13 de junio de 2021
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Dios nunca nos desampara: ni en las peores pruebas, ni en las peores crisis. Cuando Nabucodonosor ordenó a todos que se arrodillaran ante su estatua de oro[1] hubo tres jóvenes valientes que se negaron por una cuestión de principios: Sadrac, Mesac y Abed-nego. Entre miles de jóvenes, ellos se negaron a cumplir el mandato real y se destacaron por su compromiso con Dios, desafiando al rey y manteniéndose de pie.
Estamos en una lucha inevitable donde no podemos cederle espacio al diablo. No debemos dejarnos atemorizar. No creamos cuando alguien nos dice que la iglesia es “no esencial” porque la historia nos ha demostrado que cada vez que hay una crisis mundial (como en el caso de una pandemia), la iglesia toma fuerza y se restablece. Ni siquiera un Anticristo puede manifestarse cuando la iglesia está presente.[2] ¡Y nosotros somos la iglesia!
Desde luego, eso tampoco significa que será algo fácil de sobrellevar. Durante toda la pandemia por COVID-19 he escuchado casos de iglesias que han perdido líderes, personas y crecimiento en general. Sin embargo, está demostrado que después de una pandemia siempre viene un avivamiento. Así pasó con la pandemia de la gripe española de 1918, cuando, en los años posteriores, se extendió el pentecostalismo a todo el mundo. Por lo tanto, alegrémonos porque Dios derramará Su Espíritu[3] sobre la Tierra y tiene grandes planes para ella.[4] Después de la prueba y del duelo viene el gozo.[5]
Me encanta la determinación que tuvieron Sadrac, Mesac y Abed-nego porque mantuvieron su lealtad a Dios y desafiaron a Nabucodonosor pasara lo que pasara. Aunque tengamos que soportar muchas pruebas durante un breve tiempo, estas demostrarán que nuestra fe es auténtica.[6] Debemos saber que Dios camina con nosotros en el fuego como lo hizo con estos tres jóvenes.[7] Las únicas palabras que pueden superar cualquier “Te amo”, vengan de quien venga, son estas: “Estaré contigo para siempre”. ¿Y quién está con nosotros para siempre, aun en medio de cualquier horno de fuego, sino Dios?
No todo el fuego quema: a veces también purifica. Si has sufrido separaciones familiares, si has perdido a un ser querido durante la pandemia, si tu economía se ha venido para abajo o si simplemente te has sentido defraudado, recuerda que no estás solo. ¡Sigue teniendo fe! Así te traten de mojigato, de retrógrado o de raro por tus creencias, no dejes de lado tu fe porque Dios conoce la razón de tus aflicciones y no te desamparará.
Daniel y Elías salieron de la cueva. José salió del pozo. Jonás salió del pez. Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron del horno… ¡Ningún elegido por Dios para enfrentar una prueba se ha quedado en ella! No habrá león que te devore, ni fuego que te queme, ni mar que te ahogue porque Jehová es tu Dios.
[1] Daniel 3:4-7 (NTV): Entonces un vocero proclamó: «¡Gente de todas las razas, naciones y lenguas escuchen el mandato del rey! Cuando oigan tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales, inclínense rostro en tierra y rindan culto a la estatua de oro del rey Nabucodonosor. ¡Cualquiera que se rehúse a obedecer será arrojado inmediatamente a un horno ardiente!». Así que al sonido de los instrumentos musicales,[b] toda la gente, de cualquier raza, nación o lengua, se inclinó rostro en tierra y rindió culto a la estatua de oro que había levantado el rey Nabucodonosor.
[2] 2 Tesalonicenses 2:7-8: Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.
[3] Joel 2:28: Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
[4] Joel 2:21: Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.
[5] Jeremías 31:12: Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.
[6] 1 Pedro 1:6-7: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
[7] Daniel 3:24-25 (NTV): De pronto, Nabucodonosor, lleno de asombro, se puso de pie de un salto y exclamó a sus asesores: —¿No eran tres los hombres que atamos y arrojamos dentro del horno? —Sí, su majestad, así es—le contestaron. —¡Miren! —gritó Nabucodonosor—. ¡Yo veo a cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin sufrir daño! ¡Y el cuarto hombre se parece a un dios!
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