Dios te busca para que hagas grandes obras. Escúchale y obedécele para cumplir tu destino y alcanzar la preeminencia que desea darte.
El evangelio es locura de bendición. Proclama la Palabra y comparte la unción que has recibido.
Cuando el hambre y la sed de Dios sea tu mayor problema, vas a empezar a hablar de la presencia de Dios más que de cualquier problema