05 de noviembre de 2024
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La palabra adoración tiene un significado que aglutina, conmueve y apasiona a la gente, al mismo tiempo, encuentra expresiones como cantos y gritos de alegría que cargan de energía el ambiente, y se percibe una coordinación enfocada a un solo objetivo, por la conquista y la victoria. Esto puede ocurrir en un estadio haciendo porras para un equipo, en una casa o en una iglesia, la gran diferencia es a quién se adora, quién es el centro de la adoración.
No puede ser que un deporte nos gane a nosotros como iglesia, ningún estadio nos va a ganar cuando se trata de adorar a Cristo Jesús, nuestro Salvador. No hay equipo de ningún deporte que pueda merecer una mejor adoración que la que ofrecemos a Dios en su casa o en nuestro hogar. Por esa razón deseamos vivir una cultura de adoración y pedimos que el Espíritu Santo nos guíe y nos enseñe a responder a la búsqueda de Dios para hacernos Sus verdaderos adoradores.[1]
Dios no necesita nada, lo tiene todo. Entonces, ¿por qué es tan importante la adoración para Él? Todos sabemos que Dios busca al perdido y que dio el primer paso para encontrarnos y nos amó aun en nuestra peor versión como personas. Esa búsqueda de Dios nos habla de su gran amor. Ahora, cuando se trata de buscar adoradores aparece la expresión de nuestro amor hacia el Señor con una entrega total en Espíritu y en verdad.
El profeta Ezequiel describe un ser adorador en un escenario que se encuentra más allá de la palabra dirigida al Rey de Tiro, la palabra revela al espíritu que está detrás de este rey y se trata de alguien que fue creado para adorar a Dios como un ángel guardián.[2]
Ahora este ser angelical, creado por Dios, tenía como oficio principal dar adoración en el cielo y se describe como un ser musical, hasta el día en que se llenó de orgullo y fue sacado del cielo, él era un ángel de luz, por eso se le conoce como Lucifer.[3] Cuando fue arrojado del cielo el arpa dejó de sonar y por su rebeldía perdió todo su esplendor.
En consecuencia, si ese adorador perfecto abandonó su función, ya fue juzgado, pero Dios activamente busca adoradores y sabe que se levantará un pueblo que le adore con hombres y mujeres, que además, lo harán en forma individual, porque ahora la adoración es nuestra responsabilidad. Dios sabía que levantaba una creación redimida, llena de agradecimiento, alabanzas y honra por el Espíritu Santo, para reconocer que Su nombre está por encima de todo nombre y nosotros somos los que vamos a levantar adoración a nuestro Señor.
En toda la Biblia la palabra adoración está relacionada con una expresión y todas sus menciones se describen con una demostración corporal. Es el beso en una mano, el beso a los pies, postrado con el cuerpo sobre el suelo, usando la voz, pero siempre es una expresión corporal para Dios porque Su presencia llena el lugar de la adoración.[4]
Que Casa de Dios sea ese lugar de adoración mientras levantamos nuestra voz al cielo, porque para nosotros es imposible contenernos delante de Jesús. Por eso, cuando adoramos, Jesús camina en nuestros pasillos. Entonces, no se trata de tus canciones favoritas, se trata de la letra y la plenitud extraordinaria que brota del corazón cargado de amor para Dios.
Y por último, nuevamente revisamos la conversación de los profetas Isaías y Ezequiel no solo dirigidos a una persona, sino que al espíritu detrás de esa persona. Cuando Isaías describe la actitud de quedarse con la alabanza por creer que son méritos propios, sin entregar todo para adoración a Dios. Así nace la actitud de aceptar en el corazón los elogios sin darle todo el mérito a Dios quien es nuestro Creador y el dueño de todos los talentos y habilidades con las que nos ha dotado para cumplir sus propósitos.
Es un error quedarnos con una parte de la alabanza que le corresponde a Dios. Recuerda, tu mejor fuerza es para Él, tus mejores palabras son para Él, protege tu adoración total para Jesús.
[1]Juan 4:23 (LBLA): Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que lo adoren.
[2]Ezequiel 28:11-19 (RVR1960): Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.
[3]Isaías 14:11-15 (RVR1960): ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
[4]2 Crónicas 5:12-14 (RVR1960): y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas), cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.
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