15 de febrero de 2018
Tiempo de lectura: < 1 minuto
Todos hemos leído los milagros de Jesús y la sabiduría que compartía en sus mensajes, pero a veces olvidamos que Su conocimiento y temor de Dios empezó cuando aún era un niño. Lucas 2:46-49 nos cuenta que a los doce años le gustaba ir a la iglesia a aprender y dialogar sobre las enseñanzas de la Palabra. ¿Acaso no es esto lo que todo padre cristiano quisiera? Deseamos que nuestros hijos, desde pequeños, busquen conocer más de Dios, lean la Biblia, disfruten de tiempo en la iglesia, crezcan alejados de todo lo que los separa de Su voluntad, que en Sus manos se sientan protegidos, reciban bendición e inicien una vida consagrada a Él.
Y la pregunta que muchos se hacen es ¿A qué edad debo presentarlos? En la Biblia vemos el ejemplo de Samuel, quien fue presentado en el Templo desde los 40 días de vida; sin embargo, no hay una edad determinada para hacerlo. Lo importante es que ellos vivan el momento y recordarles que su vida le pertenece a Dios.
Para compartir en familia
La familia debe ser testigo de este momento, por eso es importante que todos juntos estén presentes. Casa de Dios celebra este acto tres veces al año y pronto se realizará la primera de ellas el sábado 17 de febrero a las 3:00 p.m. en el templo mayor de Pinula.
Inscripción
Los padres que deseen participar pueden inscribirse de distintas formas.
La actividad es gratuita. ¡No te pierdas la oportunidad de marcar el camino de tus hijos a una vida con Dios!
Temas relacionados:
Presentación de niños
¿Cómo rendir emociones negativas que limitan tu propia felicidad y la de los demás? Desarrolla una valoración positiva por las personas que hacen las cosas con excelencia para aprender de ellas mediante la admiración de sus virtudes.
La felicidad es un estado deseable que se aprende, se comparte y se cuida para que siga creciendo. ¿Cómo se puede evitar la infelicidad y abrazar la dicha de la alegría y el gozo en medio de los pesares de la vida?
El balance entre ser beneficiado o benefactor tiene que ver con establecer la prioridad para dar un bien o recibirlo, lo cual devela magistralmente el inicio de esta nueva serie.