10 de enero de 2009
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Un año nuevo siempre es lo mismo: tiempo, meses, días y horas que pasan. Somos nosotros quienes le damos sentido con lo que hacemos, le ponemos sazón y lo llenamos de situaciones interesantes. Dios es detallista y sorprendente. Basta con ver la naturaleza para maravillarnos de todos sus detalles. Incluso hay canales de televisión que se dedican a mostrar las grandezas que el Señor creó. Te invito a que veas la película “Buscando a Nemo” de Disney. Hay una escena donde se muestra un extraño pez que vive en las profundidades del océano. Esta criatura existe, aunque parezca ciencia ficción es real y Dios la creó así de particular y maravillosa. Soy Ingeniero agrónomo y me enseñaron sobre el mimetismo de los animales. Algunos son capaces de confundirse con su ambiente de tal forma que los depredadores no los encuentran. Es un mecanismo de defensa para sobrevivir. Dios en su perfección les dio esa increíble capacidad.
Obra detallista y maravillosa
Job 37:14-16 nos recuerda: Escucha esto, Job; Detente, y considera las maravillas de Dios. ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto, Y hace resplandecer la luz de su nube? ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría?
Job estaba pasando una gran tribulación y su amigo le pidió que se detuviera por un momento y contemplara las maravillas de Dios. Hagámoslo nosotros también. Haz un alto en tu vida de estrés para llenar tus sentidos y espíritu de todo lo que el Señor creó para ti.
El Salmo 66:3 nos comparte: Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
Nunca terminaríamos de enumerar la inmensa cantidad de detalles con la que nuestro Padre ha llenado el mundo. Solamente hay que ver el cielo, de día o de noche, para entenderlo. Las nubes con sus formas impresionantes, las estrellas que podemos ofrecerle a nuestras esposas, todo en la creación está lleno de hermosos detalles que Dios nos regala. Aunque no te des cuenta, así es. Disfruta todo lo que tu Padre hace especialmente para ti.
El Salmo 139:14-16 habla de lo sorprendente que es nuestro Dios: Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
No hay nada feo en la obra del Señor, tal vez algunos seres son extraños o distintos pero todos han sido formados bellos y perfectos. Aprecia y agradece todo lo que te rodea, incluyendo tu propio ser, porque no hay nada que sea despreciable. Dios tuvo tanto cuidado al crearte que ni siquiera un pequeño lunar está en el lugar equivocado.
Todo merece detalles
El Señor es detallista y minucioso. Busca la perfección y quiere que tú también la busques. A Moisés le dio instrucciones precisas sobre la construcción del tabernáculo y cada uno de los utensilios que necesitaría. A David también le dijo paso a paso cómo construir el templo. Tú puedes obrar de la misma forma. A todos nos agradan los detalles, de hecho, pagamos por ellos. Seguro buscamos a un médico detallista que nos opere con cuidado y dedicación. Que no se le olvide anestesiarnos o haga una mala sutura. Sucede también con los automóviles. Todos nos transportan, sin embargo, preferimos un BMW a uno de esos incómodos tuc-tuc que son motos arrepentidas. Mi esposa anhelaba ver el Circo Du Solei; el espectáculo que ofrece es hermoso, lleno de detalles. Aprendes a ladrar de tanto decir ¡wow, wow, wow! Los detalles nos complacen. Una vez que fuimos de vacaciones con mi familia a Sea World mi hijo se lastimó la cabeza. De inmediato buscamos la enfermería para que lo asistieran. Además de hacerlo muy bien, al llegar de vuelta a nuestra casa, encontramos una nota del parque interesándose por la salud de mi pequeño. Quedé sorprendido, dije ¡Wow! Estas personas sí saben ser detallistas.
Lo mismo debe sucederle a quienes te rodean. Cuando te vean trabajar, estudiar, hablar y hasta enamorar, deben decir ¡wow! Cuando fuimos con mi esposa al crucero de matrimonios nos sorprendían a cada momento. Siempre encontrábamos en la habitación una diferente y linda figura hecha con la toalla. A veces un elefante, otras veces un mono o un cisne. Era emocionante entrar para descubrir la figura del día.
Los artistas son detallistas. Mozart y Beethoven cuidaban hasta el último acorde de sus composiciones, por eso trascendieron en el tiempo y conmueven a generaciones. Aún no sé qué tan detallistas son los reggaetoneros, pero lo cierto es que una obra de arte está concebida minuciosamente y busca la perfección. Seamos artistas del detalle. Los matrimonios deben halagarse mutuamente con pequeñas cosas sorprendentes. Ambos deben consentirse y tratarse bien con detalles que rompan la rutina. Esto vivifica las relaciones y acerca a las personas. Eres una maravilla de Dios, comparte todo lo espléndido que te ha dado.
El mundo necesita hombres y mujeres detallistas. Las empresas quieren trabajadores meticulosos y comprometidos. Sin importar lo que hagas, siempre complementa tu trabajo. Todos buscan vendedores, contadores y obreros que sobrepasen las expectativas y cuiden cada detalle de lo que hacen para obtener grandes resultados. Tenemos un pastor detallista que piensa en todo; ha puesto pantallas para que todos vean bien, se preocupó de equipar la iglesia con lo mejor para trabajar con excelencia por el Reino. Seamos exigentes, busca llenar tu vida y la de quienes te rodean con miles de detalles que te hagan incomparable.
Consejos para sorprender
Define con quién serás detallista. Queremos que todos digan ¡wow!, pero especialmente algunas personas. El primero que debe recibir tus detalles es Dios. Agrádalo con cada pensamiento, movimiento y acción. Tu pareja también debe encabezar la lista. Tanto hombres como mujeres deben colmar de detalles su vida sentimental. En tu noviazgo y matrimonio debes mantener la chispa del amor con pequeñas situaciones agradables y emocionantes. Tus hijos y tus padres, todo tu familia merece sorprenderse con la persona detallista y cariñosa en la que te convertirás.
Planifica los detalles. Definitivamente ser detallista requiere esfuerzo extra, pero vale la pena. Un amigo me enseñó a no vivir en “automático” como una zombi. No dejes que la rutina te ahogue. Detén un poco la prisa, evalúa tu vida y transfórmala con detalles. Agenda en mano, anota cada día las acciones con que agradarás a otros y a ti mismo. Sistematiza tu propio método, escribe y ejecuta cada idea. No se requiere gran presupuesto, sino más bien creatividad y entusiasmo. Sé un digno hijo y heredero de Dios, porque lo que siembras cosecharás. Al sembrar afecto y compromiso, nunca cosecharás amargura.
Los detalles deben sorprender. Somos llamados a sorprender, somos la sal de la tierra. Si es algo común nadie lo notará. Provoca reacciones y sensaciones en otros. Da más de lo que se espera de ti. Logra que todo lo que hagas sea sorprendente y fuera de lo común. Si esperan que vendas bien, hazlo y además entrega un cuidadoso reporte de tus logros. Si debes ir a recoger a tus hijos al colegio, hazlo con una sonrisa y cuéntales una hermosa historia mientras enfrentas el tráfico. Es inevitable que regreses a casa, pero puedes hacerlo con una hermosa flor para tu esposa. La idea es que todos noten el esfuerzo que haces por agradar.
El mejor detalle
En Mateo 26:6-13 leemos: Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
Este detalle de ofrenda y humildad que tuvo la mujer conmovió tanto a Jesús que Él mismo pidió que fuera recordado por siempre. Lo que para unos puede ser desperdicio, para otros puede ser algo que cambie sus vidas.
No olvides que tú haces la diferencia. ¡Sal a sorprender e impactar al mundo! Agradece a Dios todo lo maravilloso que ha hecho para llenar tu existencia. Recibe a Jesús, porque Él es lo más increíble que puede sucederte. Pídele que entre a tu vida, perdone tus pecados y sea detallista contigo. Sorprende al Señor ofreciéndole tu corazón como perfume precioso.
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