Derrama tu aceite, el amor de Dios, en todos a tu alrededor.
Cuando la luz se enciende, Dios obra.
Estamos llamados a ser luz en un mundo de tinieblas.
Sí, ahora y otros son palabras que deben definir los frutos que alcanzamos.
Tu corazón debe ser humilde, estar lleno de fe y dispuesto para dar frutos.
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