28 de octubre de 2010
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El coronel Harland Sanders, fundador de Kentucky Fried Chicken, es un ejemplo de lo que Dios puede obrar cuando queremos hacer las cosas bien sin importar la edad que tengamos. Trabajó duro toda su vida aunque alcanzó el éxito cuando ya era un hombre mayor. Josué es otro buen ejemplo de un hombre que a pesar de su edad, veía el futuro con optimismo. A los 85 años pensaba en la guerra y conquistó la Tierra Prometida porque le pidió la oportunidad al Señor y tuvo ánimo para vencer en la batalla. Moisés también nos inspira porque a los 120 años sus ojos no se oscurecieron ni su fuerza mermó. Lo mismo Abraham quien fue padre de generaciones cuando ya era anciano.
Debemos anhelar una buena vejez. No hay edad para dejar de creer. No pongas tu confianza en lo material porque tu esperanza será vana, el Señor es el único que no cambia. No dejes de soña aunque sientas que ya no tienes edad para ello, porque sin sueños no hay fe ni esperanza en el futuro.
El Señor promete que el hombre justo vivirá junto al Él y tendrá fuerzas para dar fruto sin importar su edad.(Salmo 92:12-14). El libro de Crónicas habla de David que fue pastor y rey. Mató al gigante Goliat y también cometió errores, pero dice la Biblia que murió tranquilo, rodeado de las cuatro cosas que debemos soñar para nuestra vejez: un heredero, llenura de días, riquezas y gloria.
Lo que haces hoy determina tu futuro. Actúa siempre con honra para tener una vejez tranquila y te vean como hombre justo que deja un buen nombre como herencia a sus descendientes.
El primer consejo para tener una buena vejez es no dejar de soñar porque si Dios ve que eres soñador y emprendedor, añadirá días a tu vida. El segundo consejo es cuidar lo que ya tienes. No esperes a la vejez para valorar a tu esposa y familia para estar siempre rodeado de tus seres queridos. También cuida tu profesión, estudia, renuévate, no pienses que ya lo sabes todo, la vida cambia constantemente y debemos actualizarnos. Además, cuida tu llamado a servir, trabaja duro haciendo la milla extra cada vez. Si lo haces, Dios dirá: “Este hombre valora lo que tiene y merece recibir más”.
Hombre justo es el que llega a su vejez con una corona en la cabeza, es decir con honra porque se ha ganado el respeto de los demás. Esto no es suerte o casualidad, sino el resultado de tus decisiones.(Proverbios 16:31)
Proverbios 3:1-6 aconseja que guardemos los principios en el corazón y los practiquemos porque con ellos logras juventud y largura de días. La fórmula de una buena vida se complementa con la misericordia y verdad que deben evidenciar tus actos. Ayuda a tu prójimo con misericordia no con lástima. Trata un problema con verdad. Demuestra que eres un líder amoroso y justo.
Además, la Palabra dice que debemos confiar más en el Señor que en nuestra prudencia porque Él es capaz de enderezar los caminos y ayudarnos a corregir los errores. Es necesario adquirir sabiduría en inteligencia para obtener todo lo demás por añadidura. (Proverbios 3: 13-17)Lo material no es lo primero, es consecuencia del buen vivir en el Señor.
La sabiduría no es fruto de la experiencia sino de la Palabra de Dios. Cultiva tu inteligencia en el Señor. Lee Proverbios, Salmos y Eclesiastés, ya verás que cada vez descubrirás nueva enseñanza para tu vida.
La verdadera prosperidad se fundamente en el consejo de Dios, no en la experiencia del mundo. Un cristiano alimenta su cabeza con la Palabra para luego ver sus manos llenas de vida, sueños, prosperidad y amor. No hay temor para quien ha entregado su existencia en manos del Señor que puede darte sabiduría para llegar a la vejez lleno de vitalidad y confianza en el futuro.
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