Fe con sabiduría

Dios da el tiempo de vida para cada persona, pero tú tienes que saber qué quieres hacer con este tiempo, que es de Dios.  Cuando pones en manos de Dios tus planes lo haces en obediencia, pero quedan sujetos a tu fe y esfuerzo. Por ejemplo, al poner en manos de Dios la familia, lo que sigue es obedecer los principios de la Palabra de Dios para ser bendecidos, pero te toca compartir tiempo en familia.

Los planes se ponen en manos de Dios, no en el tiempo

El problema no está en lo que pongamos en las manos de Dios. El problema es lo que está en nuestras manos si no se gestiona correctamente. Dios da la sabiduría para obedecerle, la fe para ejecutar acciones, pero entre el principio y la recompensa hay un elemento de tiempo que es la espera hasta ver la promesa cumplida, que es la recompensa de Dios.[1]

Vive con una dirección definida y toma decisiones  

La fe tiene que ver con una convicción que te lleva a tomar decisiones, pues la vida se basa en decisiones, no en deseos. Nunca lograremos nada por desearlo, pero lograremos mucho por decidirlo. La fe no tiene que ver con el deseo de hacer algo, sino con la convicción de decidir hacer algo.  

Debemos tener claro qué queremos para este año, lo iniciamos y luego veremos su cumplimiento para que lo disfruten los hijos y las generaciones que les sigan con fe, diligencia, paciencia, inteligencia y sabiduría.

Saber lo que quiero alimenta lo que creo y desata los milagros

Hay milagros que los desata la obediencia a un principio de Su palabra. El ciego se sanó porque se fue a lavar al estanque, siguió ciego pero obediente y el tiempo corrió a su favor. Que el hecho de no estar disfrutando la promesa no te haga desobediente, sigue caminando y estarás más cerca de lo que Dios tiene para tu vida.

Cuando decides qué hacer y actúas tienes el tiempo a tu favor, cuando te detienes pones el tiempo en tu contra. Entonces, mientras sigas decidiendo lo que quieres, sabrás en qué creer y plenamente convencido, sigue caminando. El querer es gratis, el creer tiene un precio. Si estás dispuesto a pagar el precio por lo que quieres y crees vas a poder luchar contra la adversidad y el tiempo.

Dos claves para ver los planes cumplidos

Primero: no le pongas fecha de vencimiento a lo que quieres porque tu fe no está en el tiempo, está en el Dios creador del tiempo. La Biblia dice que Dios hizo la tarde, y fue la tarde y la mañana un día.[2] Pero en el intermedio quedó la noche, un lapso de espera para ver la mañana del nuevo día; porque mientras tú reposas Dios está preparando tu pan del día siguiente.  

Ahora corresponde verte como si ya se hubieran cumplido los planes de lo que has puesto en manos de Dios. Para eso hay que vencer hábitos y bloqueos viviendo por fe, creciendo en fe y madurando más allá de la niñez espiritual. En este primer paso se usa la fe para cambiar los malos hábitos que son los enemigos de tus planes.

El sacerdote Zacarías fue padre de Juan el Bautista, con su esposa eran de edad avanzada, pero recibieron respuesta a sus peticiones y se rompió la esterilidad. Sin importar la edad seguían activos sirviendo. En el templo, el sacerdote adoraba y la gente oraba afuera, esperando que saliera. Es en la adoración donde Dios nos responderá, se terminará lo estéril y la presencia de Dios llegará a tu casa.[3]

El silencio de Zacarías enseña que, lo que se concibe en secreto se hará público. Así se cumplen las promesas de Dios.[4], [5]. Es mejor repetir lo que Dios ya te dijo y no preguntar cómo se hará realidad. Es mejor callarse y trabajar en silencio, hasta ver los resultados.[6]

Segundo: cuando Dios habla y nos ministra es para cambiar las cosas. ¿Sabes qué son estos planes? Son cambios. Dios no te dio el tiempo para retroceder, lo da para crecer. ¿De qué sirve tener 20 años en la iglesia y seguir siendo un niño?

Conforme maduras el Padre te va confiando cosas nuevas, porque el enfoque está en desarrollar la capacidad de recibir lo que Dios tiene para tu vida. Si Dios tiene planes contigo, Dios necesita que crezcas.  Recuerda, entre el principio que es obediencia y la promesa que es cumplimiento está tu tiempo de espera. Algo dentro de ti está creciendo, sigue sirviendo y trabajando, no abortes tus sueños porque se cumplirán en las manos de Dios. Lo que haces en ese silencio, Dios lo cumple en público.

Referencias

[1]Eclesiastés 3:1 (RVR1960): Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

[2]Habacuc 2:4 (PDT): El que se cansa de esperar el cumplimiento de la visión no se comportará conforme a ella; pero el aprobado por Dios vivirá por su fe.

[3]Lucas 1:5 (RVR1960): Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.

[4]Lucas 1:6-7 (RVR1960): Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

[5]Lucas 1:10-14 (RVR1960): Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento.

[6]Lucas 1:18-21 (RVR1960): Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.

 

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