06 de julio de 2013
Tiempo de lectura: 6 minutos
Familias hay de todos sabores y colores, es decir, hay variedad porque todas son diferentes. Y lo más importante es que pueden dejarse guiar por la Palabra del Señor. No hay familia perfecta; las dificultades y conflictos son inevitables. Tenemos roces, pero sobre todas las cosas, hay que buscar vivir juntos y en armonía, porque la familia es lo que nos sostiene, nos hace crecer y vivir a plenitud.
La Palabra nos muestra diferentes casos de familias. Una muy importante es la de Noé, quien fue ejemplo de líder positivo para los suyos, en medio de una situación de caos y pecado. La iniquidad del mundo era tanta que ¡Dios decidió exterminarlo!1 Si lo vemos desde ese ángulo, ahora no estamos tan mal como en esa época porque lo que Dios desea ahora es bendecirnos y perdonarnos, así que no hay excusas para dejarse desanimar por la situación, por grave que parezca.
En medio de ese mundo corrupto, Dios encontró a un hombre justo. Noé halló gracia y supo transmitirla a su familia2. Lo mismo puede sucedernos ahora. Si tú ya vives conforme a los preceptos del Señor, puedes guiar a tu familia a la gracia que los mantendrá firmes en la fe ante cualquier dificultad. Cuando nuestro Padre es el centro de tu hogar todo se enfrenta de mejor forma. Nadie está libre de dudas y dificultades, pero si le has entregado tu vida y tu familia al Señor, Él tiene cuidado de ustedes. Cuando iba a nacer mi primer hijo, yo tenía muchas dudas porque me preocupaba descuidarlo por atender el ministerio. Durante un viaje para organizar cruzadas, en el avión, me senté junto a un joven y comenzamos a hablar. Él me explicó que iba a la misma ciudad que yo a visitar a su papá que era pastor. Coincidentemente, era uno de los pastores con quienes yo me entrevistaría. Conforme avanzamos en la conversación, mi sorpresa crecía ya que este joven me aclaró que si yo era pastor, no quería que le hablara del tema, porque ¡Dios le había robado a su padre! “Cada vez que necesitaba a mi papá, él estaba en la iglesia”, dijo muy afectado. Yo sentí que el mundo se derrumbaba porque era justo lo que quería evitar en mi familia. Me levanté y me encerré en el baño del avión. Le pregunté al Señor: “¿Por qué me pones a este joven en el camino si sabes sobre mi preocupación por mi hijo?” Su respuesta fue: “¿Qué hijo? Si te refieres a Daniel, recuerda que al nacer, tú y tu esposa me lo entregaron, así que no es tu hijo, sino mío y Yo cuido de él. Si quieres, te lo devuelvo, pero recuerda que fui Yo, muchas veces, quien te puso estorbo para el pecado y el peligro cuando tú ya estabas lejos de tus padres”. ¡Era cierto! Dios consoló mi corazón al confrontarme y con humildad le pedí perdón y le di gracias por Su amor y el cuidado que tendría por los hijos con los que me había bendecido. Padres de familia, solo Dios puede acompañar a sus hijos en todo momento y en todo lugar. Enséñenles a amarlo, respetarlo y tomarlo en cuenta para todo. Esa es la mejor herencia que pueden darles.
En el caso de Noé, vemos que Dios tomó en cuenta a su familia. Él era un hombre justo por lo que fue quien abrió las puertas del arca y de la salvación para su casa3. ¿Eres tú el líder que facilitará la salvación para tu gente? ¡Debes serlo! Recordemos que justo se define como una persona clara, definida, íntegra, piadosa y sabia para tomar decisiones. Si buscas ser justo delante de Dios, seguramente tú y tu casa serán salvos y servirán a los propósitos del Señor por generaciones.
La siguiente familia de la que aprenderemos es de la de Abram, otro hombre justo que tenía promesa de bendición. Lot, sobrino de Abram, también creyó en esa promesa y acompañó a su tío4. Hizo bien porque la Biblia cuenta que fue muy bendecido, al punto que comenzaron a tener dificultades para mantener ambas heredades cerca. Así que decidieron separarse5. Lot cedió a las presiones de otros y se alejó de su tío. Esto también es una valiosa enseñanza porque cualquier diferencia en tu familia, deben resolverla delante del Señor. Si escuchas consejos que no son fundamentados en Su Palabra, corres grave riesgo de separación y dolor. ¡Escucha solo a tu Padre Celestial!
Lot se dejó guiar por la abundancia y cambió su estatus dentro de un hogar de bendiciones por una tierra de pecado. Este hombre es conocido como justo, pero no supo influenciar a su familia con lo que conocía de Dios. Así que cuando llegó el tiempo de la destrucción de Sodoma, los ángeles llegaron a advertirle6, aunque ¡prefirieron dormir fuera de su casa! Mientras tanto, Abram intercedía por ese pueblo pensando en Lot y en su familia, quienes se perdieron porque sus hijas y su esposa no lo escuchaban. La Palabra dice que las tomó de la mano, es decir, que prácticamente tuvo que arrastrarlas para que salieran de la ciudad. Y todos conocemos la historia: la esposa se convirtió en estatua de sal y las hijas cometieron incesto, lo que dio origen a las tribus de amorreos y moabitas que terminaron siendo idólatras. Esta familia terminó destruida porque nadie de esa estirpe conoció la salvación de Jehová. ¡Esto no debe suceder en tu familia! Debes ser ejemplo, luz y testimonio en tu casa. Debes dar fruto de bien para que tus generaciones sean salvas.
Dios te da la oportunidad de conocer a Jesús y ser testigo de grandes prodigios para que tomes carácter, intercedas por tu familia y los lleves a Sus caminos. ¡No te des por vencido!
Decídete a hacer este pacto individual que también involucra a tu casa7. Créele a Dios, pide, declara que Él pondrá estorbo al pecado, porque tú eres hombre justo, temeroso y fiel que le enseñará a su familia a amar y servir al Señor8 de corazón.
Versículos de referencia
1 Génesis 6:5-7: Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
2 Génesis 6: 8-9: Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
3 Génesis 7:1: Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
4 Génesis 12:1-4: Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
5 Génesis 13:6-10: Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.
6 Génesis 19:15-17: Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
7 Génesis 6:18: Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
8 Josué 24:14-15: Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Temas relacionados:
Familia | Identidad | Relación con Dios | Relación con el prójimo | Salvación
En el eterno presente de Dios mil años son como un día, debemos aprovecharlos, contarlos y vivir recuperando las oportunidades que nos ha dado, porque algunos días son malos, otros muy buenos, pero todos son cortos.
Revisa las lecciones aprendidas para edificar el reino de Dios, dejando atrás el misterio de la torre de Babel con sus ideas contrapuestas para imponer la voluntad propia sobre la autoridad de Dios.
La memoria humana funciona estrechamente relacionada con recuerdos de mayor impacto emocional como la ira, el miedo, la paz, el gozo o la tristeza, entre otras. ¿Es posible seleccionar solo los buenos recuerdos en la vida? ¿Cómo funciona la memoria de Dios?