01 de julio de 2020
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Durante años Casa de Dios ha dedicado especial atención a las peticiones de oración de las personas. Las redes sociales y la página web siempre han sido un canal para recibir por escrito las peticiones y trasladarlas al área de intercesión.
El pasado martes 2 de junio Casa de Dios habilitó un Call Center de oración para que el equipo de intercesión de la iglesia se acerque a las necesidades de oración de las personas y clame por ellas. Quienes requieran de oración o intercesión en estos momentos podrán comunicarse al 6677-0888 todos los martes de 9:00 a.m. a 2:00 p.m.
“Nos interesamos por todas las personas y sus necesidades. Tenemos la total seguridad y certeza de que Dios responderá toda petición que se haga de común acuerdo. Quiero recordarles a las personas que están atravesando alguna dificultad que no están solas, Dios nunca nos deja”, dijo la pastora Sonia Luna, quien preside el Ministerio de Intercesión de Casa de Dios.
Asimismo, durante las transmisiones de los servicios dominicales, el equipo de intercesión ora en vivo por todas las peticiones. Para quienes lo prefieran, también pueden acceder a http://casadedios.org/peticion-de-oracion, donde deberán llenar un pequeño formulario con información personal y enviar su petición de oración.
Por otro lado, con el fin de que las personas con necesidades de oración fortalezcan su fe y reciban acompañamiento en momentos de dificultad, la iglesia creó distintos manuales digitales con información edificante para enviárselos a quienes deseen. Algunos de los temas generales son “Aprendamos a orar”, “Orando por mi familia”, “Sanar a otros”, “Cómo sanar mi alma” y “Dios es mi proveedor”, entre otros.
“La oración eficaz del justo puede mucho. Queremos que las personas se llenen de fe y paz y que depositen toda angustia y necesidad en nuestro Señor. Nuestro ministerio continuará intercediendo por todas las personas”, aseguró la pastora Sonia Luna.
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El Espíritu Santo nos dio su óleo para conservar la alegría, el gozo y nunca amargarnos.
En esta vida todos debemos algo a alguien y, sobre todo, a Dios.
La raíz crece en secreto y el fruto está a la vista de todos.