16 de agosto de 2018
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La propuesta de este plan de transformación integral llamado “40 días de fe” fue desafiar a cada persona a ejercitar su fe, y por eso cada semana hubo actividades que los prepararon con la Palabra para recibir las bendiciones que Dios.
A través de una guía de oración y la guía de lectura del libro No es por vista se desarrollaron actividades para practicar en familia, en grupos de amistad y en los ministerios. En Casa de Dios, se llevaron a cabo los servicios de milagros en los que no solo se escucharon testimonios de muchas personas que recibieron su sanidad, sino que se motivó a cada miembro de la congregación a que fuera a orar por alguien más.
También se desafió la fe de los líderes por medio del “FEstival de redes”, donde más de 47 mil personas asistieron el fin de semana del 28 y 29 de julio a las seis reuniones especiales en donde los pastores de Casa de Dios compartieron mensajes. En ese fin de semana más de 4,500 personas le entregaron su vida a Jesús.
Testimonios
“Creo que no había dimensionado la importancia de realizar un movimiento enfocado en la fe hasta que caminé por los pasillos de la iglesia y pude ver los mensajes donde la gente expresaba sus desafíos de fe, fue cuando entendí cuánta necesidad había de enseñar sobre la fe porque Dios está dispuesto a respaldarnos si decidimos confiar en Él”, comentó Priscila De León, colaboradora en Casa de Dios.
“El primer día de ‘40 días de fe’ decidí pedirle a Dios un carro porque había perdido el mío en una estafa. Coloqué en mi cuarto una foto del carro que quería y empecé a creerle a Dios. Al sexto día del movimiento, de una forma milagrosa Dios me dio el carro por el que estaba orando. La fe funciona y Dios siempre nos respalda, todo se trata de confiar en él y actuar en fe”, nos comentó Leticia Reyes, miembro de la iglesia.
El pastor Cash motivó a no dejar de creer en todo tiempo y en toda circunstancia ya que Dios nos quiere bendecir.
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En la discrepancia entre lo real y lo ideal se encuentra la frustración, pero esa imposibilidad de tener o lograr aquello que se desea es la antesala para ver un milagro generado por la fe en una promesa de Dios.
Un padre de familia puede sufrir el síndrome de responsabilidad adquirida capaz de obstruir el beneficio de recibir la visitación de Dios, debido al enfoque constante de dar a los suyos; por eso Jesús enseña que siendo proveedores, como hijos, podemos recibir buenas cosas de nuestro Padre celestial.
Un canal de servicio empresarial provee una experiencia gratificante que brinda bienestar a quien lo recibe, de igual manera, entre el milagro que Dios hace y quien se beneficia está otra persona: un servidor lleno de compasión.
