08 de diciembre de 2018
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Jesús nos conoce cuando nos amamos a unos a otros, no comparando nuestras historias, sino preparándonos cuando Él regrese. Cuando amamos a otros, lo amamos a Él. Cuenta con pasión la historia del Evangelio con tus acciones y cuando veas a Jesús te darás cuenta de que cada dificultad valió la pena.
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Lo que inicia débil trae una factura difícil de pagar, pero las buenas noticias de Dios siempre difieren: si las semillas son benditas, ¿cómo serán los frutos?
Jesús nos visita y lleno de amor pregunta: ¿Necesitas un milagro? Pon tus ojos en el autor de la fe y sigue viendo maravillas que causan asombro porque exceden la comprensión humana. ¡Escucha, confiesa y recibe tu milagro!
En la vida existen debates históricos que originan argumentos y contraargumentos, pero aprenderemos que Dios le pone fin a una antigua discusión que desatará la fe en Su abundante provisión.