Para todo trabajo se requiere pericia. Si eres arquitecto, sé uno bueno. Si vas a ser un vendedor, sé un buen vendedor; si gerente, buen gerente; si estudiante, buen estudiante.
Muchos tienen dones, talentos y triunfan rápido, pero la integridad es la que hace que triunfes permanentemente. Hay cosas que son cuestión de integridad y no de pericia. Sé íntegro en tu trabajo como líder. Si uno del grupo decide congregarse en otra iglesia, no debe ser razón para enemistarse con él. Cuando hacemos una llamada a alguien, debe ser para trabajar por el reino de Dios, no por un número en nuestra célula o iglesia. Pastorea con integridad de corazón, síguelos amando y respetando, porque son personas, son individuos, piensan, sienten, actúan y reaccionan.
Debemos ser personas, líderes, servidores con pericia y con integridad. La pericia tiene que ver con cómo sirves, cómo atiendes, cómo manejas el parqueo, con cómo predicas. La integridad tiene que ver con que prediques lo que se te está diciendo; con que si llegaste tarde, no inventes una excusa falsa. La gente por actuar con pericia, muchas veces pierde la integridad; tiene que haber un balance entre las dos cosas en tu vida. La pericia apunta a la competitividad; la integridad apunta a trabajar conjuntamente. Por ejemplo, los doce no podemos competir entre nosotros, sino colaborar entre nosotros. Jefes de servidores no puede competir entre ustedes, sino colaborar. No se trata de qué servidor es mejor si el de la alabanza o el de Iglekids, sino que cooperemos todos para dar un mejor servicio.
En las empresas les enseñaron a competir entre ustedes. No traigan esa mala enseñanza a la iglesia. Aquí se viene a cooperar, no a competir. En los equipos, en los doce, en los 72 cooperamos; una red no compite con la otra, sino que coopera.
Todos ustedes si son líderes, no son ovejas recién nacidas; por lo tanto, no hay que ir detrás de ustedes, sino trabajar con ustedes, que es muy diferente. Un buen líder no necesita que alguien ande detrás de él. El que cree que todavía necesita que anden detrás,, es un recién nacido o enano espiritual. Ya es hora de que maduremos. Si somos llamados a ser líderes, es un gran honor; no deberíamos de dar trabajo, sino producir trabajo. Por pena, arregla ya tu vida, enderézate como Dios manda.
Pericia tiene que ver con la habilidad, don, talento, capacidad. Integridad, con no mentir, hacer las cosas que le pidieron, donde se lo pidieron. Tú puedes tener un trabajador muy bueno que haga las cosas bien hechas, pero un íntegro hace lo que le dijeron; ese no roba papel para sacar copias, o se lleva una caja de clip de la empresa. Así está perdiendo la parte que se llama integridad. Una persona íntegra es alguien que no le falta parte, que está completa. Debemos tener integridad y no sólo pericia.
La Biblia está llena de historias de líderes, es un libro de liderazgo. Si alguien quiere ser un buen líder, de aquí se aprende, es de donde se sacan las mejores enseñanzas del mundo entero. Algunos en su deseo de desarrollar liderazgo han pasado más jugando a líderes que siéndolo. Debemos serlo, no jugar a ello. Esta nación se está muriendo sin líderes, no queremos gente que juegue a ser líder, sino que Dios tenga material de dónde sacar líderes.
Josué 24:14
Ahora pues temed a Jehová y servid con integridad y en verdad y quitad de entre vosotros a los dioses que sirvieron ustedes en Egipto…
Temor de Dios. A veces, queremos suavizar el término “temor” y decimos “respeto” a Dios, pero en realidad, es tenerle miedo. Es un miedo santo, con amor; no porque no me ama. Si le tenemos miedo, nos vamos a comportar mejor. No se puede servir con integridad si antes no se tiene temor de Jehová. ¿Qué sucede en un trabajo? A pesar que tú sabes que te aman, aprecian, promueven, te dan, sabes que en esa empresa, si te andas con cosas, igual te despiden. Eso hace que te dé miedo perder el trabajo y te comportas mejor. El temor a Jehová es el respeto profundo a Dios, es saludable. Las veces que más miedo he sentido yo es cuando más gloriosas han estado las Noches de Gloria, porque Dios está muy vivo. Porque Dios está lleno de amor, pero amor incluye justicia. Hay que provocar a Dios para que se deje venir con las bendiciones, hay que tener temor de Jehová.
Integridad es quitar de nuestras vidas todas las cosas que a Dios no le agradan. A veces hacemos un compromiso con algún tipo de servicio y nos comprometemos con un área específica, pero debemos estar comprometidos con el servir, no con un día o con un grupo en especial o específico. Debes comprometer tu vida con el servicio dondequiera que estés.
Hace algún tiempo, estaba con un grupo de conocidos que estaban tomando y uno de ellos terminó bien embriagado. Pasado un tiempo, me le acerqué y le pregunté cómo le fue. Le dije que se esperara, que yo le traería su café. El tiene que notar la diferencia entre el que le sirve el trago y el que le sirve el café. Eso lo sorprendió. Ellos esperaban que el pastor condenara. Hay gente que es especialista en ver cómo pierde a un perdido, pero tiene que hacer lo posible por salvarlo. En una ocasión, cuando íbamos a entrar a una iglesia a servir, un joven por fin accedió a llegar a la iglesia y en el parque encendió su cigarro. ¿Qué harías tú? La gente le empieza a hablar a partir del defecto, en vez de atacar la causa. Mejor presentarle a Cristo y luego lo dejará. Si presentas a Jesús, ese poder que recibes dentro hace que todo eso se deje. Recuerdo que esos servidores lo sacaron. Yo pensé: “Ese era candidato número uno para entrarlo, no para sacarlo”. Nosotros estamos acostumbrados a ganar las almas para el Señor. No hagas esas cosas, no trates de matar a un muerto. Debemos de aprender a servir con esa integridad y con el temor de Dios.
La Palabra del Señor me ha enseñado que sólo se puede discipular a aquellos a quienes uno respeta. Muchas veces, queremos que nos respeten, pero uno no ha dado respeto. Debemos respetar a la gente que llega al grupo, porque sólo vas a poder discipular a alguien a quien respetas. Si no lo haces, si sólo le dices que no funciona, eso no está bien. Tal vez eres muy capaz para hacer las cosas, pero necesitas la integridad.
La gente con talento triunfa rápidamente; la gente con pericia se convierte en habilidosos negociantes, deportistas. Los talentos a veces viajan más rápido que el carácter; el talento logra alcanzar tantas cosas que el carácter no aguanta. ¿Por qué creen que muchos deportistas que juegan profesionalmente se comportan mal? El talento lo hace triunfar rápidamente en lo que algunos consideran triunfo, pero se vienen en picada porque les faltó carácter. Muchos han permanecido por mucho tiempo, porque fueron habilidosos, y aún permanecen porque fueron íntegros.
La gente con disciplina triunfa constantemente. No es lo mismo tener talento que tener la disciplina. La gente con integridad triunfa permanentemente. Vas a notar la diferencia en tu vida, puedes triunfar rápido, constante o permanentemente. Integridad tiene que ver con hablar verdad, no mentira.
En una ocasión, íbamos a hacer un viaje y una de las personas estaba haciendo muchos problemas y alguien me llamó y me desahogué sobre esa persona. Mi esposa estaba ahí y se me quedó viendo, igual mi mamá. Me dijeron: “Así no se habla de una de tus ovejas”. Yo me puse a llorar en la sala y les pedí perdón a mi mamá y a mi esposa. Si no se habla así de una oveja, mucho menos de un pastor. Se aprende, fallamos, pero se aprende. Una cosa es que no le arranque el carro un día, y otra que haya que cambiarle el motor de una vez. Hay quienes ese es su patrón de conducta, tenemos que aprender a hacerlo de forma correcta. ¿De qué éxito queremos tener? Debemos aspirar al éxito permanente en nuestra vida.
Salmo 101:2-3
Misericordia y juicio cantare, a ti cantare hoy, Oh Jehová, entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí, en la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.
Si no eres íntegro en tu casa, es muy difícil serlo en la célula, discipulado, iglesia, mucho menos en la nación. En una parte de la Escritura, Pablo le dice a Timoteo: “Para que sepas cómo debes comportarte en la casa de Dios”. Si la conducta en las cosas del Señor no es correcta, ¿qué pasará en las otras cosas? En un Encuentro tiene que haber pericia; e integridad tiene que ver con dar las enseñanzas recibidas en el Encuentro, cuidar a esas personas que se fueron. Estamos en una época en donde la integridad vale más que nunca, porque hay muy pocos íntegros. Valórate, métele valor a tu vida, a tu profesión, a tu negocio. Pronto los íntegros no van hacer negocios contigo si tú andas con falta de integridad, estarás rodeado de tramposos. Dice la Biblia: “Andaré en la integridad de mi corazón en medio de mi casa”. Integridad tiene que ver con nuestro comportamiento en nuestra casa. Cómo estamos en el hogar, con los nuestros. ¿Mientes a tu esposa sólo porque se enoja porque llegaste tarde? ¿Crees que por eso se le quita el enojo? Sólo la apaciguas, mientras descubre que le mentiste.
Tenemos que ser íntegros. Igual de difícil es ser íntegro que no serlo. Las dos tienen consecuencias incómodas. Cuando fui agente de seguros, y se aseguraba un vehículo, si le robaban los neumáticos sin robarle el vehículo, no le pagaban. Cuando yo vendía una póliza, le decía a la gente cómo era en realidad.
Hoy, el mundo es de los astutos; mañana, de los íntegros, porque los mansos y humildes de corazón heredarán el Reino. El verdadero audaz encuentra cómo hacer las cosas con integridad. La honestidad comienza en el hogar.
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