07 de octubre de 2025
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Donde se ha celebrado a Jesús, Dios siempre se ha manifestado. Jesús llegó a Nazaret y fue el lugar en donde lee las Escrituras en la sinagoga, diciendo: El Espíritu Santo está sobre mí y me ha ungido. Pocas horas más tarde tuvo que irse de esa ciudad. Jesús estuvo también en Jericó, donde hizo milagros, y la gente casi le dice: «Gracias por venir», pero no pasaron de allí.
Es más, en la ciudad de Gadara, Jesús hizo un milagro y, como resultado, le pidieron que se fuera de allí. Luego llegó a una ciudad llamada Capernaum, en donde la gente salió a las calles para recibirlo; había gente anhelando que llegara, gente de fe que salió a celebrarlo. El relato bíblico cuenta que hizo de esa ciudad su oficina central del ministerio durante tres años y medio. Allí había gente sedienta de recibirle y ver milagros en sus vidas. El 80% de los milagros de su ministerio los hizo en esta ciudad y sus alrededores.
Celebra siempre a Jesús y verás a Dios obrar milagros, abrir puertas, traer nuevas oportunidades, hacer cosas que en otras personas y otros lugares no se han visto.
La Palabra de Dios describe que Jacob tuvo 12 hijos. El décimo hijo se llamaba Zabulón, que significa morada exaltada. Este nombre representa prosperidad, tiempo de avance, ciclo de abundancia, un periodo de caminos abiertos y de expansión. ¿Será que puedo proponerte que este mes de octubre sea un mes espectacular para ti? ¿Será que puedo proponerte esta mañana que este mes de octubre sea un mes de expansión para tu vida?
Que este mes sea el inicio de todas esas cosas por las cuales has orado los meses anteriores del año. Que sea un período nuevo y espectacular para tu casa, para tu negocio, para tu familia, para tu grupo, para todo lo que haces en tu vida, que sea un tiempo de expansión, un tiempo de exaltación para que Dios empiece a cumplirlo. Este es el mes de ir a otro nivel, que tu vida sea exaltada.
La ciudad que le entregaron a Zabulón era una ciudad con enorme potencial de desarrollo, de crecimiento empresarial, de llevar cosas a otro nivel, de creer que se van a abrir puertas. Por eso, esta enseñanza se llama: “Lo mejor para ahora”. Que Dios abra y traiga oportunidades inesperadas y que esas oraciones que has estado esperando, creyendo en fe, se cumplan en este momento.
En el relato de las bodas de Caná, donde Jesús convierte el agua en vino, se afirma: “Tú has reservado el mejor vino para ahora”.[1] Nótese el énfasis en la palabra ahora, aunque en el contexto se ha interpretado el mejor vino para el final, pero era para ese preciso momento que se usó el término ahora.
¿Hasta cuándo? ¿Qué tal si ahora empieza el mejor capítulo de tu mejor historia? ¿Qué tal si ahora empieza la mejor estación de tu vida? Y la prevención es tener cuidado con esto, porque aquellos que piensan que lo mejor está en el próximo capítulo, al final de la historia, significa que estamos dejando más allá el milagro que Dios puede hacer hoy.
Expresiones como: “Algo va a suceder en mi vida, pero en otro momento. Algo va a suceder en mi casa, algo sí va a suceder en mi negocio. Algo va a pasar en mi salud, pero en otro momento implican que la bendición de Dios, que el avivamiento, que todo lo que Dios puede hacer en nuestra vida, sí puede suceder, pero no ahora. Todo está para más tarde. Todo sucede en otro momento. En tanto, la escritura afirma: “Él reservó lo mejor para ahora”.[2] Dios activa las cosas para este día; se activa la fe en tu casa, en cada área de tu vida y empieza a suceder ahora. Esta palabra ‘ahora’ es una llave para que tu vida pase a un nivel diferente.
En otras versiones, el capítulo que define la fe empieza con el ahora de Dios, en donde se afirma que la fe es para este día, no solo para tener esperanza en el futuro, sino certeza para el presente.[3] La definición de la fe no es algún día, en algún momento, el mes que viene, en la estación próxima; es para ahora, en el momento que vives. No hay garantía de que llegue ese mañana soñado; quiero sugerirte que el mejor tiempo para que Dios obre en tu vida es ahora.
El pasado es dinero gastado. El futuro es una línea de crédito, pero el presente es dinero en mano. Con la certeza de que Dios hace algo y sucederá ahora y no al final del capítulo. Con esa actitud de fe van a llegar nuevas oportunidades, milagros, gente correcta y conexiones divinas a tu vida. Dios va a empezar a desatar cosas sobrenaturales que van a suceder; será algo increíble.
Nuestra fe no debe estar dormida esperando un despertar, debe estar activa y no puesta en un mañana mejor, porque Dios nunca duerme.[4] Si nuestro Dios nunca duerme, tampoco nuestra fe debe descansar; eso significa no ponerla más allá de lo que Dios quiere hacer ahora. Nunca hubiéramos podido alcanzar y disfrutar de todas las cosas y bendiciones que Dios nos ha hecho, si nosotros no hubiéramos vivido en el ahora. Dejemos de pensar que va a suceder en algún momento y empecemos a creer que va a suceder ahora mismo porque Dios quiere hacer cosas en tu vida desde ya.
La actitud debe ser por mejores expectativas y no por temores, como lo ocurrido con los discípulos en medio de la tempestad. Ellos encontraron paz cuando vieron a Jesús y su tormenta se calmó de inmediato. Tranquilo, una solución viene para tu familia y tu economía ahora.
De igual manera, el hijo pródigo tuvo una reflexión consigo mismo; al verse tan mal y sin recursos, dijo: «Volveré donde mi padre».[5] Muchos jóvenes de familias con muchos recursos optaban por pedirle a su padre la herencia en vida; luego se iban lejos para gastarlo en placeres y, si decidían volver a su ciudad, había una costumbre en el pueblo para recibirlos.
En ese tiempo desarrollaron una ceremonia llamada Quetsatsah. Tomaban una vasija y, cuando lo veían acercarse a la puerta de la ciudad, corrían para llegar antes que entrara, reventaban la vasija contra el piso y se partía en mil pedazos delante del joven, y le declaraban esta frase: Así como esta jarra se quiebra en mil pedazos, que tu vida se quede rota y sea separada por siempre de esta comunidad. Porque nos deshonraste, nunca tu relación será restaurada con esta comunidad.
Por esta razón, el padre del joven corrió a recibirlo para llegar antes que lo maldijeran, puso un traje nuevo sobre las ropas que su hijo traía; era la túnica del primogénito. Luego le colocó su anillo en la mano y le dio calzado nuevo. Al verlo vestido de esa manera, la gente sabía que estaba en paz con su padre. El padre actuó de inmediato y con prisa para restaurar la vida de su hijo.
La túnica del padre restauró su dignidad, el anillo restauró su autoridad y las sandalias le devolvieron su estatus. De esa manera la gente no pudo condenarlo; el padre les ganó la carrera. Eso hace nuestro Padre al decirnos: Mi presencia irá contigo y en Jesucristo nos da salvación. En Jesucristo cambia nuestra historia. En Jesucristo nos da una vida de fe, de esperanza y nos permite creer que ahora Dios puede hacer cosas tremendas.
Finalmente, al hacer el milagro de convertir el agua en vino, la escritura afirma que fue el principio de señales que Jesús hizo; como resultado, los discípulos creyeron en Él.[6] Lo que Dios hará ahora en tu vida constituye el principio de ver cumplidas sus promesas, tus oraciones y lo que has estado esperando. Estás frente al principio de lo que Dios empieza a hacer en tu vida desde ahora.
[1,2]Juan 2:9-10 (RVR1960): Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
[3]Hebreos 11:1 (LBLA): Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
[4]Salmos 121:4 (RVR1960): He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
[5]Lucas 15:17 (RVR1960): Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra y yo aquí me muero de hambre!
[6]Juan 2:11 (RVR1960): Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
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